
Australia podría adquirir hasta cinco submarinos de ataque de propulsión nuclear de la clase Virginia a los Estados Unidos. La compra, que se produciría en el marco del acuerdo AUKUS entre Washington, Canberra y Londres, permitiría a la Royal Australian Navy disponer de estos submarinos durante la próxima década, incrementando la capacidad de disuasión australiana frente a la Armada china.
Después de no pocas controversias y dudas, parece que el futuro del programa de submarinos australiano comienza a despejarse. Tras abandonar el programa en marcha, que recurría a la francesa Naval Group como socio tecnológico y embarcarse en la alianza AUKUS, funcionarios norteamericanos han declarado que el país austral está negociando la adquisición de hasta cinco submarinos de ataque de propulsión nuclear de la clase Virginia.
Descontentos con su programa de submarinos convencionales, los australianos pidieron a los estadounidenses tecnología para disponer de submarinos de ataque nuclear cancelando el contrato con Naval Group. Esto llevó a la creación del AUKUS, una asociación destinada a compartir tecnología militar que, según la declaración del gobierno británico, mejorará «el desarrollo de capacidades conjuntas y el intercambio de tecnología, asegurando que nuestra gente se mantenga a salvo de daños y reforzando nuestros objetivos compartidos. AUKUS fomentará una integración más profunda de la ciencia, la tecnología, las bases industriales y las cadenas de suministro relacionadas con la seguridad y la defensa».
El pacto, no obstante, sirvió para constatar un cambio de profundo calado en la gran estrategia australiana, país que ha dejado de lado la defensa continental y las misiones de estabilización para adentrarse en la competición estratégica entre grandes potencias y la disuasión contra China. Además, suponía una apuesta clara por profundizar relaciones con Reino Unido y Estados Unidos, dando por fracasados los intentos de intentar hacer equilibrios equidistantes entre China y los estadounidenses.
Desde la firma del AUKUS, se ha venido dudando sobre las opciones australianas a la hora de dotarse de SSN. Se ha especulado con la posibilidad de adquirir algunos de los submarinos clase Los Angeles que la US Navy pueda dar de baja en los próximos años, con la intención de formar a sus tripulaciones, mientras se construyen en el país las infraestructuras necesarias para asegurar el sostenimiento de una flota de propulsión nuclear. También con la idea de hacerse con submarinos nucleares de ataque de diseño británico, construidos en suelo australiano al menos en parte.
hora, tras las últimas noticias, cobra fuerza la posibilidad de que Australia pase directamente a operar submarinos de la clase Virginia, posiblemente de la variante Block V dotada con cargadores tipo revólver para los misiles de crucero, a lo largo de la próxima década. La cifra final podría oscilar entre cuatro y cinco, lo que permitiría a la Royal Australian Navy disponer de dos unidades en servicio en cualquier condición.
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