Bélgica aprueba la construcción de dos nuevas fragatas antisubmarinas

Infografía de las futuras fragatas antisubmarinas para la marina de Bélgica. Fuente - Ministerio de Defensa de Bélgica.
Infografía de las futuras fragatas antisubmarinas para la marina de Bélgica. Fuente - Ministerio de Defensa de Bélgica.

La ministra de Defensa de Bélgica, Ludivine Dedonder, ha dado luz verde a la adquisición de dos fragatas antisubmarinas como parte de un programa binacional que llevará a la construcción de cuatro unidades, dos de las cuales servirán con la Marina Real de los Países Bajos. La compra de las nuevas fragatas supondrá a las arcas belgas un desembolso de 2.000 millones de euros. El primer buque entrará en servicio en 2030.

Hace escasas horas la ministra de Defensa belga, Ludivine Dedonder, ha anunciado que el Consejo de Ministros del país ha dado luz verde a la construcción de dos nuevas fragatas antisubmarinas para la marina belga (en realidad el Componente Marino del Ejército Belga) en cooperación con los Países Bajos. El contrato, que se había dilatado en el tiempo debido a desacuerdos en torno al precio, implica la construcción de cuatro buques, dos de los cuales lucirán la bandera neerlandesa, mientras que los otros dos harán lo propio con la de Bélgica.

Las marinas tanto belga como neerlandesa, a pesar de ser técnicamente entidades independientes, han venido colaborando estrechamente durante un cuarto de siglo. Lo han hecho hasta el punto de que operan bajo un cadena de mando mixta y empleando una flota común, de ahí la decisión de adquirir buques idénticos, de forma que se maximice la comunalidad simplificándose la logística de paso y beneficiándose de las economías de escala.

De hecho, la relación entre ambas armadas y en general entre ambos ministerios de Defensa es mucho más estrecha de lo que se piensa, hasta el punto de que serán los Países Bajos los encargados de adquirir las cuatro fragatas. Bélgica, por su parte, es responsable de la compra de una docena de buques de guerra de minas de diseño galo que se repartirán también a partes iguales.

Dicho lo anterior, el programa de adquisición de las nuevas fragatas antisubmarinas supondrá un desembolso para Bélgica de alrededor de 2.000 millones de euros. Una cantidad que no ha dejado de crecer en los últimos años debido al aumento de la inflación, pero también a la elección de equipos hecha por los compradores, incluyendo el armamento y los sensores a bordo. Se espera que hasta 355 millones de euros reviertan en la industria belga en términos de contraprestaciones industriales.

Así las cosas, la primera fragata de la nueva serie, que será destinada a la Marina Real de los Países Bajos, deberá entrar en servicio a finales de 2029, debiendo esperar Bélgica a mediados de 2030 para recibir su primera unidad. A partir de ahí, en 2031 llegarán otras dos unidades, una para cada estado.

Respecto a los nuevos buques, aunque no han trascendido por el momento datos específicos sobre el sistema de combate o los sensores, se sabe que contarán con una eslora de 145 m y una manga de 17 y que estarán tripuladas por una dotación compuesta por 115 almas entre oficiales, suboficiales y marineros. Además, podrán alojar una fuerza adicional de hasta 35 efectivos para misiones específicas.

Las nuevas fragatas reemplazarán a las cuatro fragatas multipropósito de fabricación holandesa de la clase Karel Doorman que entraron en servicio en la década de 1990. Bélgica adquirió en 2005 dos unidades, la «Leopold 1» y la «Louise-Marie», ambas de segunda mano, por un total de 230 millones de euros.

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