Clase Álvaro de Bazán

Más allá de los datos técnicos, la mejor inversión de la Armada Española

Fragatas de la clase Álvaro de Bazán. Fuente - Armada Española.

Cuando el 31 de octubre de 2000, el casco de la F-101 “Álvaro de Bazán” tocaba el agua por primera vez, a la par que los más de 140 metros del acero se zambullían en la ría de Ferrol, la Armada Española e Izar -la actual Navantia- ponían proa al futuro, dejando atrás uno de los periodos más grises de su historia, por más que en el imaginario colectivo, las décadas anteriores fueran excepcionales para la construcción naval española. Así, con la botadura de la primera de nuestras cinco fragatas F-100, España lograba dar un salto adelante tecnológico que, si bien era el resultado de un camino largo y ciertamente tortuoso, nos colocaba de nuevo a la vanguardia de la técnica naval.

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