El programa Tempest recibe un nuevo impulso

Infografía del futuro cazabombardero de sexta generación británico Tempest. Fuente - BAE Systems.
Infografía del futuro cazabombardero de sexta generación británico Tempest. Fuente - BAE Systems.

Como parte del Global Combat Air Programme (GCAP por sus siglas en inglés) – un proyecto trilateral entre el Reino Unido, Japón e Italia para desarrollar la próxima generación de aviones de combate – el Ministerio de Defensa británico ha otorgado un contrato de 656 millones de libras (778 millones de euros al cambio actual) a BAE Systems como contratista principal para avanzar en el diseño y desarrollo del Tempest. Además de BAE Systems tomarán parte en el desarrollo del Tempest las empresas Leonardo UK, MBDA UK y Rolls-Royce.

El programa Tempest es un proyecto liderado por el Reino Unido para desarrollar un avión de combate de sexta generación en colaboración con Italia y Japón. El objetivo del programa es diseñar y construir un avión de combate avanzado y furtivo que entre en servicio en la década de 2030 y que sea capaz de operar en entornos altamente desafiantes, incluyendo la guerra electrónica y la ciberseguridad.

Desde el Ministerio de Defensa británico esperan que esta partida presupuestaria permita avanzar en el desarrollo de más de 60 soluciones tecnológicas a implementar posteriormente en el Tempest, incluyendo algunas relacionadas con la inteligencia artificial, la furtividad o la colaboración hombre-máquia, para garantizar que el avión pueda operar de manera efectiva en el futuro entorno de combate.

Todo para continuar con el proceso de I+D de un sistema de sistemas del que formará parte también, según los países implicados, un innovador avión de combate furtivo con capacidad supersónica y equipado con tecnologías de vanguardia, incluyendo capacidades de detección y comunicaciones de última generación, algo que esperan que haga del Tempest uno de los cazas más avanzados, interoperables, adaptables y conectados del mundo en servicio a nivel global.

Además de la vertiente militar del programa, desde el Reino Unido han venido haciendo hincapié en la vertiente económica que, aseguran, permitirá generar hasta 21.000 empleos en el país, implicando a casi 600 empresas e instituciones y con un impacto sobre el Producto Interior Bruto británico que podría alcanzar los 22.200 millones de euros hasta 2050. De hecho, a día de hoy ya hay 2.800 trabajadores implicados directamente en el desarrollo del Tempest, cifra que se espera que aumente gracias a la inyección económica que acaba de aprobarse.

Esta última partida de 656 millones de libras esterlinas forma parte de una mucho mayor, valorada en 2.000 millones de libras, que el Gobierno del Reino Unido aprobó el pasado año y que debería servir para mantener el programa vivo hasta mayo de 2025, momento a partir del cual los tres socios deberán decidir si seguir adelante. No olvidemos que el objetivo declarado del programa Tempest pasa por contar con un avión de combate operativo para 2035, adelantándose así en el calendario a su competidor europeo, el FCAS (Future Combat Air System), que implica a Alemania, Francia y España y que no alcanzará este hito al menos hasta 2040, a tenor de los últimos anuncios.

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