
Tras varios días de especulaciones, los tres integrantes de la alianza AUKUS (Australia-United Kingdom-United States), esto es, Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos anunciaron ayer los datos clave de un acuerdo que permitirá a la Royal Australian Navy operar en las próximas décadas hasta 8 submarinos de ataque de propulsión nuclear (SSN) de la clase AUKUS (SSN-AUKUS).
El acuerdo anunciado ayer va más allá de la construcción o adquisición de submarinos nucleares de ataque por parte de la Royal Australian Navy e incluye garantías de seguridad inmediatas para este país, que tras renunciar a los submarinos convencionales de diseño francés que había contratado con Naval Group, quedaría con sus submarinos clase Collins como única defensa.
Por ello, se ha acordado que los submarinos nucleares estadounidenses aumenten sus visitas a puertos australianos a partir de este mismo año, mientras que los británicos harán lo propio a partir de 2026. Es más, a partir de 2027 cuatro submarinos nucleares estadounidenses y uno británico formarán lo que se ha dado en llamar Submarine Rotational Forces West.
Además de lo anterior, y como paso previo a la llegada de los AUKUS, el país austral se hará con tres SSN clase Virginia estadounidenses, con opción a dos más, de forma que pueda comenzar a partir de 2030 tanto a formar a sus tripulaciones a bordo de SSN operados por la Royal Australia Navy, como a familiarizarse con las particularidades del mantenimiento y operación de reactores nucleares navales, para lo cual contarán con apoyo estadounidense, al igual que el Reino Unido. El trabajo de formación, no obstante, comenzará este mismo año, pues se ha acordado que tanto personal militar como civil australiano se incorpore tanto a la US Navy como a la Royal Navy, así como a la industria de defensa de estos países para acelerar el entrenamiento del personal australiano.
El diseño elegido finalmente para la clase AUKUS será de nuevo cuño, aprovechando la experiencia británica en el diseño de submarinos de propulsión nuclear y tomando elementos tanto de los SSN Astute actualmente en servicio como de los futuros SSBN Dreadnought, en fase de desarrollo. Hasta donde se sabe, el grueso de la electrónica y el sistema de combate será estadounidense, lo que abre la puerta a que incorporen, como adelantamos, algunas de las características más interesantes de los SSN Virginia Block V y de los futuros SSN(X) como el sistema de silos verticales tipo «revólver». La construcción, que se llevará a cabo tanto en el Reino Unido como en Australia, comenzará a finales de la presente década, siendo encomendada a las empresas BAE Systems y Rolls-Royce como contratistas principales.
Por el momento no han trascendido algunos de los detalles más importantes del acuerdo, como el porcentaje de los futuros submarinos a construir en Australia o, en su defecto, los retornos industriales. Sí que se ha sabido que este país destinará al programa hasta (a la espera de retrasos y sobrecostes) de 368.000 millones de dólares australianos (229.010 millones de euros) durante las próximas tres décadas. También que se invertirán hasta 8.000 millones de dólares australianos (4.979,55 millones de euros) en adecuar la base naval de Stirling, al oeste del país.
Estas cantidades serán empleadas tanto para hacerse con los SSN Virginia como para poner en marcha la construcción de los futuros SSN AUKUS, de los cuales esperan recibir el primero hacia 2040, entrando en servicio un nuevo submarino cada dos años con la Royal Australian Navy hasta 2050, totalizando así cinco unidades. Las otras tres hasta completar las ocho unidades serían construidas en Adelaida durante la década de 2060. También para adecuar la base industrial del país a la operación de submarinos nucleares, aunque el suministro de combustible y algunos componentes críticos dependerá de los Estados Unidos, como sucede en el caso de la Royal Navy británica.
En resumen, la Royal Australian Navy podría disponer a mediados del presente siglo de una flota de hasta 8 submarinos nucleares de nueva generación, como parte de un programa que servirá para dotar al país de todos los recursos humanos, tecnológicos e industriales necesarios para operar los futuros SSN clase Aukus. Con ello Australia pasará definitivamente de ser un actor centrado en su propia defensa, a defender aspiraciones regionales que abarcan todo Indo-Pacífico, convirtiéndose de paso en una pieza fundamental dentro de los planes estadounidenses para contener a la República Popular de China.
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