Aguas que patrullar, sin patrulleros en los que navegar

Las capacidades de patrulla marítima de la Armada ante el horizonte 2030

BAM "Meteoro" en la Operación "Atalanta". Fuente - Armada Española.

La Armada Española, salvo sorpresa, sufrirá una importante merma en cuanto a número de buques en la próxima década. Un recorte de efectivos que será especialmente doloroso en el caso de los patrulleros. Hace algunas semanas que el almirante general Teodoro López Calderón, Almirante Jefe de la Armada, advirtió de la pérdida de capacidades si los presupuestos destinados a la Armada siguen la dinámica, como hasta ahora, de ir a la baja. Recordó que desde el 2008 el presupuesto asignado a la Armada solo alcanza de media para el 70% del sostenimiento mínimo imprescindible. Es decir, por debajo de lo mínimamente aceptable. El problema se agudiza si entendemos que al horizonte 2030, le precede una crisis económica nunca antes vista, sin ni si quiera mencionar la crisis social y sanitaria que estamos viviendo y de la que no hemos salido todavía, ni parece que lo hagamos hasta el 2022 (en el mejor de los casos).

Muchos otros ya se han pronunciado sobre este tema, y aunque llegando tarde, no quiero dejar pasar la oportunidad de dar mi opinión, haciendo énfasis en la situación crítica de la inexistente flota de patrulleros para el horizonte 2030. Aguas que patrullar, sin patrulleros en los que navegar.

Infantería de Marina a un lado, la fuerza en la Armada se cuenta por sus buques y las capacidades que pueden desempeñar. Complementario a esto, aunque no lo tratemos en estas líneas son la formación y experiencia de la dotación, y la innovación tecnológica. Tampoco haremos referencia a la aviación embarcada, aunque su suerte no es mejor.

La pérdida de capacidades, entendidas éstas como recorte en el número de buques activos para el 2030 que puedan llevarlas a cabo, es clara, pero en su estricta literalidad como aptitud para ejercer el cumplimiento de un deber, también. Algunas de estas capacidades no sólo sufrirán una merma, sino que desaparecerán del negociado competencial de la Armada si no se le pone remedio antes.

Tabla 1 – De la Lista Oficial de Buques de la Armada 2018 (1).

Brevemente, por haber sido ya tratado por numerosos analistas, los escoltas de los que dispondrá la Armada en el horizonte fijado del 2030 sufrirán una reducción de unidades, principalmente por la baja más que evidente de las fragatas F-80 clase Santa María y la aún incipiente incorporación de las nuevas fragatas F-110 clase Bonifaz.

Aunque la situación puede ser más complicada. Las F-100 en el 2030 se encontrarán en una media de vida de entre 25-26 años de servicio. Sólo la primera, que da nombre a la serie, se sitúa en el entorno de los 30 (28 años de servicio) y la más moderna, la Cristóbal Colón en 18 años. Nada que objetar siempre y cuando tengan lugar las obras de modernización de media vida.

Estas obras, programadas por la Armada para llevarlas a cabo en los próximos años serán clave para la operatividad de estos buques en el 2030. La Armada ya anunció que buscará en estas obras la comunalidad en la configuración con la F-110 para abaratar costes de mantenimiento.

¿Se llevarán a cabo todas las obras de media vida programadas para todas las F-100? La primera en entrar en carena, por edad, sería la Álvaro de Bazán. Aún sin ser puntuales a la cita, no se debería tardar mucho en iniciarlas, ¿Será factible en la situación presupuestaria que nos encontramos?

Aceptemos que las cinco fragatas F-100 llegan en perfecto estado de revista para el 2030 (admito mis reservas). ¿Qué ocurre con la 41 escuadrilla de escoltas? Las F-80 clase Santa María en 2030 cumplirán alrededor de los 40 años de servicio. Sólo se salvan las dos más modernas, las fragatas Navarra y Canarias que rondarán los 35-36 años de vida. Las F-110 son las llamadas a sustituirlas.

Antes de que nos viésemos abocados a la crisis pandémica del COVID-19, la previsión de entrada en servicio de la primera de la serie iba a ser a finales del 2026. Sin esperar que esto se cumpla, en el mejor de los casos contaremos con dos F-110 para el horizonte 2030. En tal caso deberíamos mantener lo máximo posible el mayor número de fragatas F-80 que se pueda. Esto es, las dos más modernas, y si la cosa está muy mal, que lo está, tal vez aguantar con las otras dos, F-83 y F-84, Numancia y Reina Sofía de 40 y 42 años respectivamente para el 2030, eso sí, con las capacidades muy limitadas, algo sobre lo que merece la pena detenerse.

Autor

1 Comment

Leave a Reply