
Hacia el modelo vespino
Notas para un Notional Diving UCAV (ND-UCAV)
Juan Luis Chulilla
La vuelta a la guerra de desgaste, en oposición a la guerra de movimientos, es una posibilidad cada vez menos remota. La posibilidad de fabricar en masa sistemas baratos y letales por parte de diversos actores, algunos de ellos no estatales, así lo augura. A lo largo de las próximas líneas intentaremos esbozar una serie de notas sobre una idea que a nuestro entender debería ser una prioridad: el diseño de un nuevo tipo de UCAVs de bajo coste y aceptable efectividad, equivalentes a lo que en su día, en el mundo del transporte, fuese la popular «Vespino».
Decíamos en días pasados que la guerra de desgaste es un escenario cada vez más probable tanto en guerras convencionales, como en COIN o incluso en nuevos modelos híbridos de conflicto. A ese hilo, comentábamos que reducir el coste de un vector en lo posible, mientras mantenga cierto nivel de capacidades deseadas y necesitadas, permite mantener más tiempo y/o con más intensidad un conflicto de desgaste.
Permítaseme bautizar temporalmente este escenario como el “modelo Vespino”. Para aquellos lectores en la flor de la juventud, “Vespino” no será una marca muy conocida. Para los que peinamos canas y atesoramos (o lamentamos) décadas, el “Vespino” fue un ciclomotor que marcó una época. Durante los años 70 y 80, era el vehículo a motor más barato que se podía adquirir, que menos necesitaba, más económico de mantener y que llevaba al conductor del punto A al punto B a una velocidad compatible con la de la circulación urbana de la época. Era un producto tan “commoditizado” que traspasó la barrera del vehículo de masas que fue la vespa de la postguerra hasta hacerlo accesible como primer vehículo para adolescentes (no yo) con más de 14 años.
Esta imagen tiene una derivada negativa o un aviso para navegantes: en 1999 se perdió la capacidad de fabricar estos hierritos que tanto servicio dieron a tantos. En cualquier caso, puede imaginarse el lector joven la diferencia marginal en costes de fabricación con respecto a una bicicleta de la época, tanto que era más barato que las bicicletas de carreras de gama alta.
Sea como fuere, creo que la imagen está clara: si tengo una factura en materiales y horas/hombre que permite fabricar una docena de Vespino por el precio de una Honda 500, en ciudad tengo a 10 conductores moviéndose. A empresas como Telepizza, en su momento, les salieron las cuentas.
La reversión del diseño exquisito de un sistema de defensa, posibilitada por los rápidos avances en diferentes campos comerciales, es algo que ya ha ocurrido y que permite un nivel de prestaciones satisfactorias a costes realmente inéditos para nuestros usos y costumbres occidentales. Con tal de mantener unos requisitos lo más modestos posible dentro de las necesidades de un abanico de misiones realista y mínimamente amplio, se puede considerar el lanzamiento de «loitering UAVs Vespino» (loitering hace referencia a las municiones merodeadoras), cuyo coste permita emplearlos durante tiempo y en mas volumen que sistemas más capaces y caros para ciertas misiones. La pregunta sería, a este respecto, hasta qué punto se puede abaratar la construcción y operación de un UAV loitering que pueda transportar 50 kg de carga de pago a 200 km de distancia, o 100 kg a 500 km.
El complejo industrial de los Pasdarán está tratando de responder a la pregunta gracias a la ventaja adicional del modelo Vespino: al igual que el hierrito, es ágil. Es barato y fácil de desarrollar y fabricar, con lo que el ciclo de iteración puede reducirse significativamente. Concepción, diseño, prueba, uso, rinse and repeat. Es perfectamente posible que estemos hablando de ciclos mayores de desarrollo que duren 5 años, y de iteraciones de perfeccionamiento aún más breves. Todo parece indicar que las industrias chinas están en ello (aunque sin renunciar al sistema exquisito), y que posiblemente las industrias turcas transicionen parcialmente a ese modelo.

Notional Loitering UCAV
Si esta forma de desarrollar e invertir ya está en marcha, hay margen adicional de mejora para el ahorro y la adquisición de ventajas en los futuros escenarios de desgaste. El modelo que voy a presentar a continuación, el «Notional Loitering UCAV», trata de dar una vuelta de tuerca adicional al modelo Vespino. Recurriendo a referencias auténticamente vintage o viejunas, se trataría de trucar el Vespino para sacarle algún caballo más.
Un límite que presentan los UAV en su faceta de combate es el coste de empeñar un blanco. Hasta la fecha, o bien emplean munición guiada del tipo que sea (LGB, kits de guiado para cohete, ATGM, proyectiles guiados miniatura, etc.), o bien el UAV se convierte en la propia munición. En cualquiera de los dos casos, el límite actual para reducir costes es razonablemente claro. No tenemos más que recordar que el coste anunciado y buscado para los kits APKWS II era de 10.000 dólares, y a fecha de hoy seguimos sin bajar de la barrera de los 24.000.
El problema no tiene solución sencilla, porque el concepto reside en colocar la electrónica de guiado en la plataforma y en el proyectil, con los costes asociados. Por otra parte, el lag en el control del UAV es lo suficientemente importante como para que el error a la hora de emplear munición no guiada en vuelo horizontal sea inaceptablemente alto.
El problema del error circular probable no es precisamente nuevo. Previo a la Segunda Guerra Mundial, no era un problema sino una realidad objetiva e ineludible. Ya había supuesto un salto decisivo el cálculo de tiro y el empleo de propelente sin humo y ánimas ralladas para un tiro NLOS consistente, como para encima soñar en un tiro de punto. Sin embargo, en los años 30 se concibió y diseñó una corta pero exitosa serie de diseños terrestres y navales de avión de ataque que reducían el error circular probable al atacar en picado extremo, de más de 80º. No es éste el lugar para desarrollar la evolución de modelos tales como los Stuka, Fauntless, Helldiver, etc., pero bastará con recordar que la reducción en un orden de magnitud del CEP bastó para lograr resultados inéditos, tales como el apoyo de punto eficaz en las campañas altamente móviles del principio de la guerra, o la obtención de una probabilidad de impacto razonable contra blancos navales.
El desarrollo de la munición guiada dio la puntilla a los dive bombers. El riesgo para el piloto se reducía drásticamente, y no había que reforzar el fuselaje de los aviones para resistir repetidamente los brutales esfuerzos de la recuperación. También era cierto que la munición guiada era lo mejor de ambos mundos y, de hecho, presentaba una capacidad de ahorro decisiva al poder destruir blancos con unos pocos impactos en lugar de cientos en un área.
Ahora bien, en un UAV sacamos al piloto presencial de la ecuación. No hay que proteger a nadie de las tremendas fuerzas g de la recuperación, ni preocuparnos por su error. El límite de g puede ser el que se desee, sin limitaciones fisiológicas. Detectado el blanco por el propio UAV o por otro vector en una red local, el perfil de vuelo tendría relativamente poca variación: alcanzar el punto de inicio de maniobra, colocar a la aeronave en el ángulo de descenso deseado, soltar carga y recuperar. Al no depender de un piloto humano, parece razonable asumir que se podrían conseguir repetidamente ángulos muy cercanos a los 90º, o al menos todo lo cercanos que pudieran ser compatibles con una suelta segura.
De todas formas, una parte de los ataques fracasarían. Es imposible reducir a cero todas las variables que pueden influir en un error. La pregunta aquí es, ¿qué es fracaso?
Fracaso sería que, iniciado el ataque, el UAV no recuperara y o bien acompañara al proyectil en el impacto, con el mismo vector y la totalidad de la carga más el propio impacto del UAV, o bien la recuperación fuera incompleta y el UAV se estrellara en las cercanías, o incluso fuera derribado por medios antiaéreos del adversario. En ese caso, lo que tendríamos es un UAV loitering que sobrevive a un porcentaje significativo de los ataques y que vuelve a atacar en la misma misión o se vuelve a emplear de manera ofensiva en futuras misiones.
Es cierto que el fuselaje ha de ser reforzado en comparación con una aeronave que va a volar recto y nivelado y que no es completamente acrobática, como el caso de la mayoría de los UAV MALE o HALE. Sin embargo, no es menos cierto que el peso comparado con una aeronave tripulada sería mucho menor y, por lo tanto, menores las cargas soportadas. En cuanto al problema que supone la masa de cara a las prestaciones, como lo fue para los diseños de bombardero en picado tripulados, no debería ser un problema tanto por el coste de los ND-UCAV, como por el hecho de que la amenaza principal en todos los casos va a ser la defensa AA y no los vectores AA aéreos. Y si esto cambiara y vectores aéreos acabaran siendo una amenaza significativa (¿UCAV AA?), lo serían para la totalidad de la aviación no tripulada y seguiríamos en los parámetros de guerra de desgaste.
A cambio de todo lo dicho, lo que obtendríamos sería un UCAV con el coste por disparo equivalente al de un disparo de mortero de 81 mm, de 120 mm o de una bomba de aviación de 50 kg. Pongamos por caso, cargando bajo las alas cierto número de granadas de 81 mm o de 120 mm con las menores modificaciones posibles para mejorar su comportamiento en ese perfil de vuelo.
¿Qué ventajas ofrecería respecto al uso de un mortero basado en tierra? Entre otras:
- Reducir la kill chain: En lugar de emplear el UAV como controlador de fuego, con un loop que incluye identificación + orden de disparo de mortero + vuelo del proyectil, lo reduciríamos a identificación + posicionamiento + picado.
- Ampliar el alcance. En lugar de alcances de mortero, alcances de UCAV: hasta dos órdenes de magnitud.
- Colocar los disparos necesarios en el mismo área, como permite la capacidad MRSI (Multiple Rounds Simultaneous Impact) de diseños como el finlandés AMOS, pero sin el retraso inherente al disparo normal y en parábolas diferentes.
- Si el coste del Vespino se ha reducido lo suficiente, el ahorro permitido por los disparos de mortero permitiría tener sobre la zona de operaciones más vectores para el mismo coste. Por lo tanto, más blancos a atacar durante más tiempo, así como un factor sicológico decisivo al contemplar desde el suelo el vuelo de múltiples UAV que se supondrán armados.
Por otra parte, nada impediría a un ND-UCAV emplear munición guiada si la ocasión lo amerita. Sencillamente, a cambio de los refuerzos necesarios para resistir la recuperación, se dispondría de una segunda panoplia de munición, no guiada, que permitiría atacar blancos a una fracción del coste de la munición guiada.
El concepto aquí presentado es una más de las posibilidades del cambio de paradigma factible por la evolución tecnológica de este siglo y de esta década. Incluso si un conflicto o misión no tuviera un componente de desgaste significativo, el abaratamiento decisivo causado por este concepto permitiría operar más a menudo para el mismo coste, u operar a una fracción del coste. En misiones de mantenimiento de la paz o de contrainsurgencia, facilitaría tener un mayor número de UAV obteniendo inteligencia sobre una zona dada y reducir la media del tiempo transcurrido entre la petición de apoyo aéreo y su materialización, quizás incluso con modas de ese plazo que transformaran muchos ataques directos a las fuerzas apoyadas en acciones suicidas para los adversarios.
Acabo: a la deseabilidad en abstracto del ahorro por sistema, operación y misión se une ahora la reducción (esperamos temporal, pero dramática) de los presupuestos del Estado y concretamente de Defensa. Las primeras noticias al respecto son tan poco alentadoras como predecibles. Por ello, de cara al futuro, abandonar la senda del arsenal barroco y los sistemas exquisitos no sólo es una suma de ventajas sino una necesidad cada vez más perentoria. Y por último: estaré encantado de leer en los comentarios o en redes sociales críticas razonables al concepto «Vespino ND-UCAV», especialmente si lo invalidan parcial o totalmente.
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