¿Cómo un Estado de nueve millones de habitantes ha logrado cortar los hilos de Irán en toda una región? ¿Cuáles son las repercusiones del debilitamiento de los brazos militares de la República Islámica de Irán? ¿Mantendrá Irán su estatus en Oriente Medio? La Operación “León ascendente”, iniciada el 13 de junio de 2025 constituye un ejemplo perfecto de la puesta en práctica de la guerra híbrida. Es más, debe estudiarse en los centros de defensa como estrategia preventiva contemporánea, una doctrina que Israel ha aplicado fielmente desde la Guerra Yom Kipur en 1973. En el siguiente artículo, se explican sus elementos fundamentales, así como sus efectos para la estabilidad y la seguridad de Oriente Medio.
Índice
- 1. Introducción
- 2. Proxies de Irán: la caída
- 2.1. Eje de la Resistencia
- 2.2. Derecho de independencia
- 2.3. Preparando un cambio de régimen
- 2.4. Estados Unidos escala el conflicto
- 2.5. Silencio tras el ataque
- 3. Entonces, ¿qué opciones tiene Irán?
- 4. ¿Qué medidas tomará Irán?
- 5. El otro lado de la moneda, ¿qué opciones tiene Israel?
- 5.1. Una relación histórica
- 5.2. Israel, líder regional
- 5.3. ¿Sufre Israel el desgaste económico y militar?
- 6. La amenaza iraní en Europa
- 7. Conclusiones
- Bibliografía
- Notas
1. Introducción
Israel defiende sus intereses demostrando “cómo gestionar las campañas militares unificando los componentes de los conflictos: servicios de inteligencia, ciberataques, guerra electrónica, drones, operaciones especiales, conquista aérea y por último guerra psicológica para derrotar al enemigo”, según explicó el actual director del Instituto de Guerra Moderna en la prestigiosa Academia Militar de West Point “John W. Spencer. [1]
La doctrina israelí plantea una guerra híbrida, para lo cual apuesta por emplear una amplia variedad de métodos a través de los cuales desestabilizar a un oponente. Mediante el uso de ataques preventivos consigue una ventaja estratégica, lo cual es y será clave en los conflictos futuros. Aplica, además, un enfoque preventivo que implementa gracias sus Fuerzas de Autodefensa y que se beneficia del apoyo estadounidense. Por supuesto, nada de esto es un invento israelí, como decía Sun Tzu: “La invencibilidad depende de nosotros; la vulnerabilidad del enemigo, de él”.
En palabras del viejo estratega “rendir al enemigo sin combatir es el súmmum de la habilidad”.[2] Con el fin de rendir al enemigo, Israel movilizó a sus servicios de inteligencia. Las primeras horas en la operación consistieron en neutralizar los radares, interrumpir las comunicaciones, realizar ciberataques y, en definitiva, cortar la cadena de mando. Por este motivo, desde Tel Aviv, los servicios de inteligencia militar hebrea accedieron a la agenda del mando iraní con un objetivo claro: destruir el mando militar de Irán acabando, entre otros, con el Jefe del Estado Mayor y el comandante de la Guardia Revolucionaria.
La operación de inteligencia llevó meses de planificación para introducir en Irán el operativo necesario para el ataque. La misión necesitaba las piezas de drones que fueron ensambladas in situ y colocadas en lugares críticos para neutralizar la defensa militar de la República Islámica.[3] El plan de acción era impedir una respuesta directa del enemigo. En los primeros días del conflicto agentes de inteligencia israelí comunicaron: «Le puedo aconsejar ahora: tiene 12 horas para escapar con su esposa e hijo. De lo contrario, está en nuestra lista ahora mismo», se escucha a un agente de inteligencia israelí decirle a un alto general iraní en una grabación de audio obtenida por el Washington Post[4]. La cúpula militar iraní estaba desarticulada. Cumplían así como lo expresado en su momento por el Mayor General (retirado) John W. Spencer: “Las guerras modernas no se ganan con fuerza bruta- sino con inteligencia, coordinación y audacia estratégica”.[5]
2. Proxies de Irán: La caída
El 7 de octubre de 2023, Hamás, grupo terrorista palestino con base en la Franja de Gaza, inició la guerra. “La masacre del 7 de octubre fue un sábado y durante la festividad judía de Simjat Torá, Hamás lanzó una ofensiva devastadora y coordinada que sacudió el sur y el centro de Israel. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el estado de guerra y se inició la operación Espadas de Hierro por parte del ejército israelí”.[6]
Ya en 2025, y después de estos dos años de ataques, las milicias aliadas de Hamás se han visto empujadas a un conflicto en el que han perdido la capacidad para enfrentarse a Israel. La agresión, basada únicamente en el lanzamiento de cohetes, drones y misiles, no ha alterado significativamente las operaciones de Israel en la Franja de Gaza, aunque sí consiguió amenazar a la población que residía cerca. El secuestro de más de doscientas personas impactó a la población, que huyó de las áreas urbanas cercanas a la Franja. De hecho, sirvió para debilitar una parte de la sólida economía israelí. En consecuencia, tras el ataque, la operación militar impuso una llamada a filas de 300.000 reservistas en los primeros días; este hecho afectó a la economía por la ausencia de mano de obra.[7]
2.1. Eje de la Resistencia
Irán ha desarrollado una política de disuasión basada en la creación de una zona de amortiguación defensiva, ubicada en el Mediterráneo oriental, con la participación de varios aliados regionales no estatales. “Hoy en día, la “campaña de unificación de las arenas” es la versión más completa y actualizada de dicha estrategia. El llamado Eje de la Resistencia. Teherán los dirige contra su principal enemigo, Israel, mediante un liderazgo a salvo, lejos de la frontera”.[8]
Entre los actores que forman el Eje de la Resistencia nos encontramos en primer lugar con Hezbolá, milicia “proiraní” que consiguió atacar la región de Galilea, en el norte de Israel. Los ataques que obligaron a los civiles israelíes a evacuar sus hogares durante más de un año. El resultado fue conseguir importantes efectos negativos para la economía agrícola de la zona. En respuesta, Israel dio luz verde a la “Operación Flechas del Norte”, una campaña militar de corta duración que debilitó gravemente a Hezbolá. Según informan las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) neutralizaron unos 2.500 terroristas y golpearon más de 12.500 objetivos de Hezbolá durante la operación, incluyendo 1.600 cuarteles militares y más de 1.000 instalaciones de almacenamiento de armas.[9] Por consiguiente, Irán respondió con un importante operativo con misiles balísticos contra Israel en octubre de 2024. Por ende, Israel detuvo este ataque y contraatacó desactivando componentes clave de las defensas aéreas iraníes, que se convirtieron en objetivos importantes para las futuras campañas aéreas. Para finalizar, la “Operación Flechas del Norte” en el Líbano debilitó significativamente a Hezbolá, que era la fuerza militar disuasoria más poderosa de Irán contra Israel hasta la fecha.
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