Programa nuclear iraní: EE.UU. e Irán, entre un acuerdo de mínimos y la confrontación total

EE. UU. vs. Irán, entre un acuerdo de mínimos y la confrontación total
EE. UU. vs. Irán, entre un acuerdo de mínimos y la confrontación total. Fuente: Elaboración propia.

Nueva ronda de negociaciones entre Estados Unidos e Irán para llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Un programa en el que Irán ha avanzado de forma significativa en los últimos años hasta alcanzar un nivel que ha hecho saltar las alarmas en más de una cancillería y en Tel Aviv, desde luego. La salida de Washington del tratado JCPOA de 2015 en la primera administración Trump es sólo una de las causas de esta situación. Ahora, el mandatario estadounidense busca un nuevo acuerdo, pero ni el momento es el mismo ni las circunstancias actuales lo son. Los objetivos de cada uno, el estilo de negociación de Trump, la nueva situación en Oriente Próximo y los ambiguos movimientos iraníes se entremezclan en una especie de partida de ajedrez en la que las percepciones y los mensajes más o menos subliminales son tan importantes como los mismos hechos.

Índice

  • Introducción
  • EE. UU., en busca de un nuevo acuerdo nuclear
  • El programa nuclear iraní: a un paso del arma nuclear
  • Israel, el tercero en discordia
  • A modo de conclusión
  • Referencias

Introducción

Al anochecer del 15 de marzo EE. UU. inicia una campaña de bombardeos aéreos contra más de 1.000 objetivos[1] de los rebeldes hutíes en Yemen y que ha durado algo menos de dos meses. Entre los objetivos alcanzados: instalaciones subterráneas, centros de mando, depósitos de municiones o infraestructuras de drones, acabando con las vidas de cientos de milicianos y mandos intermedios. No es la primera vez, ya habían atacado en octubre de 2024[2], pero sí es la primera para la actual administración Trump. El motivo, en principio, el hostigamiento a buques que atraviesan el estrecho de Bab el-Mandeb y el golfo de Adén, con la consecuente disrupción en el transporte de hidrocarburos y en el comercio mundiales. Y entre las principales razones del cese de los ataques, el compromiso de los hutíes de no atacar más buques estadounidenses.

Sin embargo, el despliegue de seis bombarderos B-2 Spirit en Camp Thunder Bay (junto a cuatro B-52H), en la isla de Diego García, y el envío de otro portaaviones a la región, el USS Carl Vinson, sumado a lo anterior ha llevado a numerosos analistas a apuntar la posibilidad de que Washington busque algo más, aparte de atacar a los hutíes, como enviarle un mensaje de advertencia a su poderoso patrocinador: Irán.

Y esto se piensa por varias razones. En primer lugar, los B-2 son las únicas aeronaves de las fuerzas armadas estadounidenses capaces de operar las potentes bombas antibúnker GBU-57, diseñadas especialmente para penetrar estructuras fortificadas e instalaciones subterráneas.

En segundo lugar, con sus bombardeos contra este tipo de objetivos de los hutíes, EE. UU. prueba hasta qué punto son, o no, eficaces sus proyectiles sobre el terreno en instalaciones similares a las iraníes, sobre todo, teniendo en cuenta que Irán habría construido infraestructuras relacionadas con su programa nuclear en Natanz que podrían estar a 80 o 100 metros de profundidad, lo que podría escapar a la capacidad de las GBU-57 (60 metros)[3].

En tercer lugar, porque en Diego García (lejos de las bases del área del golfo Pérsico por posibles represalias contra aliados regionales) hay ya casi un tercio de todos los B-2 que tiene la Fuerza Aérea estadounidense[4]; y, en cuarto lugar, porque, de forma paralela, se desarrollan las conversaciones entre Washington y Teherán en torno a un acuerdo sobre su programa atómico.

Más allá de sus aspiraciones atómicas, un renovado esfuerzo, con el inestimable apoyo estadounidense, de mermar las capacidades de los hutíes en Yemen, podría ser un intento por parte de Washington de poner un clavo más en el ataúd del “Eje de Resistencia” auspiciado por Irán en la región, tras los ataques israelíes contra territorio iraní, contra Hamás y Hezbolá, y la caída del que fuera su aliado al-Assad en Siria[5].

De este modo, podría considerarse que la campaña militar contra los hutíes puede formar parte de una estrategia mayor estadounidense que incluiría la negociación con Teherán sobre el programa nuclear iraní.

EE. UU., en busca de un nuevo acuerdo nuclear

Una estrategia en la que la parte estadounidense aplica unas veces el palo, otras la zanahoria y todo en un contexto de “máxima presión”, tónica general del estilo de negociación de la actual administración Trump. Por ejemplo, al mismo tiempo que se destruyen parte de las capacidades militares y de defensa aérea de los hutíes (porque retinen una porción de las mismas, con centros de mando y control, y armamento), se negocia con Omán y el propio Irán un acuerdo de alto el fuego (que en principio no incluye a Israel) y, a la vez, se imponen nuevas sanciones a la vital industria petrolera para Teherán, la última anunciada el pasado jueves 8 de mayo[6].

Pero, ¿cuál es el objetivo final que busca EE. UU.? A este respecto, resaltan ciertas incoherencias en la administración estadounidense al inicio del proceso de negociación con el régimen iraní. Al principio, se mostró una cierta disposición a aceptar la exigencia de Irán de mantener el enriquecimiento básico e impulsar el desmantelamiento total del programa nuclear iraní. Sin embargo, con el paso de las semanas y las sucesivas rondas de conversaciones, Estados Unidos se ha ido inclinando cada vez más por el desmantelamiento total[7], incluido el programa de misiles balísticos, en concordancia con las tesis israelíes. Además, Washington busca así mismo evitar que Teherán trabaje con sus aliados para desestabilizar la región.

Tampoco parece haber habido consenso interno, al menos al principio, en el seno del Gobierno estadounidense con respecto a las opciones sobre la mesa. Un sector, en el que se encontraría el secretario de Estado, Marco Rubio, es extremadamente escéptico sobre la intención real de Teherán de llegar a un acuerdo con Washington y, por tanto, sería más partidario de la opción militar, dada la actual vulnerabilidad regional iraní, con algunas de sus defensas y su “Eje de Resistencia” regional debilitados.

El otro sector, que, hasta el momento (mediados de mayo) parece ser el que se ha impuesto, es el liderado por el vicepresidente JD Vance. Apuesta por la solución diplomática que considera preferible y posible. A este bando le preocupa el peligro que podrían correr los soldados estadounidenses en la región si hay un ataque militar y las consiguientes represalias iraníes y el impacto en el precio del petróleo de una escalada militar en Oriente Próximo.

De momento, Trump ha insistido en que Irán debe llegar a un pacto rápido o enfrentarse a un potencial ataque militar y ha puesto fecha límite al esfuerzo negociador: dos meses, aunque no se sabe muy bien cuándo empezarían a contarse esos 60 días, ante la eventualidad de que Israel decidiera atacar en solitario.

El acuerdo con Irán es uno de los grandes proyectos geopolíticos actuales del mandatario estadounidense, que parece decidido a evitar un conflicto regional en la zona. El conseguirlo le daría hálito y le permitiría volver a centrarse en su gran prioridad, que no es Oriente Próximo sino China (de cuya esfera ha desviado efectivos y recursos hacia el golfo Pérsico y a la que busca poder devolverlos). Además, existen dudas razonables en torno a la posibilidad real de desmantelar el programa nuclear iraní sólo con bombardeos aéreos, por muy potentes que sean los proyectiles, dada su profundidad, dispersión y fuerte protección, entre otras razones. Y una invasión terrestre parece una opción inviable a día de hoy, mediado mayo de 2025.

De ahí las dudas del presidente estadounidense sobre ese ataque militar contra Irán y sus diferencias con su gran aliado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre la oportunidad y necesidad del mismo en estos momentos[8]. Todo esto lleva a que Teherán también mueva sus fichas y baraje sus opciones calculadamente, sin ninguna prisa, con cierta ambigüedad y sin grandes aspavientos, como suele hacer.

(Arriba) Imagen de satélite en la que se ven los seis bombarderos B-2 estadounidenses en la base de Diego García (02/04/2025). Fuente: Planet Labs PBC vía AP. (Abajo) Imagen del portaaviones estadounidense USS Carl Vinson operando en Oriente Próximo (12/04/2025). Fuente: US Navy.

El programa nuclear iraní: a un paso del arma nuclear

Por ejemplo, Irán ha maniobrado con los hutíes yemeníes y a través de la mediación de Omán para alcanzar un cese de hostilidades con EE. UU., con el objetivo de evitar una posible escalada bélica regional[9] pero, es probable que, también, en un intento por evitar un mayor daño a un aliado que, en estos momentos de vulnerabilidad regional puede resultar estratégico para Teherán, si no quiere perder su autonomía en la región. Todo ello enmarcado en el proceso negociador sobre su programa nuclear iniciado con Washington y para el que hay en torno a los dos meses de plazo, como se señalaba más arriba.

A este respecto, la posición de Irán a mediados de este mes de mayo se centra en insistir en que cualquier acuerdo futuro debe garantizar la continuación de su programa de enriquecimiento nuclear. Rechaza de plano cualquier iniciativa basada en el modelo de Libia de 2003 (pedido por Israel) o en el modelo de Emiratos Árabes Unidos, que opera reactores, pero renuncia al enriquecimiento de uranio y depende de combustible importado[10].

Ha mostrado su disposición a reducir la tasa de uranio enriquecido del 60% actual (expandido de forma masiva hasta almacenar 275 kg, lo que podría suponer seis bombas nucleares una vez se haya enriquecido el uranio al 90 %, y podría llevar tan sólo menos de dos semanas producir suficiente material para una bomba; además, en meses, sus ingenieros podrían desplegar estos proyectiles en misiles balísticos[11]) al 3,67%, pero solo a cambio de un alivio verificable de las sanciones[12].

Tampoco parece fácil que el régimen iraní acepte reducir su programa de misiles balísticos, que utiliza como poder disuasorio, para presionar a sus adversarios regionales, aumentar su influencia militar en la zona y alcanzar sus objetivos estratégicos[13].

Sin embargo, Teherán debe calibrar muy bien su posición en torno a hacer concesiones serias porque, si no hay perspectiva de que pueda alcanzarse un acuerdo con Washington, el régimen iraní se arriesga a la posibilidad de un ataque militar estadounidense o israelí, o conjunto, contra sus instalaciones nucleares o a la imposición de nuevas sanciones, lo que complicaría aún más su situación interna, con una sociedad ya perjudicada por las actuales restricciones a la economía iraní, sacudida por las mismas.

Por ejemplo, entre sus principales demandas en la primera ronda de conversaciones con EE. UU. Irán pidió acceso a miles de millones de dólares en activos congelados, entre ellos 6.000 millones de dólares retenidos en bancos cataríes[14]. De hecho, aparte del factor externo, se considera que el efecto perjudicial de las sanciones en el país es una de las grandes razones que han llevado al régimen a sentarse en la mesa de negociaciones[15], con el objetivo de salvar su República Islámica de posibles problemas internos, ya que su máxima prioridad es su propia supervivencia.

De este modo, a Teherán parece que lo que más podría interesarle es alcanzar un acuerdo interino, previo a un gran pacto[16], que le permitiría ganar tiempo para mejorar su situación interna y su capacidad de acción en la región sin hacer grandes concesiones sobre su programa nuclear y, al mismo tiempo, evitar un ataque que ha podido verse como muy probable en algún momento de los últimos meses.

No obstante, el régimen iraní mantiene un cierto escepticismo con respecto al presidente estadounidense, que sacó a EE. UU. del anterior pacto de 2015, de ahí que haya lanzado advertencias a aliados estadounidenses en el golfo Pérsico, como las monarquías árabes, sobre una posible represalia en caso de permitir un ataque a Irán desde sus espacios aéreos o sus territorios[17].

Así, Teherán se sienta en la mesa de negociación después de su acercamiento a Rusia y China, en un esfuerzo por rodear las sanciones económicas occidentales. Pero, también, con su “arma hutí”, con sus milicias aliadas iraquíes y, sobre todo, después de haber elevado significativamente sus niveles de enriquecimiento de uranio. Todo ello como su capital para negociar y de cara a su némesis en la región, el otro actor que no está presente en las conversaciones, pero lo suficientemente relevante como para tenerlo en cuenta: Israel.

Mapas con las instalaciones nucleares iraníes de Khondab, Natanz y Fordow y sus defensas aéreas. Fuente: ISW/CT.

Israel, el tercero en discordia

Tel Aviv lleva más de dos décadas, al menos, intentando convencer a la comunidad internacional en su conjunto, y a Estados Unidos en particular, de que el programa nuclear de Irán es una amenaza para Israel, por supuesto, pero también para el resto del mundo. El expresidente y ex ministro de Exteriores israelí, Shimon Peres, afirmaba a finales de los años 90 y principios de los 2000 que las bombas iraníes pueden alcanzar Tel Aviv, y, además, Europa, hasta Washington DC[18].

Sin embargo, ha llovido mucho desde que Shimon Peres era ministro de Exteriores del Gobierno israelí de Ariel Sharon y, ahora, las acciones del actual Ejecutivo hebreo de los últimos meses (2024/2025) parecen haber desdibujado aquellos argumentos con la consecuencia de que el programa nuclear iraní parece percibirse en la actualidad más como un problema, sobre todo, para Israel. Y esto es, obviamente, porque un Irán con armas nucleares que no acepte el derecho de Israel a existir supone una grave amenaza[19].

A lo largo de los años, sucesivos primeros ministros israelíes como Sharon, Olmert y Netanyahu han amagado en varias ocasiones con la posibilidad de atacar militarmente el programa atómico de Teherán para destruirlo, sin llegar a hacerlo. Y esto por diferentes motivos como la falta de apoyo estadounidense, las dificultades operativas para llevarlo a cabo o las posibles consecuencias para el propio Israel y su población ante una probable contundente respuesta iraní, máxime con aliados de Teherán en las fronteras de Israel (Hezbolá, Hamás o el régimen sirio de al-Assad). Aunque sí se han llevado a cabo otro tipo de acciones encaminadas si no a eliminar, sí a retrasar el programa nuclear de Irán:

Pero, hoy las cosas han cambiado radicalmente y, desde el mismo estamento de seguridad israelí consideran que se ha abierto una clara ventana de oportunidad para acabar con el programa nuclear iraní (con Hezbolá, Hamás y el régimen sirio de Al-Assad fuera de juego y, al menos, por el momento con los hutíes en cierto modo debilitados).

De hecho, según publican algunos medios, se debatió seriamente con el Gobierno de Netanyahu la posibilidad de llevar a cabo un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes en octubre de 2024, después de que Teherán atacara suelo israelí por segunda vez, el día 1 de ese mismo mes. Pero había demasiadas dudas sobre la capacidad de los cazas israelíes de anular las defensas antiaéreas iraníes S-300 el tiempo suficiente como para alcanzar los objetivos nucleares las veces necesarias. También se necesitaba la autorización estadounidense para sobrevolar el espacio aéreo de varios países aliados de Washington. Y no se hizo[20].

Ahora, de nuevo, ya con la administración Trump en Estados Unidos, si se consigue su apoyo y connivencia, tanto el Ejército israelí como el Mossad opinan que se podría volver a pensar en un ataque militar contra el programa nuclear iraní en algún momento de mediados de este año 2025. A tal efecto, ha presentado una variedad de planes que mezclan ataques aéreos y operaciones de comando que difieren en severidad y cuyo objetivo sería acabar con la capacidad de Teherán de convertir su programa nuclear en uno armamentístico durante unos meses, un año o quizá algo más. Aunque los altos mandos militares israelíes también piensan que su Fuerza Aérea puede llevar a cabo ataques más limitados sin tanto apoyo por parte de Washington[21].

Planes y objetivos que parecen reconocer la dificultad de aplicar la conocida como “Doctrina Begin” al caso del programa nuclear iraní. El acto fundacional de esta doctrina fue la destrucción del reactor nuclear iraquí de Osirak el 7 de junio de 1981 cuando era primer ministro Menahem Begin. El jefe del Ejecutivo israelí aseguró en aquel momento que su país no permitiría que regímenes hostiles obtuvieran armas nucleares. En 2007, el primer ministro Ehud Olmert aplicaría de nuevo esta doctrina con la destrucción del reactor nuclear clandestino en Siria, ante la negativa a actuar de la entonces administración Bush.

Algunos en Israel aseguran que su país está de nuevo en una situación similar, pero las dificultades para aplicar la Doctrina Begin y destruir totalmente el programa nuclear iraní resultan claras: profundidad, dispersión y protección, entre otras. Aun así, en Israel hoy en día, conforme Irán avanza en su enriquecimiento de uranio más allá de niveles civiles y se acerca a un punto de no retorno, resuenan las palabras de Begin: “No permitiremos que ningún enemigo desarrolle armas de destrucción masiva dirigidas contra nosotros”[22].

No obstante, dadas las dudas al respecto de la administración Trump, como se ha señalado más arriba, Tel Aviv se plantea así mismo el posible escenario de algún tipo de acuerdo entre Washington y Teherán. Esto le daría tiempo a Israel, ya que, por primera vez desde 2019, Irán detendría su avance nuclear y, además, podría reanudar sus operaciones encubiertas de lucha contra las aspiraciones atómicas iraníes. Éste no es el escenario ideal para el actual Gobierno israelí, que aboga por la opción militar como prioritaria, pero tampoco es el peor[23].

Según la inteligencia estadounidense, tanto de la administración Biden como la de Trump, Israel planea atacar los objetivos nucleares de Irán como parte de un plan mayor de provocar un cambio de régimen y la caída de la actual república islámica[24]. Éste sería su objetivo último estratégico a este respecto para anular la amenaza.  

Cuadro con algunas de las principales operaciones israelíes contra programas nucleares de Irak, Siria e Irán a lo largo de los años. Elaboración propia. Fuentes (2)(3)(4)(5): BBC.

A modo de conclusión

Con todo lo expuesto hasta el momento y conforme apunta Siham Al-Jiboury, del Centro Internacional de Bruselas para el Análisis Estratégico, en la publicación The Intelligence Community[25], se perciben diversos obstáculos en el camino de un pacto de envergadura entre EE. UU e Irán:

  1. El recelo mutuo, tras años de retórica hostil y compromisos quebrantados
  2. Actores regionales con poco interés en que se alcance ese acuerdo, como Israel.
  3. El riesgo de que se llegue a octubre de este 2025 sin acuerdo, momento en el que vence la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, que sustenta el JCPOA de 2015. Si no se renueva o no hay ningún nuevo acuerdo que lo evite, entonces, Irán pasa a ser miembro del Tratado de No Proliferación (TNP), con obligaciones más laxas y se podrían reimponer todas las sanciones previas de Naciones Unidas suspendidas en virtud de ese convenio, lo que podría llevar a Teherán a abandonar el TNP.

Llegados a este punto, también conforme a Al-Jibouri, se pueden apuntar algunos de los posibles escenarios que se abren de cara a un futuro próximo:

  • Diplomacia lenta o estancada: conversaciones continuas sin avances, o con pocos, lo que permite a ambas partes evitar una escalada y, al mismo tiempo, preservar su influencia negociadora.

  • Acuerdo provisional: una congelación limitada de las actividades de enriquecimiento a cambio de un alivio parcial de las sanciones, una medida provisional para ganar tiempo.

  • Fracaso de las conversaciones: la falta de progreso provoca nuevas tensiones, conflictos indirectos a través de aliados o, incluso, acciones militares selectivas.

Al-Jibouri señala que este proceso pone el foco en la vinculación del programa nuclear iraní con su comportamiento en la región, en la necesidad de abordar las preocupaciones en materia de seguridad de los aliados de EE. UU. en la zona y en la necesaria reconstrucción de alguna forma de confianza mutua entre ambos bandos.

Para terminar, cabe preguntarse si el proceso negociador iniciado entre Washington y Teherán es más una desescalada táctica entre ambos (parece de su mutuo interés una rebaja de la tensión nuclear) o, realmente, el inicio de un camino hacia la normalización estratégica y cuáles son las opciones por las que optará Israel en ambos supuestos.

Notas

[1] Schiavi, F. (10/05/2025), Why Trump agreed to ceasefire with Houthis that ignores Israel, root causes, Al Monitor, https://www.al-monitor.com/originals/2025/05/why-trump-agreed-ceasefire-houthis-ignores-israel-root-causes consultado el 10/05/2025

[2] Gambrell, J. (17/10/2024), US long-range B-2 stealth bombers target underground bunkers of Yemen’s Houthi rebels, AP News, https://apnews.com/article/us-airstrikes-yemen-houthi-rebels-israel-hamas-war-99721f7f952d66d6da27e24dc3c189c3 consultado el 03/05/2025

[3] Gambrell, J. (23/05/2023), US bomb designed to hit targets like Iran underground nuclear sites briefly reappears amid tensions, AP News, https://apnews.com/article/iran-nuclear-us-penetrator-bomb-c623a3e172298a244e47d5bf404fc55b consultado el 03/05/2025

[4] Gambrell, J. (02/04/2025), By the numbers: US deployment of B-2 bombers as tensions ramp up with Houthis and Iran, AP News, https://apnews.com/article/b2-bombers-us-yemen-houthis-iran-israel-hamas-war-487247ed0d6c8743b21d18740b649d1c consultado el 03/05/2025

[5] Marquardt/Al-Lawati/Atwood (12/04/2025), US-Iran negotiators hold ‘constructive’ nuclear talks, will meet again next week, CNN, https://edition.cnn.com/2025/04/11/politics/us-iran-nuclear-talks consultado el 04/05/2025

[6] Al Monitor (10/05/2025), Iran’s counterbalancing act: Araghchi in Saudi Arabia ahead of Trump tour, https://www.al-monitor.com/originals/2025/05/irans-counterbalancing-act-araghchi-saudi-arabia-ahead-trump-tour consultado el 10/05/2025

[7] Íbid.

[8] Ravid, B. (16/04/2025), Trump team’s Iran divide: Dialogue vs. detonation to end nuclear threat, Axios, https://www.axios.com/2025/04/16/trump-iran-nuclear-policy-vance-rubio consultado el 07/05/2025

[9] Schiavi, F. (10/05/2025), Why Trump agreed to ceasefire with Houthis that ignores Israel, root causes, Al Monitor, https://www.al-monitor.com/originals/2025/05/why-trump-agreed-ceasefire-houthis-ignores-israel-root-causes consultado el 10/05/2025

[10] Shine/Shavit (20/04/2025), Nuclear Talks Between the US and Iran: Cautious Optimism, But Too Early to Assess the Chances of an Agreement, INSS (Israel Institute for National Security Studies), https://www.inss.org.il/social_media/nuclear-talks-between-the-us-and-iran-cautious-optimism-but-too-early-to-assess-the-chances-of-an-agreement/ consultado el 10/05/2025)

[11] Daalder, I. (21/04/2025), Trump may get a nuclear deal — on Iran’s terms, Politico, https://www.politico.eu/article/trump-may-get-a-nuclear-deal-on-irans-terms/ consultado el 10/05/2025)

[12] Al Monitor (10/05/2025), Iran’s counterbalancing act: Araghchi in Saudi Arabia ahead of Trump tour, https://www.al-monitor.com/originals/2025/05/irans-counterbalancing-act-araghchi-saudi-arabia-ahead-trump-tour consultado el 10/05/2025

[13] Braverman/Rezaei/Kishore/Wells/Moorman/Campa/Moore/Parry/Ganzeveld (15/04/2025), Iran Update, April 15, 2025, ISW (Institute for the Study of War), https://www.understandingwar.org/backgrounder/iran-update-april-15-2025 consultado el 10/05/2025

[14] Campa/Braverman/Kishore/Wells/Moore/Rezael/Carter (22/02/2025), Iran Update, April 22, 2025, Critical Threats, https://www.criticalthreats.org/analysis/iran-update-april-22-2025 consultado el 07/05/2025

[15] Spetalnick/Holland (18/04/2025), With his promises of peace unmet in Gaza and Ukraine, Trump may find Iran just as tough, Reuters, https://www.reuters.com/world/with-his-promises-peace-unmet-gaza-ukraine-trump-may-find-iran-just-tough-2025-04-18/ consultado el 07/05/2025)

[16] Ravid, B. (10/04/2025), Scoop: Iran wants to explore interim nuclear deal in talks with U.S., sources say, Axios, https://www.axios.com/2025/04/10/iran-nuclear-deal-us-interim-agreement consultado el 07/05/2025

[17] Hafezi, P (06/04/2025), Iran wants indirect talks with US, warns regional countries over strikes against it, Reuters, https://www.reuters.com/world/middle-east/iran-wants-indirect-talks-with-us-warns-regional-countries-over-strikes-against-2025-04-06/ consultado el 11/05/2025

[18] Dori, Y. (14/12/2021), The Peres doctrine against Iran is still relevant – opinión, The Jerusalem Post, https://www.jpost.com/opinion/the-peres-doctrine-against-iran-is-still-relevant-opinion-688751 consultado el 11/05/2025

[19] Berg, R. (12/04/2025), En qué consiste el programa nuclear de Irán por el que EE.UU. vuelve a sentarse a negociar con Teherán, BBC News, https://www.bbc.com/mundo/articles/cp8j52xj741o consultado el 11/05/2025

[20] Bob, Y.J. (23/04/2025), ‘Post’ reveals: Why and how Israel missed its chance to strike Iran’s nuclear sites – exclusive, The Jerusalem Post, https://www.jpost.com/israel-news/defense-news/article-851222 consultado el 11/05/2025

[21] Banco, E. (19/04/2025), Exclusive: Israel still eyeing a limited attack on Iran’s nuclear facilities, Reuters, https://www.reuters.com/world/middle-east/israel-still-eyeing-limited-attack-irans-nuclear-facilities-2025-04-19/ consultado el 11/05/2025

[22] Editorial The Jerusalem Post (18/04/2025), To prevent a nuclear Iran, it is time to bring back the Begin Doctrine – editorial, https://www.jpost.com/opinion/article-850524 consultado el 11/05/2025

[23] Bob, Y.J. (23/04/2025), ‘Post’ reveals: Why and how Israel missed its chance to strike Iran’s nuclear sites – exclusive, The Jerusalem Post, https://www.jpost.com/israel-news/defense-news/article-851222 consultado el 11/05/2025

[24] Marquardt/Al-Lawati/Atwood (12/04/2025), US-Iran negotiators hold ‘constructive’ nuclear talks, will meet again next week, CNN, https://edition.cnn.com/2025/04/11/politics/us-iran-nuclear-talks consultado el 04/05/2025

[25] Al-Jibouri, S. (13/04/2025), publicación en Linkedin de The Intelligence Community, https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:7316920948840890368/?utm_source=share&utm_medium=member_ios&rcm=ACoAAAczKFgBmlf09QGkowYVuvmpD5_agkGrop8 consultado el 07/05/2025)

Autor

  • Elena María Labrado Calera

    Periodista. Actualmente, trabaja como Editora de Tarde de Contenidos Digitales en Castilla-la Mancha Media (CMM). Con anterioridad, ha ejercido como Coordinadora del Departamento Digital de CMM en el inicio del mismo y durante el primer año de andadura (2016-2017). Previamente, ha ejercido como Coordinadora y Redactora del Departamento de Internacional de Informativos, durante más de 10 años. En ese intervalo, además, ha realizado el máster en Analista de Inteligencia por las universidades Carlos III y Rey Juan Carlos (2011-2012). Desde 2007 hasta 2018 ha sido Reservista Voluntaria en la Armada, hasta alcanzar el empleo de Alférez de Navío, con destino en el MAD.

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