
Al igual que su contraparte estadounidense, el SH-60 SeaHawk, el desarrollo del Kamov Ka-27 comenzó a finales los años 60 con el objetivo de dotarse de un aparato de guerra antisubmarina que fuese sustituyendo a los Ka-25 Hormone, en terminología OTAN. Pasadas las décadas continúa siendo la pieza fundamental entre la gama de aeronaves de ala rotatoria dentro de la Armada rusa y, con las actualizaciones a las que se está viendo sometida la flota, este papel central se mantendrá en años venideros.
Apodado por el AFIC (Air Force Interoperability Council, organismo anteriormente conocido como ASCC, Air Standardization Coordination Committee) como Helix, el prototipo del Kamov Ka-27, designado inicialmente como Ka-252, es decir como si fuese una variante mejorada de su predecesor Hormone, realizó su primer vuelo el 8 de agosto de 1973 (en otros lugares apuntan al 24 de diciembre del mismo año). Pese a volar en fecha tan temprana, no entraría en servicio con la Armada soviética hasta 1982, en la variante denominada Ka-27PL Helix-A, con la guerra antisubmarina como tarea principal. Este nuevo aparato estrenaba un avanzado sistema de combate conocido como Osming (Pulpo).
Desde entonces ha sido el principal helicóptero embarcado de los buques, primero soviéticos y posteriormente de la refundada Armada rusa, que disponen de plataforma para operar aeronaves. Y es que, dentro de la propia marina, el aparato es muy apreciado por sus excelentes prestaciones, pudiendo operar desde plataformas de reducidas dimensiones, apenas un cuadrado de 10×10 metros, con vientos frontales de hasta 39 nudos o laterales de hasta 19. Es una de las ventajas que ofrecen los compactos sistemas de rotor coaxial, los cuales además proporcionan una alta estabilidad durante el vuelo estacionario gracias a su simpleza en el control de vuelo, pues no hay que contrarrestar el par con el rotor de cola, y con ello, el diseño es capaz de operar en mares con fuerza 5, entre olas de hasta 4 m. De igual manera el sistema de piloto automático de cuatro ejes VUAP-1 permite mantener la estabilidad con gran precisión durante el vuelo estacionario.
A pesar de su aspecto rechoncho y compacto, el Helix es un helicóptero medio más pesado que el SeaHawk, con una masa máxima al despegue cercana a las 12 toneladas, contra las aproximadamente 10 del diseño de Sikorsky. Siguiendo la comparación, su longitud total es aproximadamente 8,5 m inferior a la del estadounidense, gracias una vez más a su rotor coaxial, mucho más compacto que el de los helicópteros más convencionales.
Como es natural, el proyecto original se pensó como un helicóptero robusto capaz de operar bajo las más adversas condiciones meteorológicas presentes en los mares del norte de la Unión Soviética, con una tolerancia a las temperaturas extremas. Esto se ha cumplido con creces, pues los Helix y sus derivados pueden desempeñar sus tareas desde los -50ºC hasta los 60ºC positivos, e incluso con una humedad del 98%.
En la actualidad, una gran mayoría de los Ka-27PL que operan en la AVMF (acrónimo de Aviatsiya Voenno-morskovo Flota Rossii, Arma Aérea de la Armada rusa, a su vez se abreviado como VMF Voyenno-Мorskoi Flot, que suele traducirse como algo parecido a Flota Militar Naval), están siendo sometidos a un completo programa de modernización de media vida. Este último incluye el desmontaje de la célula y la sustitución de parte de sus cuadernas por piezas de nueva manufactura, con objeto de proporcionar 20 años de servicio adicional o 3000 h de vuelo, lo que antes suceda. A estas aeronaves se las conocerá a partir de ahora como Ka-27M, y el objetivo es que permanezcan operativos y capaces en tareas de guerra antisubmarina, principalmente, frente a las futuras potenciales amenazas, hasta el año 2035 cuando, si todo va según lo previsto, comenzaría a entrar en servicio su posible sustituto.
Por tener una idea de la cantidad de aeronaves operativas, actualmente son 5 escuadrones los que operan esta aeronave, tanto de las unidades destinadas a su embarque como en los escuadrones compuestos de helicópteros. Cada uno de estos escuadrones cuenta con entre 8 y 10 máquinas, por lo que la cifra total oscila entre 40 y 50 aparatos. La flota se divide entre a razón de dos escuadrones para la Flota del Pacífico y uno para cada una de las restantes flotas: la del Mar Negro, la del Báltico y la Flota del Norte. A estos aparatos se les puede sumar un pequeño número de Ka-27PL y Ka-28 (variante para la exportación) que son usados por la AVMF como escuadrón de entrenamiento y conversión operativa, también para pilotos foráneos, encuadrados en el 190SAP, en la Base de Yeisk, cercana al Mar de Azov.



Un programa que se dilata en el tiempo
A principios de la década del 2000, la Armada Rusa ya llevaba un tiempo evaluando la posibilidad de iniciar un programa de mejoras para los Kamov navales. Este interés se debía a que los equipos electrónicos comenzaban a quedar claramente por detrás de las potenciales amenazas. Lamentablemente la obsolescencia llegaba en el peor momento posible, sin apenas disponer de una financiación suficiente que respaldase las aspiraciones de su operador.
El planteamiento principal pasaba por dotar a los Helix de un moderno sistema de guerra antisubmarina que permitiese entrar a la flotilla de aeronaves antisubmarinas de ala rotatoria, en la era digital. Para ello debían mejorar las capacidades de detección y seguimiento de cualquier amenaza submarina presente y futura, no solo procedente de los Estados Unidos, por cierto.
Para comenzar, se planificó un completo programa de actualización. Entre las mejoras propuestas se encontraba un nuevo sistema de procesamiento de señales acústicas, conocido como RGS-B01, una nueva consola táctica de presentación de datos, con objeto de facilitar la operación con las boyas lanzables pasivas RGB-48 y las del tipo activo RGB-41. Además, se incorporaba un sistema MAD (Magnetic Anomaly Detector, detector de anomalías magnéticas) MMS-28. Por otro lado, se mantenía el sonar calable ROS-V original, aunque convenientemente modernizado al estándar M por la empresa AO Koncern Okeanpribor de San Petersburgo, que le permitiría incorporarse al sistema digital de procesamiento de las huellas sonoras detectadas. Era una mejora importante, puesto que en los modelos originales (Ka-27PL) o bien se cargaba con el MAD o bien con el sonar, ya que ambos eran intercambiables y no se podían llevar de manera simultánea.
También se proponía la incorporación de nuevos sistemas ESM pasivos, instalados en pequeños radomos de color gris distribuidos por el morro y en los laterales traseros del fuselaje, cuya finalidad era la de detectar emisiones electromagnéticas en un alto rango de frecuencias. Estos esfuerzos venían acompañado de mejoras en el armamento, en forma de variantes actualizadas de los torpedos aerolanzables operados por la AVMF.
Junto a ello, los equipos de comunicación táctica también serían nuevos, en base al sistema BSK-50, cuya antena principal se localizará -lo que sirve para distinguir los aparatos que finalmente han sido modernizados-, en la parte superior del fuselaje, detrás del rotor, y otra secundaria situada entremedias del tren delantero. Este equipo permite comunicaciones seguras de doble banda e intercambios de datos con otros aparatos, buques o incluso con las fuerzas en tierra.
Para navegar con precisión se proponía la instalación del sistema SSP-V-27M con asistencia satelital y el complejo de aviónica PNK-37, diseñado por la oficina de diseño Ramenskoye, y que derivaba del utilizado por el helicóptero de ataque Kamov Ka-52. Siguiendo la tónica general en otras latitudes, todos los datos se presentaban de manera clara y concisa en nuevos paneles a color multifuncionales, lo que daba a la cabina una apariencia mucho más moderna, mientras que a su vez servía para reducir la carga de trabajo de los pilotos.
De igual manera, el nuevo sistema de combate debería permitir su empleo contra amenazas de superficie, esto último pensando más bien en los potenciales operadores del mercado de exportación los cuales, supuestamente, demandarían una aeronave más polivalente, armada con misiles antibuque. Para ello los aparatos modernizados montarían un radar Phazotron-NIIR FH-A Kopyo-A (Lanza).
Haciendo un paréntesis, hay que destacar que ya en el año 2003 se habían dado una serie de pequeños pasos que señalaban el camino a seguir para la modernización. Para empezar, se había integrado este radar en una pareja de Ka-27, concretamente en el Rojo 48 (c/n 012-01), que luego cambiaría su código a Azul 48 y el ejemplar Negro 0909 (c/n 09-09). curiosamente, este era en origen un aparato Ka-28 destinado para la exportación, y como tal, presentaba dos protuberancias en la parte central del fuselaje destinadas a combustible adicional. En octubre de 2012 se tiene constancia de que el Azul 48 continuaba operando en pruebas desde el aeródromo de Severmorsk, en la zona de operaciones de la Flota Norte, y desde Murmansk en el Mar de Barents, habiendo incorporado parte de las mejoras que hemos enumerado anteriormente. Operando bajo las órdenes del Escuadrón de Ensayos 929º de la VVS (Fuerza Aeroespacial rusa), denominado GLiTS, las pruebas incluyeron operaciones desde diversas cubiertas de buques ASW bajo todo tipo de condiciones marítimas, operando contra distintas embarcaciones de la Flota Norte, con objeto de explotar las nuevas capacidades adquiridas, tanto en guerra antisubmarina como de superficie. Tras concluir estos test en noviembre de 2013, la Armada rusa autorizó de manera oficial a Kamov a continuar con la propuesta actualización de la flota de Ka-27PL operativos.
Como al lector no le resultará desconocido, en estos años era patente la ausencia de un respaldo económico suficiente, lo que obligó a que todo el programa se tuviese que ir retrasando de manera paulatina. Finalmente, hubo que esperar hasta el 2014, cuando quedó claro que el sistema Osminog había alcanzado una absoluta obsolescencia y no podía admitir nuevas mejoras por pequeñas que estas fueran, ya que sus componentes electrónicos llevaban fuera de fabricación desde hacía décadas.
Obligados por las circunstancias, y tras una auditoría interna, la AVMF decidió basar su mejora en los equipos anteriormente enumerados, con una adecuada puesta al día, pues de todos es sabido los avances en electrónica que se producen a diario.
Poco después se seleccionaron ocho células para que sirviesen como prototipos del programa de mejoras, tras constatar, certeramente, que la flota de Helix aún presentaba un importante remanente de horas de vuelo, en especial el rotor y la transmisión. A nadie le sorprenderá, pues era algo lógico, que entre los elegidos se encontraran los dos primeros prototipos utilizados para las pruebas con el radar Kopyo-A, es decir, los Azul 48 y Negro 0909.
Finalmente, se decidió encargar de manera oficial a la empresa matriz Kamov, la planificación y desarrollo de la MLU (MidLife Upgrade), poniendo especial énfasis en repasar cada centímetro de la célula en busca de posibles problemas de corrosión o fatiga del material. Por otra parte, los trabajos propiamente dichos se llevarían a cabo en la Planta de Kumertau, perteneciente a KumAPE (Kumertau Aviation Production Enterprise), parte del conglomerado empresarial Russian Helicopters, a su vez incluido en la corporación Rostec. Esta empresa completó los trabajos a finales de 2015 en los dos primeros aparatos. Habría que esperar otro año a finalizar el proyecto en las seis restantes células.
De manera prácticamente inmediata, una pareja sería entregada al 859º Escuadrón CBPiPLS de Yeisk, donde comenzaron a ser utilizadas para entrenar a las futuras tripulaciones. Los seis restantes, fueron trasladados al Escuadrón 7050º de la Base Aérea de Severomotsk-1, situado en la Península de Kola, muy cercana a Murmansk y asignada a la Flota Norte.
Según algunas fuentes el coste de modernizar este primer bloque de 8 unidades estaría alrededor de los 87 millones de dólares. Oficialmente estas aeronaves fueron devueltas a la Armada rusa en diciembre de 2016. Hay constancia de que el Ka-27 con numeral Amarillo 14 y registro RF-19190 pertenece al primer bloque de 8 aparatos modernizados.
Tras una evaluación exhaustiva, se acordó que los nuevos equipos eran aptos para el servicio activo. Poco después el Ministerio de Defensa contrató la modernización de otros 14 ejemplares, ajustando ligeramente el precio, todo esto en base a las cifras publicadas por distintos medios, hasta quedar en unos 147 millones de dólares, lo que se puede traducir en unos 10,5 millones por aparato. Al parecer, parte de estas primeras unidades acabaron siendo entregadas a la Flota del Báltico durante el año 2016.
En junio de 2017 se autoriza el comienzo de los trabajos de modernización en el resto de la flota, con el objetivo de que se comenzase a trabajar sobre las siguientes células a principios de 2018. Llegados a este punto, debemos señalar que las aportaciones económicas destinadas a ir completando el programa se han ido dilatando de manera anual, y se han ido subdividiendo en pequeños contratos, en concordancia con las partidas presupuestarias asignadas desde el Ministerio de Defensa. Por ende, las entregas de aparatos modernizados se han ido demorando sensiblemente a lo largo del tiempo y hasta octubre de 2018 no se transferirían otros 5 aparatos a una unidad operativa.
Es por ello que habría que esperar hasta septiembre de 2019, al menos de manera oficial, para tener conocimiento de otro pequeño contrato, pues es cuando el Ministerio de Defensa ordenó la actualización de otra pareja. Sumando todos los encargos anteriores, hasta ese preciso momento se habían contratado un total de 24 modernizaciones, lo que supone más o menos la mitad de los aparatos disponibles y actualmente en servicio.
Las entregas se han ido distribuyendo de manera aproximada en: 8-9 para la Flota Norte, 6 para la del Pacífico y 5-6 para la del Báltico. Además se sumaría un aparato en el centro de entrenamiento de Yeisk y otros 2 operarían con las unidades del Mar Negro lo que sumaría prácticamente todos los ejemplares contratados hasta el momento para ser modernizados al estándar Ka-27M a finales de 2020.
Haciendo un pequeño paréntesis, debemos destacar que, además de las variantes antisubmarinas, permanecen también en servicio un puñado de Ka-27PS Helix-C, dedicados a tareas SAR, que es probable que más adelante reciban una modernización de la célula, con lo que podría seguir prestando servicio de manera conjunta con los M, hasta el 2035, simplificando a su vez los costes operativos. Parece ser que para los Ka-29 Helix-B operados en labores de asalto, también se ha realizado una pequeña puesta al día, como veremos más adelante.





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