El uso del arma nuclear táctica (o no estratégica) en el campo de batalla terrestre, es mucho más difícil de visualizar y comprender de lo que popularmente suele presuponerse. En general, lo habitual es simplemente extrapolar las imágenes apocalípticas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, para luego deducir que ejecutar unos pocos ataques con fuegos nucleares de artillería, causaría efectos sumamente destructivos que aniquilarían con relativa facilidad a un ejército enemigo.
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