
¿Cuál ha sido el elemento determinante del éxito ucraniano a la hora de frenar la invasión rusa? Sin duda, tener a su disposición una información única, suministrada por los Estados Unidos, el Reino Unido y otros estados integrantes de la OTAN, ha sido clave, al permitir a los ucranianos adelantarse a cada movimiento ruso. No obstante, disponer de más y mejor información no sirve de demasiado si luego no se dispone de las capacidades necesarias para sacarle partido. Ucrania, gracias a la formación de sus suboficiales y oficiales, a la mayor libertad de estos frente a las anquilosadas doctrinas rusas, a tener a su disposición armamento moderno, así como la posibilidad de comunicar y coordinar a sus pequeñas unidades en tiempo real, ha logrado hacer de la maniobra táctica con objetivos operacionales -e incluso estratégicos-, el elemento clave de su exitosa defensa. En este artículo explicamos las razones y las formas en que Ucrania ha logrado explotar sus fortalezas, hasta el punto de agotar a las fuerzas rusas.
Cuándo durante los primeros días de la invasión de Rusia a Ucrania comenzó a hacerse patente la imposibilidad de las VSRF (Vooruzhónniye sily Rossíyskoy Federátsii-Fuerzas Armadas de Rusia) a la hora de alcanzar sus objetivos operativos[1] -que además coincidían con los objetivos estratégicos[2].- a quien escribe le asaltó una duda: ¿Disponía Ucrania de una fuerza de maniobra operacional capaz de realizar una o varias contraofensivas en distintos ejes, de forma coordinada y simultánea, con la que repeler/derrotar a las VSRF y así, acabar como bando triunfador de la invasión? Tomando como base las conceptualizaciones y teorías doctrinales bélicas imperantes durante los dos últimos siglos, la respuesta a esa pregunta retórica sólo podía ser un no tajante.
Debido a la imposibilidad ucraniana de amasar una fuerza de maniobra capaz de realizar operaciones de ‘altos vuelos[3]’ –y por tanto, según el ‘dogma doctrinal’, incapaz de desplegar en el teatro de operaciones una fuerza con capacidad de asestar un teórico ‘golpe mortal’ a las VSRF- estaba convencido de que la única opción a nivel táctico-operacional de Ucrania pasaba por ‘desangrar[4]’ a las VSFR. Esto podría forzar a Rusia a entablar unas negociaciones de armisticio en términos no demasiado desfavorables y que permitieran la continuidad de Ucrania como un estado soberano y libre. Sin duda, se habría visto obligada a realizar grandes concesiones territoriales, posiblemente perdiendo la salida al mar y reduciendo su territorio nacional a la Ucrania occidental. Un escenario que sentaría a su vez las bases para un futuro conflicto en el corto/medio plazo.
No obstante, la feroz defensa del aeródromo de Hostomel y la férrea resistencia ucraniana en los accesos a Kiev durante los tres primeros días de la invasión, unidas a la inoperancia militar de las VSRF[5], abrieron la puerta a una ‘nueva forma de hacer la guerra.’
La aproximación militar -la doctrina y conceptualización teórica en el desempeño y empleo de las fuerzas armadas- de Ucrania, en gran parte viene marcada por el contexto inicial y en el que se desarrolla la invasión. En cierta forma, se podría decir que ha sido una aproximación militar adoptada por obligación; la consecuencia de la de falta de medios y el contexto táctico-operacional-geográfico, pero también su elección propia doctrinal. Sea como fuere, le está saliendo bien.
Las doctrinas y conceptos bélicos, aunque sea un ejemplo un tanto chusco, históricamente se han parecido un poco al fútbol y a su refrán popular de ‘once que gana, once que juega.’ Debido a falta de medios iniciales y a la asimetría de fuerzas, Ucrania ha desarrollado y adoptado un ‘once’ que ‘gana‘ sobre la marcha y de forma improvisada. Dicha aproximación, a su vez estaría en línea con los nuevos conceptos basados en enjambres de la guerra no lineal, multidominio y mosaico a los que las fuerzas ucranianas han sabido adaptarse muy rápido y que autores como Guillermo Pulido han tratado en estas páginas y en recientes obras. Ideas que nos atrevemos a denominar como la conceptualización bélica del futuro.
Ucrania, desde el principio de la invasión no sólo se ha encontrado luchando contra un invasor en asimetría de fuerzas, sino también muy condicionada por la cantidad-poder de fuego del material-equipo a su disposición. Especialmente aquel material-equipo necesario para realizar la maniobra operacional según ‘manda el canon’. La respuesta a la pregunta retórica inicial que hemos planteado, en teoría, era fácil de extraer con tan sólo ojear por encima el orden de batalla y la composición de las ZSU (Zbroini syly Ukrainy-Fuerzas Armadas de Ucrania) previa a la invasión[7].

En la terminología conceptual y teórica del ‘Arte de hacer la Guerra’, la maniobra operacional contemporánea tradicionalmente es asociada con grandes envolvimientos o penetraciones en la profundidad del despliegue enemigo, cuyo objetivo es destruir la capacidad de combate-operativa enemiga mediante una serie de batallas coordinadas, continuadas y sostenidas en el tiempo-espacio de un Área de Operaciones determinada. Así mismo, la maniobra operacional está íntimamente ligada con la imagen ‘popular’ de grandes concentraciones de MBTs (Main Battle Tank-Tanque de Batalla Principal) desplazándose velozmente a través de campiñas y prados ondulados, apoyados por infantería multi-capacidad montada en IFVs (Infantry Fighting Vehicle-Vehículo de combate de infantería), infantería de apoyo transportada en APCs (Armored Personal Carrier-Transporte Blindado de Personal), artillería de apoyo directo, supresión y precisión, drones (para observación, corrección de tiro, guiado de misiles/proyectiles y ataque) sistemas de inteligencia, control, coordinación, integración y comunicaciones seguras, defensa AA (Anti-Aéreas), SEAD (Suppression of Enemy Air Defenses-Supresión de Defensas Aéreas Enemigas) y CAS (Close Air Support-Apoyo Aéreo Cercano).
La maniobra operativa de Armas Combinadas, tradicionalmente ha sido empleada para lograr objetivos que permiten situarse en posición de alcanzar las metas estratégicas. Dicha maniobra de amplio espectro o gran envergadura -ofensiva/contraofensiva en más de un eje de avance, ejecutada de forma coordinada, simultánea y sostenida-, realizada en explotación de una ruptura táctica en la LOC (Line of Contact-Línea de Contacto), hasta antes de esta invasión, era considerada como la base y quintaesencia de cualquier triunfo militar. A su vez, eran vistas como el culmen y producto de la buena ejecución de las tácticas en Armas Combinadas.
Armas Combinadas de las que Ucrania carecían/carecen de la cantidad-calidad-potencia necesarias para realizar maniobras operativas de ‘envergadura’ con finalidades estratégicas. Y no sólo en el número de carros de combate o cazas se encuentra el déficit de las ZSU. La maniobra operacional en guerra convencional moderna de alta atrición, requiere más que una gran cantidad de MBTs y superioridad aérea. Mucho más. Estos son un elemento fundamental en ella, pero sin todo el ‘pack’ de armas combinadas actual, ejecutando tácticas de ruptura y operaciones de explotación en profundidad de manera controlada, coordinada y sostenida, no hay maniobra operacional. Y si no, qué se lo pregunten a las fuerzas acorazadas y a los carristas de las VSRF.
Con todo, pese a carecer de la ‘tradicional’ fuerza de maniobra operativa y sin recurrir al despliegue operacional ofensivo con fines estratégicos de acuerdo al ‘dogma’, las ZSU han sido capaces de infligir severas pérdidas y derrotas a las VSRF. Alcanzando en más de una ocasión objetivos operativos que las sitúan cercanas a alcanzar las metas estratégicas[8]. Y todo esto ha sido logrado sin realizar mayor maniobra operacional en fase ofensiva que la ejecutada por las ZSU en el seguimiento del repliegue/retirada de las VSRF del Norte-Noreste de Ucrania. Ello ha sido posible gracias a una aproximación militar por parte de Ucrania algo improvisada y bastante ‘simple’, si esta es comparada con las tradicionales realizadas desde el mundo ‘teórico-doctrinal’.
Sin embargo no conviene adelantar ni acontecimientos, ni explicaciones. Así, antes de adentrarnos en cómo las ZSU han sido capaces de lograr éxitos operacionales y estratégicos sin pasar del nivel de maniobra táctica, es necesario explicar la conceptualización teórica de los ‘Niveles de la Guerra.’

Los niveles de la guerra
Los niveles de la guerra son perspectivas-concepciones doctrinales que aclaran los vínculos entre los objetivos estratégicos y las acciones tácticas. Aunque no existen límites finitos o fronteras entre ellos, los tres niveles son estratégico, operativo-operacional y táctico. Comprender la relación interdependiente de los tres ayuda a los comandantes a visualizar un flujo lógico de operaciones, asignar recursos y asignar tareas. Las acciones dentro de los tres niveles no están asociadas con un nivel de comando en particular, tamaño de unidad, tipo de equipo o fuerza o tipo de componente. En cambio, las acciones se definen como estratégicas, operativas o tácticas en función de su efecto o contribución para lograr objetivos estratégicos, operativos o tácticos[9].
Los tres niveles de la guerra son aquello que conforma la estrategia militar contemporánea. Clausewitz decía que la táctica es el arte de conducir las batallas, mientras las operaciones, el arte de conducir las campañas. La táctica, el instrumento para conseguir el objetivo de las operaciones, y las operaciones, el instrumento para conseguir el objetivo de la estrategia.
La estrategia hasta los inicios de la I Guerra Mundial, consistía esencialmente en concentrar el grueso de un ejército en un lugar y tiempo determinados, para ejecutar de forma ventajosa el golpe definitivo contra el enemigo mediante una batalla decisiva. Pero la guerra, salvo casos excepcionales, ha dejado de ganarse mediante una sola acción crucial. Los ejércitos se masificaron y los avances tecnológicos cambiaron radicalmente la manera de hacer la guerra, impidiendo ‘la batalla decisiva’[10].

Surgió pues la necesidad de establecer un nivel intermedio entre la táctica –batalla- y la estrategia -la derrota total del enemigo.- Este será un nivel íntimamente relacionado con la conducción de las operaciones -conducción de ejército/cuerpos de ejército/divisiones en uno o varios sectores, áreas de operaciones, frentes o teatros de la guerra-. De esta manera, tras la I Guerra Mundial, surgen así los tres niveles diferenciados en la guerra.
Debido a esta nueva conceptualización, la estrategia pasaba a un nivel que quedaría muy pronto fuera del terreno puramente militar, para integrarse exclusivamente en el terreno político, haciendo cierto aquello que Clausewitz había establecido en relación a que la guerra era el instrumento final de la política y por tanto, su conducción correspondía al liderazgo político de la nación.
La estrategia dejó de limitarse exclusivamente a cuestiones puramente militares, alcanzando a todos los instrumentos/estructuras de fuerza en una nación. Ahora todos los recursos humanos y materiales de un Estado -política, economía, alianzas, industria, propaganda, comunicaciones, población y fuerzas armadas.- forman parte del campo estratégico, en el cual y con los cuales, el liderazgo político decide o no hacer la guerra. El liderazgo político establecerá los objetivos estratégicos de esa guerra. Objetivos que normalmente se dirigían al mismo fin: hacer que el enemigo desista en su empeño de continuar la guerra. La estrategia sería por tanto, el uso que se hace de la fuerza y la amenaza de la fuerza con fines políticos.
El nivel operativo de la guerra es el nivel en el que se llevan a cabo y se mantienen campañas y operaciones para lograr objetivos estratégicos dentro de los teatros o AO (Áreas de operaciones-Áreas operacionales/Axis of Operations-Area of Operations). Vincula el empleo táctico de las fuerzas con los objetivos estratégicos. El enfoque en este nivel está en el arte operacional: el uso de fuerzas militares para lograr objetivos estratégicos a través del diseño, organización, coordinación, integración y conducción de estrategias de teatro, campañas, operaciones y batallas. Una campaña es una serie relacionada de operaciones militares destinadas a lograr un objetivo estratégico u operativo dentro de un tiempo y espacio determinados[11]. Estas acciones se realizan de manera simultánea o secuencial bajo un plan común y están controladas por un solo comandante.

El arte operacional determina cuándo, dónde y con qué propósito se emplean las fuerzas principales, para de esta forma influir en la disposición del enemigo antes del combate. Gobierna el despliegue de fuerzas, su compromiso o retirada de la batalla, así como la disposición de las batallas y operaciones principales para lograr los objetivos operativos y estratégicos.
Las operaciones suelen implicar dimensiones de tiempo y espacio más amplias que las tácticas; la orientación estratégica a nivel operativo requiere que los comandantes miren más allá de la situación inmediata. Mientras que el mando táctico pelea la batalla actual, el mando operativo mira más profundamente en el tiempo, el espacio y los eventos. Busca moldear las posibilidades de los próximos eventos con anticipación, para crear las condiciones más favorables posibles para los comandantes subordinados, cuyas actividades tácticas ejecutan la campaña. Asimismo, los mandos operativos anticipan los resultados de las batallas y enfrentamientos y se preparan para explotarlos para obtener la mayor ventaja estratégica[12].
Los comandantes operativos se comunican continuamente con sus superiores estratégicos para obtener instrucciones y garantizar un entendimiento común de los eventos. Los resultados tácticos influyen en la conducción de las campañas a través de una interacción compleja de dinámicas operativas y tácticas.
El arte operacional se traduce en planes a través del diseño operativo. Un plan bien diseñado y una operación ejecutada con éxito dan forma a la situación para las acciones tácticas. Ejecutado hábilmente, un buen plan aumenta las posibilidades de éxito táctico. Lo hace creando ventajas para las fuerzas amigas y desventajas para el enemigo. Un plan flexible da libertad a los comandantes tácticos para aprovechar las oportunidades o reaccionar con eficacia ante las acciones y capacidades imprevistas del enemigo. La ejecución flexible mantiene la iniciativa operativa y maximiza las oportunidades tácticas. –el término alemán Auftragstaktik recoge a la perfección el ideal de oficialidad, mando y control del nivel operacional.[13]–
Debido al entrenamiento e instrucción de las ZSU por parte de la OTAN, es bueno incorporar la definición del nivel operativo otorgado por la organización.
…el uso del pensamiento creativo por parte de comandantes y estados mayores para diseñar estrategias, campañas y operaciones importantes y organizar y emplear fuerzas militares. Es un proceso de pensamiento que utiliza la habilidad, el conocimiento, la experiencia y el juicio para superar la ambigüedad y la incertidumbre de un entorno complejo y comprender el problema en cuestión. El arte operativo también promueve la acción unificada al alentar a los JFC [Joint Force Command/Mando Conjunto] y al personal a considerar las capacidades, acciones, objetivos, prioridades y procesos operativos de los socios interorganizacionales, al tiempo que determina objetivos, estableciendo prioridades y asignando tareas a las fuerzas subordinadas. Facilita la coordinación, sincronización y, en su caso, integración de operaciones militares con las de los socios interinstitucionales, promoviendo así la unidad de esfuerzo.[14]
Desde este enfoque, el nivel operativo OTAN realiza una aproximación más cercana al nivel estratégico ‘académico’ que al táctico. No obstante, con algunos matices, podría considerarse que abarca los tres niveles de la guerra, dejando al comandante operacional una amplía libertad y autonomía de decisión en todo ámbito. El tamaño de la unidad o subunidad que dirija este comandante no influirá en su enfoque, pues a nivel operacional OTAN, un pelotón puede tener la misma o mayor importancia que brigadas enteras. De ahí la gran importancia que tienen la instrucción y la preparación de los mandos en el escalafón inferior e intermedio, así como en los NCOs (non-commissioned officer)[15]. Se hace gran hincapié en la comunicación y coordinación entre las fuerzas a disposición del comandante operativo y los comandantes tácticos ‘sobre el terreno’, así como con el resto de las fuerzas presentes en el AO. Gran parte de esta aproximación operativa es aquella que está siendo empleada por las ZSU, pero a nivel de maniobra táctica.
La aproximación a los niveles de la guerra realizada por las VSRF no ha cambiado mucho desde tiempos soviéticos, manteniendo la rigidez y ausencia de autonomía, tratando al nivel operacional como si de una ciencia se tratase. Esto tiene gran influencia en el desarrollo de las operaciones y tácticas empleadas por las fuerzas rusas contra las ucranianas durante la invasión, así como en el resultado final de los enfrentamientos entre ambos ejércitos[16].

Para acabar con los niveles de la guerra, el nivel táctico es el desempeño y empleo de unidades en combate. Incluye la disposición ordenada y la maniobra de las unidades/subunidades en relación entre sí, el terreno y el enemigo, para de esta forma traducir el poder de combate potencial en batallas y enfrentamientos victoriosos.
Respecto a la batalla, esta consiste en un conjunto de enfrentamientos/acciones relacionados que duran más e involucran fuerzas importantes. Las batallas pueden afectar el curso de una campaña o una operación importante. Un enfrentamiento es un pequeño conflicto táctico entre fuerzas de maniobra opuestas, generalmente realizado a nivel de brigada e inferior. Los compromisos suelen ser cortos: minutos, horas o un día.
Las tácticas también son el ámbito del combate cuerpo a cuerpo, donde las fuerzas amigas están en contacto inmediato y usan fuego directo e indirecto para derrotar o destruir a las fuerzas enemigas y tomar o retener terreno. El éxito táctico se mide por la contribución de una acción al logro de resultados operacionalmente significativos. [18]

En resumen, la teoría y conceptualización de la ‘Guerra de Niveles’ en la estrategia militar contemporánea es el arte de conducir las campañas -operaciones- y batallas –táctica- para la consecución de los objetivos políticos -estrategia-. La táctica es el arte que despliega un comandante -a nivel de división/brigada/regimiento para abajo- para conseguir los objetivos operacionales que le han sido encomendados. La operación es el arte que despliega un comandante -a nivel de cuerpo de ejército para arriba- para conseguir los objetivos estratégicos que le han sido asignados por el mando estratégico –Grupos de Ejércitos, Teatros Operacionales, Frentes-.

LAS ZSU frente a la invasión: la táctica de los «mil cortes»
La pregunta retórica que da origen a este artículo y que ha motivado este análisis sobre el desempeño a nivel teórico-doctrinal de las ZSU, surge en gran parte motivada por el despliegue operacional-estratégico realizado por las VSRF. La manera en que las fuerzas rusas se desplegaron en largas proyecciones con extensos flancos expuestos, presentaba numerosas oportunidades para llevar a cabo maniobras operativas de gran envergadura con el objetivo de cortar/dislocar la retaguardia de las columnas de avance de las VSRF. Ello quedaba claro con sólo un vistazo al mapa de situación del 02/03/2022.

Una de las grandes confirmaciones relativas a la ausencia de una fuerza de maniobra operativa por parte de las ZSU se dio a 16/03/2022. La situación operacional mostraba una gran oportunidad para las ZSU en caso de poseer una fuerza de maniobra operativa al ‘uso.’ Una contraofensiva que partiera de la zona Lubny-Zinkov con el objetivo de alcanzar la línea operacional Romny-Konotop habría cortado toda la proyección del 1ºGTA (Guards Tanks Army- Ejército de Tanques de la Guardia) ruso hacia el E. Posiblemente provocando un colapso de todo el AO Sumy-E de Kiev.

Conforme iba avanzando la invasión, más patentes se hicieron dos cosas:
- Las ZSU no disponía/dispone de una fuerza de maniobra operativa capaz de cortar/envolver las columnas de avance rusas en los distintos AO. Si Ucrania pretendía alcanzar la victoria estratégica –la supervivencia nacional mediante la derrota militar de Rusia-, sus esfuerzos bélicos debían concentrarse en un despliegue operativo de defensa activa móvil y un nivel de maniobra táctica centrada en contener, desgastar y hostigar la fuerza de maniobra operacional enemiga con aquellos medios disponibles en el momento y en el AO. A fin de cuentas, mil cortes lo suficiente profundos desangran y matan lo mismo que el empleo de una guillotina.
- Las VSRF, a sabiendas de la incapacidad de Ucrania para amasar una fuerza de maniobra operacional que pudiera cortar sus despliegues en proyecciones, se han permitido, entre otra serie de errores inexplicables, el ‘lujo’ operativo de tener extensísimos flancos en sus avances en las distintas AO. Esto es algo que ha sido muy hábilmente explotado por las fuerzas ucranianas, ya que como se fue haciendo evidente conforme pasaban los días, las unidades encargadas de ejercer de fuerza de pantalla en los flancos/retaguardia de los despliegues rusos, se mostraron porosas y muy vulnerables a las maniobras tácticas de las ZSU.
En los dos mapas situacionales previos ya se puede comenzar a apreciar aquello que será el ‘sello’ de la maniobra táctica de las ZSU: explotar el contexto[19] del AO en que tiene lugar la maniobra táctica y mediante múltiples acciones de fase ofensiva, perfectamente controladas, comunicadas y coordinadas en tiempo-espacio, desgastar las vanguardias de las VSRF en la LOC y fijar flancos a nivel local o de sector. A su vez, castigan el segundo escalón de concentración y despliegue de tropas y hostigan las líneas de suministro y sistemas estratégicos del tercero. Del mismo modo, el empleo de artillería de precisión de forma hábil y astuta impide la concentración y despliegue de fuerzas rusas a nivel táctico.
Estas tácticas llegaron a ejercer tal presión y desgaste acumulado sobre toda la porosa y permeable línea del frente rusa en el N y NE de Ucrania, que obligó a la retirada/repliegue ruso, antes de que las unidades y subunidades de las VSRF en los AO de Kiev, Sumy y Chernigov perdieran la capacidad operativa y de combate que aún les quedaba[20].
En el AO de Kiev, las ZSU se beneficiaron del contexto reinante en éste para minimizar sus deficiencias y maximizar sus virtudes, mientras castigaban al máximo las debilidades rusas, negando las fortalezas de las VSRF o reduciéndolas a su mínima expresión. El AO Kiev es una zona pantanosa, repleta de cruces de ríos, riachuelos y arroyos, a lo que se sumó la anegación de la región al NE del Irpin[21]. Además, Ucrania se vio beneficiada por la estación del año escogida por Rusia para su invasión en la que el movimiento queda restringido a las carreteras pavimentadas, produciendo que hubiera vías de comunicación escasas de las que dependía toda la logística de las VSRF. Ello provocó un cuello de botella que se formó por la infame columna de más de 40 Km y que impedía el correcto despliegue operativo-táctico de las fuerzas rusas, situando al dispositivo ruso en una situación ideal para la maniobra táctica de las ZSU.
Debido a que la VSRF era incapaz de concentrar una ‘masa crítica’ con la que formar un eje gravitacional de avance sostenido en el AO, dicho avance se estancó. En ese momento las ZSU comenzaron a realizar numerosas y diversas acciones y enfrentamientos tácticos de fase ofensiva, que poco a poco, desgastaron, e incluso desfondaron, a las unidades rusas en el AO.


Un claro ejemplo de hasta qué punto llegó el desgaste en algunas unidades rusas, se puede apreciar en la virtual destrucción del 331º regimiento de asalto aéreo de la 98º división de las VDV en los enfrentamientos por Hostomel e Irpin[22]. En otras unidades que consiguieron retirarse/replegarse se ha podido observar un gran desgaste y pérdida de capacidad de combate-operativa. Por ejemplo, la 4º y 90º GTD (Guards Tank Division-División de Tanques de la Guardia), ambas divisiones consideradas de élite dentro de las VSRF, cubrieron el largo flanco expuesto en el despliegue en proyección desde Sumy hasta el E de Kiev[23], sufriendo grandes pérdidas en el proceso[24]. Más tarde han sido, tras un mínimo periodo de Rest & Refit (descanso y reequipamiento, pausa logística), redesplegadas en el AO de Izyum bastante por debajo de su 100% operativo. Área de Operaciones donde por el momento, se están mostrando incapaces de realizar rupturas tácticas en la LOC para luego realizar una maniobra de explotación operacional o de realizar un avance sostenido en tiempo-espacio[25]. Por lo general las unidades y subunidades de las VSRF que fueron empeñadas en las AOs de Kiev, Chernigov y Sumy sufrieron alrededor de un 10-15% de pérdida de combate-operatividad respecto a cómo habían comenzado la invasión.

Pese a que la aproximación estratégico-operativa de Ucrania es defensiva –una defensa operativa activa móvil en los distintos AO y ejes de avance-, la maniobra táctica de las ZSU tiende a perseguir réditos operativos-estratégicos mediante acciones de fase ofensiva. Generalmente siendo realizada por unidades de tamaño batallón y subunidades adscritas a éstos. Abundan los batallones y otras unidades menores independientes –generalmente formados por voluntarios extranjeros o por civiles reclutados para la Guardia Nacional o las Fuerzas Territoriales de Defensa[26].- aunque por lo general suelen estar adscritos a brigadas y no a mandos jerárquicamente superiores.

Son unidades y subunidades continuamente comunicadas y coordinadas entre sí. Existe un mando táctico inmediato que dispone de gran libertad y autonomía de acción y decisión en cada una de las unidades/subunidades, tanto cuando estas operan en la LOC, como cuándo lo hacen en la retaguardia del dispositivo enemigo. Estos mandos tácticos, continuamente coordinados y comunicados con unidades adyacentes/adscritas, poseen comunicaciones, inteligencia, reconocimiento, control de fuegos, geolocalización satelital y observación a través de livefeed en tiempo real, tanto de sus propias fuerzas como de las del enemigo, permitiendo anticipar de esta manera las acciones y movimientos de la batalla gracias a los sistemas ISR[27] e ISTAR[28]. Ello hace que sea el mando táctico sobre el terreno, independientemente del tamaño del mando que tenga, quién decida sobre la marcha y a su juicio, el tipo de acción a emplear para alcanzar su objetivo en la situación concreta a la que se enfrentan sus fuerzas. Esto permite además escoger en tiempo real la mejor solución táctica de acuerdo al contexto en el que se desarrollará la acción[29].
Una pregunta al autor. Si, como él mismo dice, al final de las operaciones Rusia va a enajenar a Ucrania extensos territorios (incluso negándole el acceso al mar) el éxito ucraniano del que se habla en el artículo ¿consistiría en…?
Para entendernos: supongamos que tras la guerra Ucrania ha perdido un 50% de su potencial militar más amplias zonas del este y sur del país, mientras que Rusia ha gastado en ello un 20% de su poder militar. ¿El autor consideraría eso un éxito para Ucrania? (podría quizás el autor responder con los porcentajes que, en su opinión, se ajusten a su concepto de «éxito ucraniano»).
Otra pregunta, ésta para la dirección de la revista: ¿»Ejércitos» tiene algún tipo de patrocinio de alguna organización civil, militar, «think tank», o algo por el estilo? ¿Tiene una línea editorial pacifista, atlantista, o cada artículo lleva la línea propia de cada colaborador? Como lector que ha puesto su dinero para obtener información militar objetiva y alejada de la propaganda ambos son temas que me preocupan bastante, como podrán comprender.
Gracias y un saludo.
Buenas noches,
La verdad es que no estamos alineados con ninguna organización, ni recibimos subvenciones. En cualquier caso, nos dedicamos a los Estudios Estratégicos, lo que casa muy mal con la idea de «líneas editoriales» que, por fuerza, son sesgadas. No tenemos ningún problema en publicar una opinión y la contraria si cumple con ciertos estándares de calidad.
Gracias por la respuesta. Queda entendido entonces que las opiniones de los artículos (por ejemplo lo que constituye un «éxito» o un «fracaso» en una operación militar) quedan al albur de cada colaborador.
Está bien que se ponga esto de relieve, porque la línea de opinión de varios de vuestros colaboradores más notorios (en sus redes sociales, por ejemplo) podría dar la falsa impresión de que la misma se traslada también a vuestra revista.
Me permitiría una sugerencia: que procuréis que los artículos de carácter técnico, que pueden ser de mucha calidad y muy útiles para todos, no se contaminen con opiniones y valoraciones subjetivas. Como ejemplo, el artículo que nos convoca: leer al principio del mismo que la guerra actual está siendo «un éxito» para Ucrania puede causar una impresión al lector que no comparta esa visión que, simplemente, le quite las ganas de seguir leyendo.
Dar este tipo de consejos es sin duda un atrevimiento por mi parte (vosotros sabéis mucho mejor que yo cómo llevar vuestro negocio) pero no obstante lo dejo ahí, a beneficio de inventario y con ánimo de ayudar.
Gracias y un saludo.
Lo tendremos en cuenta. ¡Gracias!
Partiendo de la base que en cualquier conflicto moderno de alta intensidad, los contendientes, vencedores o vencidos, son ‘derrotados’ por el coste implícito a nivel socio-económico-estructural que acarrea, la victoria estratégica de Ucrania es cualquiera en la que consiga la subsistencia como Estado soberano e independiente.
Para Ucrania, la forma de alcanzar esa supervivencia nacional pasa por ‘desangrar’ a las VSRF y si puede, que es un gran ‘y si’ recuperar la mayor cantidad de territorios perdidos. La victoria en el fondo, es hacer desistir al enemigo de su empeño en la guerra.
En porcentajes sería difícil y bastante banal tratar de asumir los costos de la ‘victoria’ estratégica Ucraniana. No obstante, mantener línea de costa al oeste del Dnieper, recuperar algunos territorios en el Este y Sur y dejar a las VSRF sin capacidad operativa para realizar operaciones sostenidas, por al menos un par años, yo lo consideraría una victoria si se pudiera alcanzar un armisticio/paz.
El tema realmente es, ¿qué está Ucrania dispuesta a ceder? por lo que parece, no pretenden acabar la guerra hasta recuperar todo lo perdido desde 2014…Y Rusia, dependiendo de la retórica del día, su victoria estratégica sería anexar Ucrania por completo, o ‘liberar’ las ‘repúblicas populares’ para formar la Nueva Rusia, o la derrota de las ZSU en el Donbas…y la otra gran pregunta sería ¿Rusia reconocería su derrota estratégica, aún obteniendo victorias operacionales pírricas (en caso de que Ucrania contenga la ofensiva rusa en el Donbas, se podría dar una fase siguiente donde la iniciativa pase a Ucrania y haya una situación similar a aquella tras Zitadelle en 1943)? ¿Cómo se obliga a aceptar la derrota a un Estado que no se ve invadido cuyo mando político está empecinado en conseguir algo que vender como victoria? Estado que recordemos, tiene WMDs.
Es muy complejo y eso ya escapa del ámbito puramente militar. Este puede ‘dibujar’ el contexto de la política y la diplomacia, pero no obtener éxitos.
Para aclarar, con éxitos que no puede alcanzar el ámbito militar por sí solo, me refiero a aquellos políticos y diplomáticos. Lo militar es un ‘instrumento’ a través del cual crear un contexto que permita alcanzar, o estar en posición de alcanzar, los éxitos políticos y diplomáticos fijados en la estrategia que lleva a realizar una guerra.
Gracias por su respuesta.
Simplemente indicar que no comparto su opinión sobre lo que constituiría un éxito ucraniano. Mi visión es la siguiente: Ucrania ha fracasado ya desde el momento en que no ha sido capaz de de disuadir a su enemigo de emplear la fuerza. Recordemos que, desde un punto de vista realista, para eso están los ejércitos: para logar, mediante una disuasión creíble, que el enemigo no llegue a atacar. Esto Ucrania no lo ha conseguido: ni ha reunido unas fuerzas armadas lo bastante fuertes como para oponerse a Rusia, ni ha concitado ayuda suficiente de sus aliados para expulsar a los invasores, que, muy probablemente, se harán con la parte más rica del país.
A partir de ahí, no considero que la mera supervivencia como estado independiente sea suficiente como para considerar la guerra un éxito. Del mismo modo, por ejemplo, no creo que los independentistas catalanes puedan considerar que su famoso «procés» fue un éxito simplemente porque Cataluña continúa existiendo.
Pero al final, todo depende de la atribución de los objetivos que Putin tenía al iniciar la guerra. En Occidente hoy se dice muy alegremente que eran anexionarse toda Ucrania. Yo creo que eso no se sostiene, ni se ha demostrado, que yo sepa, de manera fehaciente. De hecho, distintos análisis daban por supuesto que ése era un «bocado demasiado grande» para Rusia, ya que implicaría un esfuerzo incluso órdenes de magnitud superior al de Afganistán para EEUU y, entre otras cosas, no serviría para conseguir uno de los objetivos declarados: tener un estado neutral entre la Federación Rusa y la OTAN. Lo mismo puede decirse de otros supuestos como tomar Kiev, derrocar al gobierno ucraniano e instaurar un régimen títere, etc.
Desde que empezó la guerra se están haciendo muchas valoraciones del desempeño del ejército ruso partiendo de cuáles serían sus supuestos objetivos. Mi opinión es que, en general se exageran éstos con ánimo de poder criticar ese desempeño, probablemente en muchos casos (no digo que sea el suyo) por motivos ideológicos y políticos ajenos al análisis militar. Es por esto que he indicado en un comentario anterior que habría que, en lo posible, eliminar de esos análisis las suposiciones sobre cuáles son los objetivos de uno u otro bando, con el fin de evitar confusiones y llegar a conclusiones erróneas. Estamos tratando asuntos de seguridad a nivel europeo y es muy importante moverse en terreno firme. Estoy seguro de que todos estaremos de acuerdo en que las consecuencias de valoraciones inadecuadas pueden ser muy graves.
Gracias y un saludo.
Excelente artículo, tengo que decir que me parece un poco al concepto de defensa móvil de Kesselring, que hizo de Italia una auténtica pesadilla para los aliados. Básicamente el concepto es el mismo, con ataques de oportunidad/explotación allá dónde pueda haberlos. Salvando las distancias tanto orográficas como temporales y tecnológicas, siempre me ha parecido una táctica brillante, operacionalmente efectiva, debido a una «guerra de movimientos» sesudamente calculada y estratégicamente impecable. salvo que en el caso de la SGM el objetivo estratégico era ralentizar a los aliados y no conquistar o expulsar a los invasores como es el caso. Aquí es donde realmente se ve el valor de los suboficiales, de los que Rusia parece que ha prescindido. Una tropa bien dirigida en el terreno, con doctrinas bien aprendidas y que sepa «leer» el campo de batalla en cada momento para adaptarse a la situación, además del apoyo de la tecnología, que juega un papel importantísimo a la hora de despejar la «niebla de guerra».
Si nos retrotraemos al 24 -28 febrero muy poca gente hubiera apostado por la simple supervivencia de Ucrania como nación independiente.En este sentido deben entenderse los calificativos de operaciones exitosas de las fuerzas ucranias en este artículo.
Excelente artículo y felicitaciones al trabajazo que estáis haciendo en Revista Ejércitos desde el principio de la guerra, proporcionando información de primer nivel cada día durante dos meses seguidos.
¡Gracias!