La USAF retrasa las entregas del entrenador Boeing T-7A Red Hawk hasta finales de 2025

Boeing T-7A Red Hawk. Fuente - Boeing Corporation.
Boeing T-7A Red Hawk. Fuente - Boeing Corporation.

Problemas relacionados con el sistema de expulsión de emergencia y con el asiento eyector han llevado a la Fuerzas Aérea estadounidense (USAF) a retrasar la decisión sobre la producción del entrenador avanzado Boeing T-7A Red Hawk hasta febrero de 2025, lo que supone que las primeras entregas no se darían hasta finales de ese mismo año, asumiendo un retraso de dos años sobre los planes originales.

El Boeing T-7A Red Hawk es un avión de entrenamiento militar avanzado de nueva generación desarrollado de forma conjunta por la empresa estadounidense Boeing y por la sueca Saab. Fue seleccionado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 2018 como su próximo avión de entrenamiento en reemplazo del actual T-38 Talon, un aparato que ha estado en servicio con la USAF desde la década de 1960. Para ello, se asignó un contrato de 9.200 millones de dólares, destinado a la adquisición de 351 aparatos y 46 simuladores, así como entrenamiento, recambios y asistencia.

El T-7A Red Hawk ha sido diseñado para proporcionar un entrenamiento de vuelo avanzado y realista para los pilotos estadounidenses, de forma que les sirva como paso previo al manejo de aparatos de quinta generación como los F-22 Raptor y el F-35 Lightning II. Para ello, cuenta con una aviónica avanzada, una cabina totalmente digital y un sistema de entrenamiento que permite a los pilotos practicar misiones complejas en un entorno simulado.

El primer vuelo de este aparato tuvo lugar en 2016, siendo sometido desde entonces a diversas pruebas, en las que se ha revelado varios problemas, tanto de software como relacionados con el sistema de expulsión del piloto en caso de emergencia, así como con el sistema de control de vuelo. Aunque parte de los contratiempos han sido solucionados desde 2021, los referentes al sistema de expulsión, que podrían suponer un alto riesgo de conmociones cerebrales para los pilotos no han podido ser corregidos.

Así las cosas, la USAF ha decidido retrasar el calendario del programa, con lo cual no se tomará una decisión sobre la producción inicial de los nuevos aparatos hasta febrero de 2025, lo que supondría en el mejor de los casos iniciar entonces la fabricación a bajo ritmo y entregar los primeros ejemplares para finales del mismo año. Para ello, han eliminado de la solicitud de presupuesto para el próximo 2024 los 322 millones de dólares que debían financiar la adquisición de los primeros aparatos.

Mientras tanto, Boeing continúa con los test del T-7 Red Hawk en sus instalaciones de Saint Louis, en Missouri, en donde prosiguen los vuelos de los aparatos de prueba, mientras están en construcción cinco nuevas unidades con las que seguir experimentando y puliendo el diseño hasta cumplir con todos los requisitos, incluidos los de seguridad, de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

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