Ola de «misteriosos incidentes» en Irán

Azar, negligencia, acción enemiga... ¿o todo a la vez?

Ola de «misteriosos incidentes» en Irán

Azar, negligencia, acción enemiga… ¿o todo a la vez?

Elena Labrado

Cyber winter is coming, and coming even faster than I suspected. We are just seeing the beginning. (…) Rapid is not something that describes enough how fast and how crazy and hectic things are moving forward in cyberspace and I think we will remember this last month and May 2020 as a changing point in the history of modern cyber warfare

Yigal Unna, director general del National Cyber Directorate de Israel, en la conferencia digital internacional ciber CybertechLive Asia[1]

En las últimas semanas una oleada de explosiones e incidentes todavía sin una explicación firme han sacudido la República Islámica de Irán. Las teorías sobre lo ocurrido son varias y, lo que es peor, contradictorias. No obstante, todo parece indicar que estas acciones inician un nuevo ciclo en la confrontación entre Irán e Israel…

Aunque no le falta razón, es comprensible la tendencia a la exageración en las palabras de Yigal Unna, porque, cuando dice que “el ciber invierno se acerca, y lo hace más rápido de lo que sospechaba. Ahora solo estamos viendo el principio…”, el director general del Directorio Nacional Ciber israelí está respirando por la herida.

Hace esta afirmación a finales de mayo pasado. Para esa fecha, Irán e Israel ya habían sido víctimas y agresores en un paso más hacia delante en su ciberguerra particular. Una de las cuatro patas de su enfrentamiento regional en el ámbito militar (aéreo, terrestre, naval y cibernético).

Una ciberguerra soterrada, un conflicto asimétrico, una “campaña entre guerras”, como lo califican los israelíes, que ha salido a la luz pública (algo nada habitual) y que ha dado un salto cualitativo. Esto es lo realmente relevante de los sucesos que han tenido lugar en el ámbito de ciberataques y represalias entre Irán e Israel desde finales de abril hasta julio.

Ello no significa, necesariamente, que vaya a producirse una escalada entre ambos, que este tipo de acciones sin publicidad y sin bajas humanas quiere evitar (aunque siempre existe esa posibilidad). Pero sí evidencia que todo apunta a que se están dibujando ciertos límites, líneas rojas, como el daño a infraestructuras vitales o “críticas”, que puedan perjudicar seriamente, y de forma masiva, a la población civil, por ejemplo, en el caso de Israel.

Este documento pretende analizar lo ocurrido y responder a las siguientes preguntas: quién ha hecho qué a quién, dónde, cuándo y por qué, y con qué consecuencias. Con respecto a lo último, quizá sea demasiado pronto, pero sí se pueden apuntar algunas hipótesis. Lo que sí es necesario aclarar ahora, al principio, es que el presente artículo no busca profundizar en el cómo de los ataques, eso se lo dejamos a los más expertos en el ámbito ciber. También es necesario señalar que no todos los incidentes se pueden atribuir a una “acción enemiga”, como se verá más adelante.

Una última advertencia antes de continuar: ninguno de los hechos que se van a relatar a partir de ahora han sido reconocidos de forma oficial por ninguno de los gobiernos involucrados, presumiblemente, en los mismos. Sin embargo, consideramos que hay cimientos suficientes para el análisis, por las siguientes razones: el hecho de que informaciones, y afirmaciones, al respecto se hayan publicado en diarios estadounidenses de reconocido prestigio internacional como The New York Times[2] o The Washington Post[3] (aunque no solo en ellos), unido al hecho de que estos acontecimientos hayan sido objeto de análisis en diversos think tanks estadounidenses e israelíes, y a que las propias autoridades iraníes hayan hecho alguna que otra, más o menos, velada declaración[4], son los principales motivos.

Los hechos (qué, a quién, cuándo y dónde)

El 24 y 25 de abril pasado, antes del Día de la Independencia en Israel y al principio de la primera fase de la desescalada tras el confinamiento por la Covid-19, un número indeterminado de puntos del sistema de distribución de agua del país reporta “irregularidades” o “datos inusuales”. Uno de los puntos de bombeo se desconecta del modo automático. En otro punto, “alguien” toma el control del sistema operativo. En uno de estos casos, el punto de bombeo deja de funcionar por un breve periodo de tiempo. No obstante, el ataque no llega a causar daños, aunque por poco[5].

De todo esto, lo que preocupa al Directorio Nacional Ciber israelí es que, en plena crisis por el coronavirus, el país se viera forzado a lidiar con una interrupción temporal en el suministro de agua o con una mezcla incorrecta de cloro y otros químicos en el agua, lo que podría haber desencadenado un auténtico desastre[6].

Poco después, las autoridades israelíes atribuyen este ciberataque a Irán y hay unanimidad en torno a que este hecho es el detonante que desencadena la respuesta israelí, en una dinámica de “acción-represalia”. A partir de este momento, ocurre lo siguiente (no están todos los incidentes, sí la mayoría)…

Número 15 – Especial Oriente Medio. Disponible online.

Una sucesión de “incidentes” inexplicables

Como se puede ver a continuación, el listado de sucesos es amplio y variado, sin que por el momento medien explicaciones convincentes.

Israel, 24-25 Abril

Ciberataque que se atribuye a Irán contra el sistema de suministro de agua en Israel, sin causar daños, por poco

Irán, 9 Mayo

Ciberataque que se atribuye a Israel contra las instalaciones del puerto iraní de Shahid Raja’i en Bandar Abbas, al sur del país, que ocasiona el cese de la actividad en el puerto por algunos días

Israel, 22 Mayo

Ciberataque contra varias páginas web israelíes en las que aparecen mensajes amenazadores y que se atribuye a Irán

Irán, 26 Junio

  • Una explosión destruye parcialmente la fábrica de misiles balísticos de Khojir, cerca de la base militar de Parchin. Un incidente provocado, al parecer, por una fuga en una instalación de almacenamiento
  • Apagón en Shiraz causado, en un principio, por un incendio en una planta de suministro eléctrico

Irán, 30 Junio

19 muertos en una explosión en una clínica en Teherán, de nuevo, al parecer, por otra fuga

Irán, 2 Julio

Salta por los aires parte de una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz. Desde el punto de vista estratégico, es el evento más importante, ya que supone un retraso temporal en el avance del programa nuclear. No sería un ciberataque, sino una bomba en las instalaciones. Se le atribuye, de forma directa o indirecta, a Israel:

Fuente: BBC

Irán, 3-4 Julio

  • Otro gran incendio en Shiraz
  • Explosión y posterior incendio en una planta eléctrica en Ahwaz
  • Fuga de cloro en una petroquímica en Mahshahr

Irán, 9-11-12-13 Julio

  • Explosión en Garmdareh
  • Estallan varios cilindros de gas en el sótano de un edificio de viviendas en Teherán
  • En Mashad, se quema una instalación petroquímica y arden 6 depósitos de gas

Irán, 15 Julio

7 barcos se incendian en un astillero en Bushehr, al sur de Irán

Israel, 17 Julio

Israel confirma haber sufrido otros 2 ciberataques contra su sistema de suministro de agua “en las últimas semanas”, sin atribuirlos directamente a nadie. Uno contra los puntos de bombeo de agua para la agricultura en la Alta Galilea y el otro contra “una infraestructura del centro del país”. Ambos sin causar daños mayores

Irán, 19 Julio

Se produce una explosión en una planta de energía eléctrica en el centro de Isfahán

En resumen, una larga sucesión de ataques, sabotajes, incidentes… en lo que a Irán respecta, en bases, complejos militares, nucleares, plantas eléctricas o petroquímicas y puertos, de los que no todos pueden atribuirse a una “acción enemiga”, israelí (o incluso estadounidense) en este caso. Como señala Raz Zimmt, investigador del Instituto de Estudios para la Seguridad Nacional de la universidad de Tel Aviv, “una serie de extrañas explosiones de las que, algunas, como la de Natanz, por ejemplo, son ciertamente actos de sabotaje, pero es importante tratar de no dibujar una línea directa entre todos estos sucesos, aunque tampoco se puede ignorar su efecto psicológico”[7].

Una comparativa de este tipo de sucesos entre el año pasado y el presente aclara un poco el panorama. El azar, el calor, la dejadez, la falta o el mal mantenimiento de las instalaciones también son causas que conviene tener muy en cuenta:

Así las cosas, dejando a un lado el azar y la negligencia, nos queda la “acción enemiga”. Aparte de los ciberataques mutuos, atribuidos de forma más o menos velada, a los que ya se ha hecho referencia más arriba (contra el sistema de agua israelí, al parecer, en 2 ocasiones distintas, contra el puerto iraní en Bandar Abbas y contra varias webs israelíes), parece claro el sabotaje, atribuido de alguna forma a la inteligencia israelí, en la central iraní de enriquecimiento de uranio de Natanz[8]. También quedan dudas en torno a la causa de la explosión en el complejo de Khojir, lugar de desarrollo de misiles balísticos del régimen iraní.

El repaso a quién ha hecho qué a quién, dónde y cuándo ayudará a analizar, a continuación, el por qué.

El porqué (y el por qué ahora)

De lo expuesto más arriba, destacan dos eventos: primero, el que se considera el detonante, el ciberataque (presumiblemente iraní) contra el sistema de suministro de agua de Israel; y, segundo, la explosión (presumiblemente orquestada por Israel con consentimiento estadounidense) en las instalaciones subterráneas de la pieza central del programa de enriquecimiento de uranio de Irán, la planta de Natanz[9].

Y resaltan porque suponen dos hitos y una escalada en el enfrentamiento entre ambos países. Llevan años de ciberataques, en una campaña liderada por Israel, con la inestimable ayuda de EE.UU. Hasta ahora, Irán había ido al rebufo, muy por detrás de los avances tecnológicos de su archienemigo, pero, con el ciberataque al sistema de suministro de agua israelí, Irán demuestra que ha acortado distancias[10].

En una entrevista publicada por el diario británico Financial Times, “un funcionario de inteligencia occidental” no identificado afirma: “(el ataque) era más sofisticado de lo que ellos (Israel) pensaron inicialmente. Estuvo cerca del éxito, y no está totalmente claro por qué no tuvo éxito”[11].

Eso, por un lado, por otro, es la primera vez en el caso que nos ocupa que el objetivo de los ciberataques es la infraestructura civil. Algo que se demuestra también en el hecho de que la supuesta represalia israelí fuera contra las instalaciones de un puerto iraní. Por supuesto, ninguno de los dos países lo reconoce de forma oficial. Lo cual resulta obvio, por ejemplo, debe de haber pocas pesadillas más aterradoras para cualquier responsable público que un envenenamiento del agua (de ahí las dramáticas palabras de Unna con las que comienza este documento). El caso es que, a partir de ahora, la infraestructura civil entra a formar parte del teatro de operaciones del conflicto entre ambos.

Todo ello nos lleva al otro hito y a seguir con la escalada. En esta serie de acciones tit-for-tat, yo te golpeo-tú me golpeas, para no pasarse en esta nueva fase de la ciberguerra, se dibujan las nuevas reglas de enfrentamiento, las líneas rojas, que no se deben cruzar si se quiere evitar un violento estallido[12]. Pero, para que el mensaje llegue y de forma clara al adversario, la ciberguerra debe abandonar su habitual oscuridad y hacerse pública. Esta podría ser una de las razones de la aparición y atribución de las acciones en la prensa internacional[13].

Y, en este contexto, se produce el sabotaje a Natanz. No ocurría nada parecido desde que se firmara el acuerdo nuclear JCPOA en 2015[14], el otro hito. Israel golpea donde más le duele a Teherán: la joya de su enriquecimiento nuclear, retomado tras la ruptura unilateral de EEUU del acuerdo y la imposición de sanciones económicas.

De este modo, enmarcamos la escalada en la ciberguerra entre israelíes e iraníes dentro de la misma tendencia en el entorno regional y fuera del ámbito cibernético. Ampliando el foco, encontramos cuál podría haber sido uno de los motivos, quizá uno relevante, que llevara a Irán a su ciberataque contra Israel en abril: una represalia, que no necesita involucrar acciones militares o tropas, ante el aumento y frecuencia de los ataques y bombardeos israelíes contra objetivos relacionados con Irán en Siria[15]. Y no solo en territorio sirio, los ataques israelíes han llegado hasta Irak y, contra el gran aliado iraní, la guerrilla chií Hezbolá, en la misma capital libanesa, Beirut.

Desde el punto de vista de Israel, todo lo relatado hasta el momento supone también una oportunidad. Entre otras cosas, para dañar el proceso de recuperación del enriquecimiento de uranio con la vista puesta en el programa nuclear iraní, que supone una amenaza directa, según la perspectiva israelí. Así, se explica el sabotaje a la planta de Natanz, por ejemplo. Siguiendo por este camino, la explosión en Khojir, podría verse como un perjuicio a la otra rama iraní que se percibe como un auténtico peligro para Israel: su desarrollo de misiles balísticos (aunque esta última afirmación entra más en el terreno de la especulación, dadas las dudas en torno a lo realmente sucedido en el lugar).

Como señala Raz Zimmt[16], investigador de la Universidad de Tel Aviv, si es cierto que Israel está tras el sabotaje a Natanz, esto implicaría que habría recuperado este tipo de operaciones encubiertas contra el avance del programa nuclear de Teherán. O sea, a este respecto, Israel también escala. Y, sigue Zimmt, el problema de estas acciones de baja intensidad es, precisamente, que por sus propias características son de alcance limitado y, además, dan la posibilidad al adversario de que extreme sus medidas de precaución y mejore su seguridad o su capacidad de ataque (como habría pasado con la acción iraní contra el sistema de agua israelí, por ejemplo). Consciente de ello, después de varios años en el cajón, parece que Israel ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de un ataque militar contra las instalaciones nucleares iraníes. Con todos los riesgos que conlleva, como una respuesta iraní de envergadura o, incluso, el desatar una conflagración a gran escala.

El momento en que todos estos sucesos se precipitan, y escalan, llama poderosamente la atención si nos colocamos el “sombrero de la política”. Resulta difícil escapar a una fecha límite tan clara como la que se dibuja en el horizonte de noviembre, con las elecciones presidenciales en EE.UU. Golpeado por una mala gestión de la Covid-19, con protestas callejeras en varias ciudades del país y una caída de su PIB histórica, Donald Trump va por detrás de su contrincante demócrata, Biden, en las encuestas.

En dificultades para renovar su mandato, aquel al que se le ha colocado el eslogan de “el presidente estadounidense más proisraelí de la historia” y cuya sintonía con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, va más allá de la ideología y la comunión de intereses, hasta el plano personal, resulta comprensible entender que Israel hubiera aprovechado la ventana de oportunidad y hubiera “pisado el acelerador” con respecto a Irán, ante un posible cambio de inquilino en la Casa Blanca. Y lo hubiera hecho por si acaso la política de Trump de “máxima presión, mínima estrategia” tardara demasiado en dar sus frutos, o, directamente, no los diera. Ya con Biden no será lo mismo.

Tampoco hay que descartar que el primer ministro israelí se hiciera el cálculo de que Trump podría beneficiarse interna y políticamente de un conflicto externo de esa envergadura contra Irán. Por otra parte, sin EE.UU. resulta difícil ningún ataque militar de Israel contra el descentralizado programa nuclear iraní. Aunque las últimas afirmaciones de Trump apuntan a que no piensa dejar la Presidencia sin luchar, incluso si pierde los comicios, con la inestabilidad que eso conlleva en el seno de la superpotencia mundial.

Desde el punto de vista israelí, encontramos una situación similar. Con su primer ministro Netanyahu acosado por varios escándalos de corrupción ya en los juzgados y una creciente crítica interna a su gestión del coronavirus, que se ha reflejado en el incremento de las protestas callejeras, incluso, frente a su residencia.

Eso aparte de que, en virtud del acuerdo para formar gobierno, solo tiene algo menos de dos años al frente del ejecutivo, luego le tocará, en principio, a su socio de gabinete, Benny Gantz.

En estas circunstancias sería lógico pensar que a Netanyahu le “hubieran entrado las prisas” (si se permite la expresión coloquial). Para empezar, considera “su misión”, “su legado”, por lo que quiere pasar a la Historia, acabar con el programa nuclear iraní. Y, en segundo lugar, desde el punto de vista externo, está en posición de “ganar o ganar” porque, si Irán responde a sus acciones, tendría la excusa para lanzar una operación militar a gran escala mientras Trump está aún en la Casa Blanca y, si no responde, puede seguir con sus ataques de baja intensidad, provocando daños a Teherán, como señala el director del International Crisis Group, Robert Malley[17]. Y, aún hay algo más, todas estas acciones emponzoñan cada día más la situación, lo que complicaría mucho a un nuevo presidente estadounidense si quisiera revertirla y volver al JCPOA, por ejemplo[18]. Desde la perspectiva regional, la tensión con Irán sirve a Israel para mantener su acercamiento a los países del Golfo y, además, para desviar la atención de cuestiones como la anexión de Cisjordania, que le acarrearán una ola de críticas internacionales.

En Irán, es difícil constatarlo. Sin embargo, la Covid-19 ha golpeado con dureza al país, ya con una situación económica complicada, entre otras cosas, por las sanciones económicas estadounidenses. Se sabe que hay cierto descontento por las protestas que surgen en varias ciudades del país de tanto en tanto. Pero, también, desató la crítica el derribo accidental de un avión de pasajeros ucraniano, en enero pasado. En febrero, todo ello se vio, así mismo, en la baja participación en las elecciones al parlamento.

Y ¿cómo ha reaccionado Teherán a todo esto? Hay acuerdo en que con bastante contención y paciencia[19]. Para los más duros del régimen con “debilidad” (y piensan que Israel se está aprovechando de su actual vulnerabilidad, por sus problemas internos). Lo normal es que a los gobernantes iraníes no se les escape tampoco la cuestión de las elecciones en EE.UU., incluyendo la posibilidad de que una posible respuesta dura pudiera ser el revulsivo que un Trump en horas bajas necesita para reforzarse[20].

Así, acosado, presionado, con escasas salidas y problemas internos, el régimen iraní ha optado por otra solución a sus dificultades y ha sellado un acuerdo de asociación de 400.000 millones de dólares, que le supondrá un balón de oxígeno y que es, a la vez, “una sonora bofetada a EE.UU.”, como ha afirmado Jorge Dezcállar, exdiplomático y exdirector del CNI[21].

Trump, Netanyahu y Jamenei

Las consecuencias (conclusiones)

Llegados a este punto, destaca que los tres tienen una cosa en común: una creciente contestación interna que, entre las opciones para acallarla, puede encontrarse la de la búsqueda de un enemigo y un conflicto externo. No sería la primera vez, ni la última a buen seguro. A día de hoy, aparece como una de las posibilidades sobre la mesa.

Más en común: tres actores enfrentados, duros donde los haya, expertos en el arte de la supervivencia y en el de salirse con la suya. De su desesperación y del cálculo que hagan entre sus posibilidades de mantenerse en el cargo o, en su defecto, de lograr sus objetivos antes de abandonarlo y “dejar su legado atado y bien atado”, para que a los que vengan después no les queden opciones, dependerá lo que suceda en los próximos meses.

La cuestión está en que, con la escalada que se ha descrito en este texto en la ciberguerra entre israelíes e iraníes y, más allá de ese ámbito, con represalias también en el “mundo físico”, aunque hasta ahora se actúe con la cabeza fría y con contención, el margen de error es cada vez más estrecho y, por ejemplo, un “cisne negro” puede encender la mecha de una conflagración total.

Desde el nivel estratégico, el realineamiento de Irán, motivado por el acoso estadounidense y la falta de soluciones desde los países europeos, hace vislumbrar un claro ganador, por el momento, una vez más. Aquel que sabe leer la crisis como oportunidad: China.

Notas

  1. https://www.timesofisrael.com/israeli-cyber-chief-attack-on-water-systems-a-changing-point-in-cyber-warfare/ consultado el 24/07/2020
  2. https://www.nytimes.com/2020/05/19/world/middleeast/israel-iran-cyberattacks.html consultado el 12/07/2020
  3. https://www.haaretz.com/israel-news/israel-cyberattack-iran-port-washington-post-report-1.8856085 consultado el 12/07/2020
  4. “Irán admite ataques cibernéticos pero los separa de recientes incendios”, teletipo Agencia EFE, 23/07/2020
  5. https://www.inss.org.il/publication/iran-israel-cyber-war/ consultado el 24/07/2020
  6. Íbid.
  7. https://twitter.com/RZimmt/status/1282242339860250624 consultado el 12/07/2020
  8. https://www.nytimes.com/2020/07/05/world/middleeast/iran-Natanz-nuclear-damage.html consultado el 12/07/2020
  9. https://www.france24.com/es/20200715-ir%C3%A1n-incendio-barcos-puerto-sabotaje consultado el 30/07/2020
  10. https://foreignpolicy.com/2020/06/05/israel-and-iran-just-showed-us-the-future-of-cyberwar-with-their-unusual-attacks/ consultado el 01/08/2020
  11. https://israelnoticias.com/iran/ciberataques-sistema-agua-israel consultado el 01/08/2020
  12. https://foreignpolicy.com/2020/06/05/israel-and-iran-just-showed-us-the-future-of-cyberwar-with-their-unusual-attacks/ consultado el 01/08/2020
  13. https://jiss.org.il/en/dostri-cyber-warfare-between-iran-and-israel/ consultado el 01/08/2020
  14. https://iranprimer.usip.org/blog/2020/jul/15/israeli-campaign-stop-irans-nuclear-program consultado el 01/08/2020
  15. https://foreignpolicy.com/2020/06/05/israel-and-iran-just-showed-us-the-future-of-cyberwar-with-their-unusual-attacks/ consultado el 01/08/2020
  16. https://iranprimer.usip.org/blog/2020/jul/15/israeli-campaign-stop-irans-nuclear-program consultado el 01/08/2020
  17. https://twitter.com/Rob_Malley/status/1283848027636146176?s=09 consultado el 01/08/2020
  18. https://twitter.com/ShiraEfron/status/1286153903185309696?s=09 consultado el 01/08/2020
  19. https://www.atlanticcouncil.org/blogs/iransource/a-series-of-unusual-events-in-iran-point-to-sabotage-how-will-tehran-respond/ consultado el 01/08/2020
  20. https://nationalinterest.org/blog/paul-pillar/undeclared-war-against-iran-164883 consultado el 01/08/2020
  21. https://blogs.elconfidencial.com/espana/pagina-tres/2020-07-15/iran-china-bofetada-eeuu_2681827/ consultado el 01/08/2020

Autor

  • Elena María Labrado Calera

    Periodista. Actualmente, trabaja como Editora de Tarde de Contenidos Digitales en Castilla-la Mancha Media (CMM). Con anterioridad, ha ejercido como Coordinadora del Departamento Digital de CMM en el inicio del mismo y durante el primer año de andadura (2016-2017). Previamente, ha ejercido como Coordinadora y Redactora del Departamento de Internacional de Informativos, durante más de 10 años. En ese intervalo, además, ha realizado el máster en Analista de Inteligencia por las universidades Carlos III y Rey Juan Carlos (2011-2012). Desde 2007 hasta 2018 ha sido Reservista Voluntaria en la Armada, hasta alcanzar el empleo de Alférez de Navío, con destino en el MAD.

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