Escocia, gracias a su privilegiada posición geográfica, que permite controlar la actividad naval en el Mar de Noruega, el Mar del Norte y el conocido GIUK, está ganando en los últimos años una importancia capital para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Un papel central que crece a la par que la Flota del Norte rusa recupera parte de su pasado poderío y el deshielo del Ártico abre nuevas posibilidades. No obstante, la posibilidad de una hipotética independencia sigue planeando sobre la región, un escenario que afectaría tanto a la capacidad de disuasión convencional como nuclear del conjunto de la OTAN.
(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.
Be the first to comment