
Este trabajo está dedicado a las minas terrestres y a los explosivos improvisados, incluyendo apartados sobre los orígenes, evolución y descripción de estos ingenios, diferenciando los dos tipos básicos de minas existentes, contracarro y contrapersonal, así como las diferentes versiones según sus sistemas de activación. Por supuesto, se presta un especial interés a las clases de minado y limpieza, diferenciando la siembra y la dispersión, así como las dos categorías de desminado, el militar y el humanitario. A continuación, se repasan los diversos sistemas de limpieza, tanto actuales como futuros, pasando finalmente a describir de forma somera, las cargas explosivas improvisados IED y los penetradores formados por explosión EFP. En el siguiente apartado, a título de ejemplo, citaremos las características de algunos materiales para limpieza de minas e IED, que consideramos de interés, prestando especial atención a los diseñados recientemente en empresas españolas. Por último, daremos unas nociones básicas sobre explosivos, ciñéndonos a la normativa del Ejército español.
Introducción
Antiguamente, se denominaba minado al ataque realizado contra una fortaleza, realizando un túnel o mina hasta llegar debajo de las murallas, donde se practicaba una gran cavidad apuntalada con maderos. Finalmente, prendían fuego a los puntales, de manera que el peso de las murallas hundía el suelo, produciéndose una brecha en el muro. Los defensores de la muralla colocaban centinelas o escuchas para detectar los trabajos de mina y, cuando los localizaban, iniciaban la construcción de otras minas o contraminas desde el interior para ir en su busca, produciéndose lo que se llamaba guerra de minas. Sobre este tipo de ataques, existen referencias desde la época de los romanos. Posteriormente, con la aparición de la pólvora, lo que se hacía era rellenar con ésta el hueco debajo de la muralla, haciéndola estallar. Un claro ejemplo, lo tenemos en el asedio al Alcázar de Toledo, durante la Guerra Civil española.
Las minas terrestres[1], de uso generalizado desde la SGM, son artefactos explosivos diseñados para ocultarse bajo tierra, enterradas a poca profundidad o camufladas sobre el terreno (o simplemente lanzada sobre él), de tal forma que el explosivo que contienen detone al ser activadas inadvertidamente por una persona o vehículo. En líneas generales, están compuestas por una carga explosiva y un dispositivo de fuego, que incluye normalmente una espoleta y un detonador, reforzado o no con un multiplicador. En ocasiones, integran uno o varios dispositivos antirremoción, generalmente dotados de otra espoleta para ser ancladas al suelo. Hoy en día, existen modelos muy complejos con uno o varios sensores, mecanismos de programación y desactivación automática o programada, etc.
Normalmente, las minas terrestres son utilizadas para proteger líneas fronterizas, impedir los movimientos del enemigo o su acceso a determinadas zonas de interés y, en última instancia, detener su avance momentáneamente para atacarlo con los medios disponibles (aviación, artillería, unidades acorazadas, etc).





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