![Carros de combate M1A2 Abrams estadounidenses, similares a los que se enviarán a Ucrania, salvo por la probable sustitución del blindaje basado en uranio por otro de tungsteno. Fuente - US Army. Carros de combate M1A2 Abrams estadounidenses, similares a los que se enviarán a Ucrania, salvo por la probable sustitución del blindaje basado en uranio por otro de tungsteno. Fuente - US Army.](https://www.revistaejercitos.com/wp-content/uploads/2023/01/m1a2-abrams-battle-tank-01-678x381.jpg)
El envío de carros de combate a Ucrania (Leopard 2, Abrams y Challenger) supone una muestra inequívoca del compromiso occidental con este país. Aceptada la apuesta rusa de transformar lo que debió ser una operación rápida en una guerra de desgaste, a su llegada permitirán formar al menos tres nuevos batallones acorazados, con un material sobre el papel superior en muchos casos a su contraparte rusa. No obstante, dados los enormes problemas logísticos, de adiestramiento y de integración que el envío de carros de combate a Ucrania supone, la decisión podría aportar mucho más desde el punto de vista político-estratégico que del operacional y táctico.
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