
En un entorno geopolítico marcado por tensiones crecientes y competencia estratégica, la Marina alemana ha presentado «Kurs Marine 2025», un ambicioso plan que, después de décadas concentrándose en otros menesteres, vuelve a poner a la Marina alemana en la senda de convertirse en una verdadera marina de guerra. Sustituyendo al anterior «Zielbild für die Marine ab 2035» (2023), el nuevo documento pasa de una visión conceptual a una planificación operativa detallada, centrada en la disuasión frente a Rusia, la guerra multidominio y la integración de sistemas no tripulados. Mediante el modelo de Bartlett, este artículo evalúa la coherencia, los retos y las implicaciones de esta estrategia, ofreciendo lecciones para la Armada y su plan «Armada 2050»
Índice
- Conclusión
- Introducción: Un nuevo rumbo marítimo para Alemania
- Contexto estratégico: De la crisis a la disuasión
- Comparativa doctrinal: Zielbild 2023 vs. Kurs Marine 2025
- La flota de 2035: Capacidades y adquisiciones
- Prioridades tecnológicas y operativas
- Retos para la implementación: Alemania vs. Europa
Introducción: un nuevo rumbo marítimo para Alemania
En mayo de 2025, la Marina alemana presentó el documento «Kurs Marine 2025», un plan integral que redefine su visión de fuerza naval para el año 2035[1]. Este ambicioso proyecto sustituye y amplía al anterior «Zielbild für die Marine ab 2035», publicado en marzo de 2023. Si aquel representaba una declaración de intenciones centrada en la adaptación estructural, el nuevo documento va mucho más allá: describe con notable precisión los medios, capacidades y cronogramas necesarios para hacer frente a un entorno geoestratégico cada vez más volátil, donde Alemania y sus aliados enfrentan desafíos crecientes tanto en el Atlántico Norte como en el mar Báltico.
Este artículo parte de un análisis cualitativo de ambos textos doctrinales para examinar el grado de continuidad, ruptura y transformación entre ambas visiones. La herramienta metodológica empleada es el modelo de Bartlett[2], desarrollado por Henry C. Bartlett, G. Paul Holman y Timothy E. Somes en el Naval War College Review. Se trata de un marco conceptual diseñado para evaluar la coherencia interna de una estrategia y detectar los puntos críticos de tensión entre objetivos, recursos y planes de acción.

El modelo Bartlett articula la estrategia como un ciclo adaptativo entre fines, medios y vías, condicionado por el entorno de seguridad, las restricciones de recursos y el riesgo. Su objetivo es mantener una coherencia realista entre estos elementos ante un contexto dinámico e incierto. Estas variables no operan de forma aislada, sino que interactúan constantemente en un ciclo dinámico. Por ello, el modelo no prescribe una secuencia normativa, sino que ofrece una guía flexible y adaptativa para identificar desajustes, oportunidades de realineación y decisiones críticas en materia de planificación de defensa[3].
Aplicado a los documentos de la Marina alemana, este enfoque permite no solo comparar las visiones estratégicas de 2023 y 2025, sino también evaluar la viabilidad operativa del rumbo definido por Alemania en un entorno caracterizado por la disuasión, la aceleración tecnológica y la guerra multidominio. ¿Es «Kurs Marine 2025» una estrategia coherente con sus medios y objetivos? ¿Dónde se localizan las principales fuentes de riesgo o fricción? ¿Qué implicaciones tiene para la seguridad marítima europea?

Contexto estratégico: de la crisis a la disuasión
La publicación de «Kurs Marine 2025» se produce en un momento marcado por una transformación estructural del entorno de seguridad europeo, profundamente afectado por la guerra en Ucrania, la intensificación de la amenaza rusa en el mar Báltico y la reconfiguración de la relación transatlántica tras la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en noviembre de 2024. Estos tres vectores, conflicto regional, presión estratégica y cambio político global configuran el nuevo marco doctrinal, sobre el que se edifica la planificación naval alemana con dos metas: «Disuadir al adversario y defender la libertad en la mar»[4].
El conflicto en Ucrania, que entró en su cuarto año en 2025, ha supuesto la consolidación de un entorno de alta intensidad en el flanco oriental de la OTAN. La guerra ha evidenciado la insuficiencia estructural de muchas fuerzas europeas, cuyas capacidades materiales y humanas se habían erosionado tras décadas de recortes y misiones de estabilización. Como señala «The Military Balance 2025», la invasión rusa forzó a los países europeos a revisar al alza sus presupuestos y a acelerar la recapitalización de sus fuerzas armadas, con especial énfasis en municiones, plataformas acorazadas y defensa aérea[5]. En Alemania, esto se tradujo en un aumento del 23,2% real en el gasto de defensa entre 2023 y 2024, acompañado por el uso intensivo del fondo especial «Sondervermögen» de 100.000 millones de euros para modernizar la Bundeswehr[6].
En este contexto, la dimensión marítima ha ganado renovada centralidad. Si bien la atención mediática ha recaído en el combate terrestre, los estrategas alemanes reconocen que el mar Báltico y el Atlántico Norte se han convertido en escenarios cruciales de competencia estratégica. Rusia ha incrementado su presencia submarina y ha desarrollado capacidades A2/AD que restringen el margen de maniobra de la OTAN, especialmente en los estrechos daneses y en las rutas de refuerzo hacia los países bálticos. «Kurs Marine 2025» identifica explícitamente a Rusia como la principal amenaza convencional en el entorno euroatlántico, mencionándola más de 19 veces a lo largo del texto. En comparación, el documento de 2023 apenas hacía una única alusión a Rusia y en un pie de imagen.
A ello se suma el efecto político de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. Durante su primera presidencia (2017–2021), Trump criticó abiertamente a los aliados europeos por su bajo gasto en defensa, y en su campaña de 2024 sugirió que Estados Unidos podría no defender a los países de la OTAN que no cumplan con el umbral del 2% del PIB. Su victoria electoral en noviembre de 2024 y el inicio de un nuevo mandato han reactivado el debate sobre la autonomía estratégica europea y el refuerzo del «pilar europeo» dentro de la OTAN. En Alemania, este giro ha sido interpretado como una llamada urgente a asumir mayores responsabilidades defensivas, particularmente en los dominios marítimo y aéreo.

La Marina alemana, históricamente dimensionada para operaciones de paz y baja intensidad, debe ahora adaptarse a una lógica de disuasión en el marco de la defensa nacional y colectiva. Esto implica tres transformaciones clave: aumentar el número de unidades y su disponibilidad operativa, incorporar tecnologías disruptivas, como los sistemas no tripulados y las capacidades de ataque de largo alcance, y operar en ciclos de alistamiento acelerados. Así, «Kurs Marine 2025» propone modificar la tradicional regla de tercios de disponibilidad (un tercio en operaciones, uno en preparación y uno en mantenimiento) por una configuración más exigente, en la que dos tercios de la flota estén listos para desplegar en niveles de alta capacidad.
El entorno estratégico también está definido por una ampliación del radio de acción geográfico. Aunque el Báltico y el Atlántico siguen siendo los ejes prioritarios, el documento alemán señala la importancia creciente del Indo-Pacífico y del Ártico como áreas de proyección de poder y de cooperación multinacional. La Marina alemana ya ha comenzado a desplegar unidades en esas regiones, como en el marco de la operación «Pacific Skies 24», en la que participan también Francia y España.
Finalmente, la disuasión hoy no se entiende solo en términos de capacidad nuclear o presencia convencional, sino como un equilibrio dinámico entre presencia, resiliencia, interoperabilidad y credibilidad política. En este sentido, la estrategia naval alemana se alinea con las prioridades establecidas en la «Estrategia de Seguridad Nacional de 2023», que identifica a la Bundeswehr como pilar central de la defensa convencional europea y aboga por un enfoque integral que incluya resiliencia social, innovación tecnológica e integración civil-militar[7].
En suma, el paso de la crisis a la disuasión en la visión naval alemana refleja una adaptación multidimensional: doctrinal, operativa y política. «Kurs Marine 2025» no solo responde a una amenaza concreta, sino que anticipa un entorno en el que el mar vuelve a ser un espacio contestado. Alemania se prepara, no ya para gestionar crisis, sino para combatir y disuadir en escenarios de alta intensidad. Y en ese nuevo horizonte, la Marina alemana deja de ser un actor periférico para convertirse en un instrumento estratégico de primer orden.

Comparativa doctrinal: Zielbild 2023 vs. Kurs Marine 2025
La evolución de la doctrina naval alemana entre el «Zielbild für die Marine ab 2035» (2023) y el «Kurs Marine 2025» (2025) ofrece una oportunidad única para examinar la transformación estratégica de la Bundeswehr en un contexto de creciente tensión internacional. Para analizar este proceso, se ha aplicado el modelo desarrollado por Henry C. Bartlett y sus colegas, que organiza la estrategia en torno a seis variables dinámicas: Ends (objetivos estratégicos), Security Environment (entorno de seguridad), Means (medios disponibles), Strategies (planes de acción), Risk of Failure (riesgo de fracaso) y Resource Constraints (limitaciones de recursos).
A través de una lectura cualitativa de ambos documentos, este apartado identifica las principales continuidades y rupturas en cada una de estas dimensiones.
1. Fines estratégicos (Ends)
En 2023, el documento «Zielbild» establece como prioridad la capacidad de la Marina alemana para participar en conflictos de alta intensidad dentro del marco de la OTAN, especialmente en el Atlántico Norte y el mar Báltico. Sin embargo, este objetivo se expresa en términos generales, más centrado en capacidades deseadas que en misiones específicas.
En cambio, el «Kurs Marine 2025» articula una finalidad mucho más definida: la defensa de Alemania y la disuasión activa frente a Rusia, con plazos, fuerzas requeridas y condiciones operativas bien delimitadas. Se adopta una postura explícitamente ofensiva en el marco de operaciones conjuntas (Joint All-Domain Operations), señalando incluso la necesidad de capacidad de «Maritime Strike» de largo alcance desde plataformas navales.
2. Entorno de seguridad (Security Environment)
La percepción de la amenaza cambia radicalmente entre ambos documentos. El «Zielbild 2023» solo menciona a Rusia una vez, en el pie de una imagen de una fragata lanzando un misil hipersónico. Su foco es estructural y tecnológico, con un énfasis en la modernización de capacidades, la resiliencia sistémica y la transformación hacia una flota modular, tripulada y no tripulada.
Por el contrario, el «Kurs Marine 2025» menciona a Rusia en 19 ocasiones y presenta al país no solo como una amenaza potencial, sino como el principal adversario estratégico a lo largo de todo el espectro operativo. Se detallan amenazas híbridas, submarinas, aéreas y de sabotaje, con énfasis en las capacidades A2/AD rusas en el Báltico y el despliegue nuclear submarino en el Atlántico Norte. El documento alinea su diagnóstico con la planificación regional de la OTAN y la «Operationsplan Deutschland» del gobierno federal.
3. Medios (Means)
El documento de 2023 proyectaba una expansión de capacidades, pero con poco detalle cuantitativo. Se proponía un objetivo general de resiliencia a través del principio del «factor 3» (un tercio de la flota en cada estado: operación, alistamiento, mantenimiento) y la necesidad de contar con plataformas estándar y modulares.
En 2025, los medios se concretan en términos numéricos: se detallan fragatas, submarinos, sistemas no tripulados, helicópteros y plataformas aéreas con cronogramas y modelos específicos. La flota prevista para 2035 será de entre 42 y 49 buques tripulados, complementados por más de 94 plataformas no tripuladas. Además, se establece la necesidad de aumentar el personal y duplicar la disponibilidad operativa de unidades (pasando de un tercio a dos tercios en estado de alta disponibilidad).
4. Estrategias o planes de acción (Strategies)
En 2023, la estrategia está centrada en la reorganización estructural de la Marina alemana, con énfasis en la estandarización, experimentación tecnológica y adaptación a conflictos de distinta intensidad. No se establece una secuencia operativa clara ni una visión integrada de empleo conjunto.
El «Kurs Marine 2025» define una arquitectura de acción clara: presencia, disuasión, integración de fuerzas conjuntas, respuesta rápida y guerra multidominio. Introduce el concepto «Fight tonight. Fight tomorrow», que articula acciones inmediatas (presencia, refuerzo de capacidades existentes, leasing temporal) con objetivos de largo plazo (infraestructura, adquisición de nuevas plataformas, cooperación internacional).
5. Riesgo de fracaso (Risk of Failure)
En 2023, el riesgo es implícito: se reconoce la fragilidad estructural de la flota, la dependencia tecnológica y la necesidad urgente de modernización. El documento no vincula directamente los riesgos con la planificación operativa.
En 2025, el riesgo está explicitado: el documento advierte que Rusia reconstruirá plenamente sus capacidades antes de 2029, y que Alemania debe actuar con rapidez si quiere evitar quedar estratégicamente rezagada. El texto alerta sobre la insuficiencia de los procesos de adquisición existentes y promueve soluciones como la compra directa, el leasing y la innovación acelerada para evitar el desfase entre amenaza y respuesta.
6. Limitaciones de recursos (Resource Constraints)
En 2023, las limitaciones eran la escasez estructural tras décadas de infra inversión y una dependencia de ciclos lentos de adquisición. Ahora en 2025, tenemos la carencia de un marco presupuestario sostenido más allá de 2027; presión demográfica sobre el reclutamiento.
La comparación entre el «Zielbild für die Marine ab 2035» de 12 páginas y el extenso «Kurs Marine 2025» de 40 páginas, revela una transformación estratégica significativa en la doctrina naval alemana. No se trata solo de un aumento en la densidad documental, sino de un salto cualitativo en cuanto a definición de objetivos, diagnóstico del entorno de seguridad, planificación de capacidades y urgencia temporal.
Si el documento de 2023 funcionaba como una hoja de ruta estructural generalista, su sucesor de 2025 presenta una estrategia operativa coherente, adaptada al riesgo inminente que representa Rusia, cuyo protagonismo pasa de una mención aislada a 19 referencias explícitas. Esta evolución está respaldada por una nueva visión político-estratégica, la doctrina alemana ha dejado de planificar el futuro: ha comenzado a diseñarlo operacionalmente.
Variable | «Zielbild 2023» | «Kurs Marine 2025» |
Fines | Adaptación estructural para guerra de alta intensidad en OTAN. | Defensa nacional, disuasión activa frente a Rusia y proyección global. |
Entorno | Mención marginal de Rusia; foco en transformación tecnológica. | Rusia como amenaza central (19 menciones); énfasis en amenazas híbridas y A2/AD. |
Medios | Declaración de intenciones sobre modularidad, drones y resiliencia. | Flota detallada con cifras, cronograma, plataformas específicas y aumento de personal. |
Estrategia | Modernización estructural y doctrinal sin prioridad operativa definida. | Acción inmediata y sostenida: “Fight tonight. Fight tomorrow”. |
Riesgos | Riesgo implícito por fragilidad estructural y falta de estandarización. | Riesgo explícito: brecha temporal crítica frente a Rusia; necesidad de soluciones urgentes. |
Limitaciones | Escasez estructural tras décadas de infra inversión y dependencia de unos ciclos lentos de adquisición. | Carencia de un marco presupuestario sostenido más allá de 2027 y una enorme presión demográfica sobre el reclutamiento. |
La flota de 2035: capacidades y adquisiciones
El núcleo de la futura flota alemana estará compuesto por al menos seis fragatas Tipo 127 de defensa aérea, seis Tipo 126 orientadas a la guerra antisubmarina y entre tres y cuatro Tipo 125 centradas en guerra antisuperficie. Estas serán complementadas por tres buques no tripulados LRMV (Large Remote Missile Vessel) para tareas de ataque marítimo y defensa aérea, conformando una capacidad robusta para operaciones en el Atlántico Norte y el mar Báltico, con arquitectura modular y participación creciente de sistemas automatizados.
Las corbetas K130 continuarán en servicio (entre seis y nueve unidades), reforzadas por al menos 18 sistemas no tripulados FCSS capaces de operar en enjambre y realizar ataques de corto y medio alcance. Este conjunto tripulado/no tripulado permitirá mantener una alta presencia táctica en entornos litorales, reforzando la capacidad de disuasión y de respuesta rápida en escenarios saturados, especialmente bajo amenazas A2/AD o ataques híbridos.
La flota aérea se verá reforzada por entre ocho y doce aviones P-8A Poseidon, apoyados por el mismo número de sistemas aéreos no tripulados de ala fija para misiones de reconocimiento y guerra antisubmarina. Además, la Armada operará 31 helicópteros NH-90 Sea Tiger, 17 Sea Lion y más de 22 UAV de ala rotatoria. Este conjunto permite operaciones embarcadas, búsqueda y rescate, patrullas litorales y misiones de superficie-submarino integradas.
En el ámbito submarino, la flota contará con entre nueve y doce submarinos clases U212A y U212CD (Common Design), centrados en guerra antisubmarina, ataques encubiertos y reconocimiento. Serán complementados por al menos doce LUUV, grandes vehículos submarinos no tripulados con sensores avanzados y capacidad de operación prolongada. Esta combinación busca asegurar la superioridad submarina alemana, clave para proteger las líneas de comunicación y flanquear la amenaza rusa.
En cuanto a medios anfibios y de apoyo, destacan más de 40 lanchas de combate polivalentes MZKB ((Mehrzweck-Kampfboote), con versiones tripuladas para 2029 y no tripuladas para 2035. En el componente logístico, la Marina alemana dispondrá de tres buques de inteligencia A424, tres A702 de apoyo al combate, tres petroleros de flota A707 y seis nuevos buques de apoyo A405. Estas plataformas asegurarán el sostenimiento de operaciones prolongadas y la resiliencia logística de la flota.
Veamos con detalle cada uno de ellos:

1. Fragatas, corbetas y buques de escolta
La evolución de las capacidades de escolta de la Marina alemana entre 2023 y 2025 ilustra con claridad el paso de una planificación basada en la resiliencia estructural a una visión de superioridad operativa. En el «Zielbild für die Marine ab 2035», las fragatas eran vistas como el núcleo versátil de la flota, encargadas tanto de misiones de guerra antisubmarina (ASW) como de tareas de presencia disuasoria y contribución a operaciones multinacionales. El énfasis doctrinal residía en la interoperabilidad, la modularidad y la estandarización, más que en capacidades ofensivas especializadas.
El «Kurs Marine 2025», en cambio, ofrece una visión decididamente más agresiva y tecnológicamente ambiciosa. La flota de fragatas proyectada para 2035 se organiza alrededor de tres clases principales de fragatas: Tipo 126 (Niedersachsen), dedicadas a la guerra antisubmarina y operaciones polivalentes, Tipo 125 (Baden-Württemberg), enfocadas en la guerra antisuperficie (ASuW) y Tipo 127, diseñadas específicamente para defensa antiaérea y ataque a tierra de largo alcance, complementadas por buques lanzamisiles no tripulados (LRMV), con lo que se inaugura una arquitectura de combate combinada tripulada-no tripulada en el ámbito de las escoltas pesadas (ver Tabla 2).
En términos técnicos, las fragatas Tipo 127 estarán equipadas con sistemas de defensa contra misiles balísticos e hipersónicos, y se plantea su integración con el sistema Aegis y el CMS 330 de Lockheed Martin. Su diseño se basa en la propuesta MEKO A-400 AMD de Thyssenkrupp Marine Systems (tkMS), con aprobación parlamentaria ya obtenida en diciembre de 2024 y entregas previstas hacia 2034. Además, está prevista su dotación con misiles de ataque terrestre Kongsberg Tyrfing 3SM, lo que indica un salto cualitativo en las capacidades de proyección de poder desde el mar.
El contraste con el planteamiento de 2023 es notorio. En el «Zielbild», la Tipo 126 se presentaba como referencia de futuro, incluyendo una imagen de portada con una fragata de este tipo. Se hacía énfasis en su capacidad modular, en su rol como plataforma polivalente, y en su adaptación a los escenarios OTAN en el Atlántico Norte y mar Báltico. Sin embargo, no se detallaban aún los medios ofensivos ni se contemplaban sistemas autónomos en integración operativa.
(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.
IMPORTANTE: Las opiniones recogidas en los artículos pertenecen única y exclusivamente al autor y no son en modo alguna representativas de la posición de Ejércitos – Revista digital sobre Defensa, Armamento y Fuerzas Armadas, un medio que está abierto a todo tipo de sensibilidades y criterios, que nace para fomentar el debate sobre Defensa y que siempre está dispuesto a dar cabida a nuevos puntos de vista siempre que estén bien argumentados y cumplan con nuestros requisitos editoriales.
1 Comment