Wagner Group al descubierto en Libia

La demonización de los mercenarios

Algunas de las trampas dejadas por Wagner en Trípoli tras su retirada. Según la ONU, a las 5 semanas de la retirada de Wagner del sur de Trípoli, estas trampas explosivas habían causado unas 130 bajas a las milicias del GNA.

El pasado 11 de agosto, la BBC publicó lo que a todas luces prometía ser un bombazo: una investigación basada en la información encontrada en la tableta electrónica de un mercenario ruso de Wagner Group en Libia. Esta había sido abandonada en el campo de batalla de Trípoli por su dueño durante una retirada. Lejos de contener información realmente novedosa sobre las prácticas o medios de la empresa rusa, lo cierto es que los documentos encontrados han servido únicamente para demonizar una vez más una práctica -la del uso de mercenarios-, de indudable utilidad pero criticable por diversas razones, como la falta de transparencia, de control político o de rendición de cuentas.

Por supuesto, tanto el artículo de la BBC como el documental en el que se amplía la información tienen el fin principal de denunciar el uso de mercenarios por parte de Rusia en varios países en guerra, y los crímenes, o supuestos crímenes cometidos. ¿Por qué? Por dos motivos. El primero, que es un instrumento bastante efectivo del estado ruso en apoyo de su política exterior. Rusia, sobra decir, es uno de los principales rivales del Reino Unido, y en general, de las democracias liberales occidentales. El otro, que están difundiendo el uso del mercenariado, es decir, del uso de tropas foráneas en guerras, donde toman parte en el conflicto, llevando a cabo acciones ofensivas. No hablamos de pequeños destacamentos de ex-miembros de operaciones especiales para acciones ofensivas puntuales, ni de PMSCs destinadas a labores logísticas o de seguridad, sino de auténticos ejércitos de índole privado, aunque bajo una estructura informal dependiente del Kremlin.

De los dos puntos anteriores, el primero es el más importante. Gracias a Wagner, entre otras cosas, Rusia ha conseguido aumentar bastante su influencia y su estatus internacional. En África está siendo un activo muy importante, desplazando incluso a Francia de países dentro de su órbita como pudiera ser la República Centroafricana.

Por ello, el trabajo de la BBC se ha centrado en la denuncia de la violación de los derechos humanos por «el ejército de bolsillo de Putin» a través de una tableta encontrada en el campo de batalla libio, el testimonio de dos antiguos operativos de Wagner, y unos documentos hallados en circunstancias parecidas en Trípoli. Es imposible asegurar la veracidad de todo este material que, en realidad, apenas muestra cosas que no se supieran de todo lo investigado a lo largo de estos años. Sirve, eso sí, para ofrecer cierto sustento documental.

KAMAZ-6560 Pantsir-S1 destruido en Libia a mediados de mayo. Al parecer, se optó por enviar estos sistemas en vez de los MANPADS «Verba» 9K333 con radar 1L122–2E. Así serían más difíciles de diferenciar de los Pantsir-S1 sobre camiones MAN ya presentes en Libia por aquello de la negación plausible.

¿Qué contenía la tablet?

Por supuesto no había información clave que suponga un revulsivo de lo que sabíamos ya de Wagner Group, o más bien de Wagner en Libia. Sobre todo habían manuales de minas antipersonas, IEDs (artefactos explosivos improvisados), así como vídeos de drones. Tal vez lo más interesante sean los mapas interactivos con las posiciones de las tropas de rusas, las de sus enemigos, las zonas minadas (hasta 35), etc., en el suburbio de Ain Zara, al sur de Trípoli. Pero es sólo una visión fragmentada del campo de batalla.

Ya sabíamos que los operativos de Wagner Group habían utilizado minas e IEDs, trampeando los suburbios de Trípoli que habían abandonado en su retirada, para causar bajas entre los milicianos del GNA. También sobre el uso de drones, aunque los vídeos mostrados por la BBC parecen ser tomados por un quadcopter comercial, no por uno de tipo militar.

Respecto a las posiciones de Wagner que aparecen en los mapas de la tableta, se han intentado vincular con las bases de datos de miembros de Wagner publicadas por voluntarios ucranianos. Dicha vinculación la han hecho a través de los indicativos que aparecen en los puntos asociados a las posiciones de Wagner. Por ejemplo, el indicativo “Metla”, podría ser el apodo de Fedor Metelkin, un ruso de 36 años del norte del Cáucaso que luchó en el este de Ucrania hace 5 o 6 años. Esto, de ser cierto, solo corroboraría lo que ya sabíamos, que los miembros de Wagner Group se mueven entre los distintos teatros de operaciones.

No hay mucho más que pueda aportar la tableta electrónica. A nivel operativo, puede indicarnos el uso de las tecnologías civiles como esta misma tablet, o los drones, entre los actores no estatales armados. Cubren así las deficiencias de no contar con un sistema de gestión de batalla, o aviación/drones de reconocimiento dedicados. También ponen de relieve que no están igual de bien equipados en estos aspectos que los militares regulares rusos. Que, a pesar de contar con el suministro de sus fuerzas armadas, hay una brecha en el equipamiento. Podría argumentarse que es debido, en parte, a que deben de mantener cierta negación plausible.

Sistema de Guerra Electrónica Groza-S en un convoy de Wagner Group camino de la base aérea de Al Jufrah. Parece que al final se decidió enviar este sistema en vez del solicitado en el documento que exponemos a continuación. El vídeo del que se extrae esta captura parece datar de finales de mayo de 2020.

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