
Los carros de combate turcos han tenido un desempeño desigual en la guerra de Siria. Su actuación ha dejado tanto terribles pérdidas, como lecciones aprendidas. El Ejército Turco adquirió 298 Leopard 2A4 de segunda mano procedentes de los depósitos del Bundeswehr, como buena parte de los socios europeos de la OTAN, España incluida. Estos Leopard 2A4TR recibieron una única modificación en años posteriores, consistente en la adición de unos nuevos y mejorados filtros de aire -algo importante para las polvorientas tierras de Oriente Medio- aunque posiblemente esta mejora se implementase sin pensar que iban a ser puestos a prueba en un conflicto tan complejo como el sirio…
Los carros de combate turcos entran en escena
A finales de agosto de 2016, después de meses de preparación, Turquía comenzaba el despliegue de tropas por el norte de Siria con la intención de impedir la unificación de los cantones kurdos en territorio sirio, cuyos peshmerga estaban expulsando a Daesh de amplias zonas del país. La posibilidad de que los kurdos lograsen una suerte de estado propio al norte de Siria era vista como una gran amenaza en Ankara, que no dudó en utilizar la fuerza.
Así pues, se desplegaron unidades turcas precedidas y combinadas con fuerzas rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), las cuales apenas podían considerarse como infantería ligera. En pocas semanas lograron abrir brecha en las líneas del Estado Islámico (EI) y tomar diversas localidades, estableciendo una zona de colchón entre la frontera turca del Ejército Árabe Sirio y los kurdos, aunque la misión no terminaría oficialmente hasta el 29 de marzo de 2017, tras siete meses de ofensivas y contraofensivas.
Durante aquella operación los primeros carros de combate en ser desplegados fueron los vetustos M-60A3 Patton y, sobre todo, M-60T Sabra, una variante turca del Sabra Mark III de diseño israelí basado en el anterior. Este carro tuvo un buen desempeño, demostrando ser capaz incluso de resistir el impacto directo del más moderno Misil Guiado Antitanque (ATGM) ruso, el 9M133 Kornet -con el paquete de modernización adecuado, eso sí-.
En los meses que siguieron al inicio de las acciones, los medios de comunicación fueron llenándose con imágenes de diversos Leopard 2A4 turcos vestidos patrón de camuflaje verde mientras eran transportados por carretera y tren a la frontera turco-siria. Finalmente, el 8 de diciembre se constató su empleo en el escenario sirio, cuando por primera vez un Leopard 2A4 abría fuego sobre un coche bomba (VBIED) del EI a las afueras de la localidad siria de Al-Bab.
Carros de combate turcos en la guerra de Siria
Además de los citados Sabra, Patton y Leopard, los turcos pusieron sobre el terreno sistemas de artillería autopropulsada T-155 y M110A2 para proporcionar fuego de apoyo y vehículos ACV-15. Este es una versión mejorada del archiconocido M-113 que incluye un mayor blindaje y que se ha empleado en variantes APC -con una ametralladora pesada M2 Browning de calibre 12,7 mm- y VCI -con un cañón de tiro rápido de 25 mm y con una ametralladora media de 7,62 mm-. Ambos fueron utilizados por la infantería mecanizada turca, y de hecho algunos ACV-15 de la versión APC fueron entregados a las unidades del ELS para aumentar sus capacidades ofensivas.
Como vehículos de recuperación los turcos desplegaron de un lado el M88A1, que está basado en las sagas M-48 y M-60 Patton y que en su versión A1 cuenta con una planta motriz más potente, y de otro lado el Bergepanzer Leopard, basado en el Leopard 1.
Además, los turcos emplearon grandes cantidades del OTOKAR Cobra, un vehículo de alta movilidad táctica que cuenta con numerosas variantes: Médicas, de reconocimiento, armadas con una ametralladora pesada, de transporte de personal etcétera. A pesar de ser extremadamente ligero, la versión de este vehículo desplegada en Siria contaba con cuatro lanzafumígenos, así como con una ametralladora pesada M2 Browning operada por control remoto o manualmente, dependiendo de la variante. Este vehículo fue utilizado en labores de exploración y de búsqueda de objetivos para los Leopard 2A4, conformando un tándem súmamente eficaz.
También se desplegaron vehículos M-113A2 en su variante médica, así como Poyraz, un vehículo de apoyo logístico basado en el T-155. Igualmente hubo presencia del MRAP de diseño turco Kirpi, aunque este no iba armado con ametralladoras, aunque sí protegido por inhibidores de señales, lo que podría sugerir que este tipo de vehículos eran empleados sobre todo en misiones de mando y control.
Tal y como una investigación de Bellingcat sacó a la luz a partir de las matrículas visibles en los distintos medios acorazados, y como hemos podido corroborar por nuestras propias fuentes, las FAS de Turquía han desplegado en Siria elementos de la 2ª, 5ª y 20ª Brigadas Acorazadas, así como de la 16ª y 39ª Brigadas Mecanizadas. Junto a esas fuerzas se desplegaron unidades de las fuerzas especiales, con gran énfasis en los equipos de tiradores de precisión.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos deducir que, a nivel táctico, las unidades turcas se organizaban en Grupos de Tareas (GdT). Estos podían constituirse de diversas formas en función del objetivo de la misión, aunque las más comunes eran:
- Unidades de tres carros de combate acompañados por una fuerza de infantería mecanizada montada en ACV-15 y encargada de proporcionar la seguridad.
- Una fuerza como la anterior junto a un Kipri encargado del mando y control, una unidad de las fuerzas especiales encargada de solicitar blancos para la artillería, los carros de combate o la aviación.
- Una fuerza de carros de combate precedida de un OTOKAR encargado de explorar una zona o de buscar blancos.
- Una fuerza de Leopard 2A4 y ACV-15 proveyendo fuego de apoyo a una fuerza del ELS equipada con Toyotas artillados y ACV-15.
Los pequeños GdT ponen de relieve un uso de las unidades turcas con un perfil bastante bajo, ya que en caso contrario habrían realizado operaciones ofensivas a pleno rendimiento empleando para ello las unidades de maniobra ordinarias, sin necesidad de crear GdT. Este empleo con cuentagotas es una de las causas que explica el gran número de bajas sufridas por los turcos, tal y como se explicará más adelante en el artículo.
Las Fuerzas aliadas en la guerra de Siria
En las primeras fases de la Operación Escudo del Éufrates (OEE) -sobre todo en los combates junto a la frontera- fueron exclusivamente las fuerzas turcas quienes atacaron y tomaron con facilidad las posiciones del EI que presumiblemente las abandonó al poco de comenzar la ofensiva. El avance subsiguiente estuvo protagonizado por las fuerzas del ELS las cuales, armadas por Turquía, fueron las encargadas de liderar la ofensiva mientras las tropas turcas limpiaban el terreno y realizaban tareas de apoyo.
Apenas dos meses después del inicio de OEE, Ankara parecía haber alcanzado sus principales objetivos estratégicos, salvo en algunas ciudades en las que el EI había decidido oponer especial resistencia, en particular en Al-Bab. Los turcos habían alcanzado las afueras de esta ciudad en noviembre, pero no fue tomada hasta finales de febrero de 2017, casi cuatro meses después.
La situación creada durante esta ofensiva combinada entre las FAS turcas y el ELS debió ser de lo más compleja, en particular por la diferencia entre los idiomas y alfabetos turco y árabe y probablemente debido a la más que cuestionable competencia, entrenamiento e incluso moral de los combatientes rebeldes. Estos, en muchos casos no eran más que grupos de jóvenes sacados de los campos de refugiados turcos bajo promesas de buena paga y acción, pero sin un verdadero interés por el combate. En última instancia la confianza y la cooperación entre FAS y ELS ha sido una de las piedras de toque del desarrollo de las ofensivas combinadas entre ambas organizaciones.
Además de mover fuerzas de un tamaño de entre una y dos brigadas, Turquía otorgó toda clase de apoyos a sus aliados: Aviones multipropósito F-16 y F-4, helicópteros de combate y sistemas de artillería autopropulsada de 155 mm T-155 y los más viejos pero potentes M-110A2 de 203 mm.
Si comparamos la coordinación turca con la que puedo haber entre las tropas de Assad y los rusos o entre los norteamericanos y los kurdos, apreciaremos varias diferencias. En primer lugar, ni rusos ni norteamericanos han comprometido fuerzas acorazadas propias en las ofensivas, y si lo han hecho -como se sospecha de los rusos a finales del verano de 2015- fue de forma muy limitada. Por el contrario, ambos se han limitado a labores de limpieza, logística y de apoyo aéreo o artillero mediante las fuerzas especiales.
Tanto los kurdos como Assad cuentan con ventaja sobre las fuerzas de ELS en OEE, y es que los kurdos han demostrado una mayor voluntad combativa y se han aprovechado de la enorme experiencia estadounidense en operaciones de guerra híbrida que se han venido realizando con especial intensidad desde la invasión de Afganistán en 2001. Además, en el caso de Assad y a pesar de que sus tropas no han demostrado por lo general tener una gran moral, sí es cierto que contaban con material pesado a expuertas: Desde los anticuados T-54, T-55 y T-62 hasta los modernos T-72B3 y T-90A suministrados por los rusos. Estos últimos, por cierto, aunque no hayan sufrido pérdidas conocidas de carros de combate, sí han tenido una tasa de bajas alarmantemente alta entre sus oficiales, incluyendo un Teniente General, lo que da una idea de su implicación en el conflicto sirio.
Los estadounidenses, en cambio, han desplegado a fuerzas regulares de los Ranger en vehículos Stryker para apoyar la ofensiva kurda sobre Raqqa. No obstante, en ningún caso -que se sepa-, se han desplegado en primera línea de combate, cosa que sí ha ocurrido en el caso turco con los Leopard 2.

Las fuerzas del Estado Islámico
Para finales de 2016, la derrota de los yihadistas ya se vislumbraba en el horizonte, aunque estos aún poseían fuerzas y reservas estratégicas suficientes como para suponer un desafío importante a una fuerza como la que sumaban el ELS y las unidades regulares turcas.
No sabemos a ciencia cierta cuantos hombres pudo haber llegado a movilizar el EI para sostener la defensa entorno a Al-Bab mientras sufría el acoso de la aviación turca, de los carros de combate y del propio ELS, diversas fuentes manejan cifras que varían entre los 800 y los 3.000 hombres. Esta fuerza habría contado con unidades de infantería ligera y una buena defensa antitanque empleando ATGM, lanzacohetes antitanque, minas contracarro e incluso morteros. Además, también estuvieron presentes en menor medida los famosos Toyota artillados, los VBIED, los BMP-1 y también es posible que algunos carros de combate T-55 durante las fases iniciales de la batalla.
Da la sensación de que ,al contrario de lo que era habitual hasta entonces, el EI confió en una defensa perimetral de Al-Bab, buscando evitar que las fuerzas enemigas alcanzaran los alrededores de la ciudad y empleando numerosos golpes de mano para desbaratar las posiciones avanzadas enemigas cerca de la urbe. Además, para protegerse de la fuerza aérea turca, muy activa, debieron confiar en sus habituales estratagemas consistentes en excavar túneles y emplear a los civiles como escudos humanos.
Para defenderse de los carros turcos es probable que el EI tratara de cubrir determinadas rutas de aproximación o de canalizar a las fuerzas enemigas mediante el empleo de campos de IED o de minas, mientras que para la defensa contracarro a corta distancia confiaron en el popular RPG-7 y probablemente en la versión turca del lanzacohetes desechable M72 LAW, el HAR-66. Además, el uso de morteros también está documentado.
En cualquier caso, el auténtico pilar de la defensa contracarro fue el ATGM, en particular los de origen ruso, como el 9M133 Kornet, el 9M113 Konkurs, el 9M111 Fagot o el 9M115 Metis. Hay incluso quienes han sugerido que los TOW también fueron usados, pero lo consideramos altamente improbable, ya que EI sólo ha operado este ATGM en cantidades muy reducidas, y ningún lanzador fue observado en Al-Bab.
Las mayores bajas en las filas turcas, en cualquier caso, se produjeron a manos de los ATGM y de un atrevido golpe de mano de Daesh gracias al cual hasta diez carros de combate Leopard 2A4 se perdieron en apenas un par de semanas de diciembre. Estos combates se produjeron tras un avance fallido de las fuerzas turco-rebeldes en el flanco occidental de Al-Bab, y en particular en el área entorno a su hospital. Allí los Leopard 2A4 junto a otros muchos medios blindados turcos fueron destruidos, capturados o inutilizados.
El escenario de los combates
El escenario en el que combatieron los Leopard 2A4 se situó en torno a la ciudad de Al-Bab, que había sido fortificada por los yihadistas por ser un importante nudo de carreteras y una urbe de cierto tamaño y significación política. Allí tuvieron lugar cuatro meses de furiosos combates, de los que los más intensos se vivieron a lo largo de diciembre.
Al norte y oeste de Al-Bab hay diversos cerros de unos 500 metros de altura, pero en general entorno a la ciudad hay un terreno llano y salpicado de complejos aislados de granjas y de cultivos. Además, inmediatamente al oeste de la ciudad, a penas unos cientos de metros, se encuentra el hospital local que tuvo un papel en las maniobras turcas para rodear Al-Bab.
En cuanto a la propia Al-Bab, antes de la guerra llegó a tener unos 140.000 habitantes, con un perímetro aproximado de unos 9,5 Km.
La gente tiende erróneamente a asumir que Siria es un país caluroso y árido, sin embargo en contra del imaginario popular el norte de Siria es una zona verde con un clima similar al que podríamos encontrar en Salamanca. Los inviernos son fríos y una capa de nieve de varios centímetros lo cubre todo. Las heladas, la niebla, la lluvia y las tormentas de nieve no son una rareza entre noviembre y febrero. Por fortuna para los turcos, el Leopard 2 -como el resto de carros alemanes- está bien diseñado para lidiar con condiciones climatológicas propias del frío extremo.
Los Leopard 2A4 turcos
Desde el nacimiento de la saga Panzerkampfwagen Leopard 2 en Alemania a finales de los años 70 este país ha seguido introduciendo modificaciones y mejoras que dieron lugar a nuevas versiones. Entre todas ellas, la que alcanzó mayor popularidad, mayor índice de exportación y mayor tiempo en servicio fue la versión Leopard 2A4, aparecida a mediados de los años 90 y que a día de hoy empieza a notar los achaques de la edad. Aunque se han diseñado nuevas versiones del Leopard 2 con más blindaje y más potencia de fuego, como el A5 o el A6, lo cierto es que el A4 sigue siendo la más popular y ha sido la variante que ha mantenido el mayor equilibrio entre movilidad, protección y potencia de fuego debido a que las nuevas versiones han perdido algo de movilidad a favor de la protección.
Además de ello, el Leopard 2A4 mantiene el excelente cañón Rheinmetall L/44 de 120 mm, similar al M256 de los M1 Abrams y que, a pesar de tener una capacidad de penetración menor que el más moderno L/55 instalado en los Leopard 2A6 posee la ventaja de que es más corto y por tanto mucho más práctico para su empleo en escenarios cerrados como calles o zonas arboladas. En particular, a la hora de enfrentarse a fuerzas asimétricas que no van a oponer fuerzas acorazadas significativas, el más moderno L/55 es inferior al L/44. Este cañón puede emplear diversos tipos de munición:
- APFSDS (Armor Piercing Fin-Stabilized Discarding Sabot) diseñada para penetrar blindajes gruesos por energía cinética.
- HEAT (High Explosive Anti Tank) que es multipropósito, la de metralla útil a distancias muy cercanas contra objetivos blandos.
- HE (High Explosive) contra fortificaciones ligeras e infantería y la más rara HE-OR (High Explosive-Obstacle Reduction) diseñada especialmente para deshacer obstáculos.
- Existen paquetes de actualización que permitirían a los Leopard 2 disparar misiles como el LAHAT.
El Leopard 2A4 puede llevar hasta 42 proyectiles repartidos en dos compartimentos blindados, uno situado en la parte trasera de la torre al alcance del cargador y que contiene 15 proyectiles, y el otro situado a la izquierda de la barcaza central, con 27 proyectiles almacenados.
A pesar de que, a priori, los proyectiles APFSDS no son una munición adecuada para enfrentarse al EI, en tanto no va a oponer carros de combate modernos, hemos podido constatar el empleo rutinario de este tipo de municiones. El motivo nos es desconocido. La única posibilidad que se nos ha ocurrido apuntaría a que los rápidos y blindados VBIED del EI podrían ser un blanco difícil de acertar a una gran distancia. En este caso, la munición APFSDS por su trayectoria más plana y por su mayor velocidad podría ser más adecuada frente a este tipo de amenaza. Los proyectiles podrían ser germanos DM-43 o DM-53 e israelíes M322 o M328 o norteamericanos M829.
El otro proyectil más utilizado es el de tipo HEAT, considerado multipropósito y utilizado contra posiciones fortificadas, vehículos ligeramente blindados o contra blancos desprotegidos. En el caso del HEAT hemos constatado el uso de proyectiles M325.
En cuanto al armamento secundario los turcos emplearían la misma configuración que nuestros Leopard 2A4E, esto es una ametralladora MG-3A1 coaxial de calibre 7,62 mm OTAN y en contadas ocasiones una segunda MG-3 situada en la escotilla del artillero.
El Sistema de Control de Tiro (SCT) emplea diversos sensores, así como ópticas de 12 aumentos que incluyen telemetría láser y miras nocturnas. Se puede considerar eficaz a las distancias propias de la guerra asimétrica, que raramente superan los 2 Km.
La movilidad del carro depende de su motor MTU MB de 1.500 caballos que permite al Leopard 2A4 alcanzar velocidades del orden de los 70 Km/h en carretera. Además, como es habitual, los Leopard 2A4 turcos llevaban zapatas para terrenos blandos montadas en la zona frontal del carro, lo que da fe de las condiciones de nieve y de barro que esperaban encontrar en la zona norte de Siria.
En cuanto a la protección, el Leopard 2A4 cuenta con un blindaje tipo Chobham (multicapa) en la zona frontal de la barcaza y de la torre, aunque esta última carece de blindaje inclinado. A pesar de que el espesor real del blindaje es material clasificado, debería proteger contra el principal ATGM ruso de su época, el 9M113 Konkurs, aunque estaría por ver si sería suficiente frente al 9M115-2 Metis-M, frente al 9M113M Konkurs-M o frente al 9M133 Kornet. También debería resistir impactos de granadas propulsadas por cohete como el RPG-7, aunque armas más potentes y modernas como el RPG-29 quizás sí puedan penetrarlo.
Por desgracia el Leopard 2A4 tiene una gran falla en la protección frontal: La óptica EMES-15 del artillero, incrustada en el lateral izquierdo de la torre, zona en la que el blindaje queda muy disminuido. Otros puntos vulnerables pero difíciles de acertar serían el anillo de la torre y la zona del techo que está inmediatamente encima del mantelete del cañón.
Los flancos son otra historia: La parte delantera de los flancos está protegida por faldones pesados, mientras que el resto de la barcaza cuenta con faldones ligeros. Todos ellos funcionan a modo de blindaje espaciado. La zona más expuesta es la parte lateral trasera de los flancos y de la torre, ya que ahí el blindaje es convencional, vertical y relativamente delgado. Para aumentar las posibilidades de supervivencia los 15 proyectiles listos para usar se encuentran en un compartimento estanco blindado, lo que ofrece protección adicional frente a una penetración. Nada raro, pues en general los carros de combate modernos no tienen protección suficiente en los flancos como para poder resistir al impacto de un potente ATGM salvo que se haya instalado blindaje reactivo o modular, cosa que no ocurre con el Leopard 2A4. De hecho, una granada-cohete PG-7 debería ser capaz de penetrar al Leopard 2A4 en los flancos, algo increíble a tenor de su precio en el mercado negro sirio, que ronda los 100 dólares.
La protección frente a IED y minas que ofrece el Leopard 2A4 es también material clasificado, aunque se presume capaz de soportar las minas antitanque soviéticas más comunes en su época, como la TM-62. Por otra parte, la experiencia canadiense en Afganistán demostró que los Leopard 2 protegieron bien a sus tripulantes frente a los IED, a pesar de lo cual la industria se ha afanado en presentar variantes como la A6M o la PSO que mejoran este apartado, lo que es indicativo de ciertas carencias.
En lo concerniente al camuflaje, los Leopard 2 turcos utilizaban el mismo patrón de camuflaje de tres tonos del Bundeswehr. Este esquema fue sustituido por otros nuevos de tipo árido. Es de suponer que el repintado se hizo sobre la marcha, toda vez que no todos los carros han podido disfrutar de sus nuevos colores antes de llegar a Siria.
Por otra parte, a diferencia del resto de Leopard 2A4, los vehículos turcos vistos en Siria montaban un dispositivo en el lateral derecho de la torre, una caja metálica de la que a veces sobresalen una especie de pequeñas antenas de no más de 10 cms. de altura, lo que nos hace pensar que estamos bien ante un dispositivo de comunicación, bien ante un dispositivo inhibidor de señales.
Por último, hemos podido notar que una parte de los Leopard 2A4 turcos poseen una cicatriz en el lateral izquierdo de la torre. Dicha marca de soldaduda consiste en una antigua portezuela usada para introducir munición al carro y fue sellada cuando los carros de combate de lotes anteriores al A4 fueron actualizados a esa versión. Esto sifnifica que algunos de los A4 turcos no nacieron como A4, sino que son Leopard 2A1, A2 o A3 transformados a la versión A4, aunque no debería haber diferencias significativas entre unos y otros.

El desempeño de los carros de combate turcos
Tras producirse numerosos incidentes relacionados con los Leopard 2A4 turcos a los que nadie daba explicación, se filtró un papel en el que se detallaban datos sobre el estado de los vehículos impactados por armamento del EI junto a una pequeña descripción. A pesar de las reticencias iniciales sobre su validez, a posteriori se ha demostrado como absolutamente fidedigno, por lo que lo usaremos como base para la Tabla 1.
Modelo |
Unidad |
Estado |
Matrícula |
Destino |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
ATGM/ Daños altos |
195556 |
Desconocido |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
ATGM/ Daños altos |
195591 |
Desconocido |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
ATGM/ Daños altos |
195586 |
Desconocido |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
ATGM/ Daños altos |
195536 |
Desconocido |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
ATGM/ Daños altos |
195535 |
Desconocido |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
195541 |
Desconocido | |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
Mina o IED |
195526 |
Destruido por ataque aéreo |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
RPG o mortero |
195528 |
Capturado y destruido por EI |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
Desconocido (Bajo el muro) |
195537 |
Destruido por los turcos |
Leopard 2A4TR |
2ª Brigada Acorazada |
Averías |
195532 |
Capturado y destruido por EI |
Los diez Leopard 2A4 alcanzados sobre los que habla el documento pertenecían al 1º Batallón, 2ª Brigada Acorazada, 3º Cuerpo de Ejército que, por cierto, participó en el golpe de estado contra Erdogan. De los diez Leopard 2 uno tenía una avería mecánica, otro había sufrido daños que presumimos leves -no se indica lo contrario- a causa de un RPG o de un mortero, otros dos habían sido inutilizados por minas, de los que sólo uno tenía fuertes daños en el motor, y los cinco restantes habían sido alcanzados por ATGM que les habían producido fuertes daños (Heavy damage). Aunque no figura el significado exacto de «fuertes daños» intuimos que se refieren a daños que obligaban a reparaciones competencia del cuarto escalón o a mantenimiento de base.
Posteriormente varios de los carros de combate se perdieron, ya que Daesh lanzó una serie de golpes de mano exitoso que le permitió capturarlos y destruirlos. Igualmente parece que al menos tres de los carros podrían haber sido destruidos por los propios turcos para evitar su captura y utilización por miembros de Daesh. Para ello se utilizaron ataques aéreos, llevados a cabo por un F-16 con un misil guiado, probablemente un AGM-65 Maverick o bien utilizaron granadas colocadas en lugares clave del carro.
El golpe de mano del EI fue el culmen de una semana en la que numerosos Leopard 2A4 habían sido puestos fuera de combate por los ATGM. Durante aquella operación los yihadistas fueron capaces de doblegar las posiciones defendidas por el ejército turco entorno al hospital y de hacerse con varios Leopard 2A4 junto a un ACV-15 y otros vehículos como un M-60T Sabra.
Puede afirmarse que el empleo de los ATGM de EI fue súmamente eficaz. En todos los casos constatados lograron impactos en los flancos, causando graves daños y probablemente causando la muerte de varios carristas. Los ATGM de los que se tiene confirmación de su uso incluirían dos 9M113 Konkurs y 9M115-2 Metis-M, estos últimos con un alcance de solo 1,5 kilómetros, pero con una gran capacidad de penetración.
Finalmente, hay noticias de alguna escaramuza entre los Leopard 2A4 y diversos blindados. Se sabe de al menos un BMP-1 de Daesh alcanzado por un proyectil de carga hueca M325 lanzado por un Leopard y que impactó en la zona frontal del BMP-1 cuya coraza resultó atravesada. El BMP-1 se incendió y al menos dos tripulantes fueron capaces de abandonarlo para morir unos metros más allá abatidos por la ametralladora coaxial del Leopard 2A4 o de la infantería que lo pudiera haber acompañado.
Misiles e impactos recibidos por los carros de combate turcos
Todos los misiles que lanzó EI hicieron blanco sobre los flancos de los Leopard. En el mejor de los casos, pudo haber alguno que acertara en los faldones pesados, sin embargo estos últimos son a todas luces insuficientes para frenar a un ATGM. Una vez la penetración se producía los daños eran inevitables y si quedaban diluídos era gracias al diseño interno del carro alemán. Con todo, parece que ninguno de los carros resultó totalmente destruido, aunque las imágenes que circulan por la red no permiten ser muy optimistas al respecto.
Dos carros de combate apostados tras unas barreras recibieron el impacto directo y casi simultáneo de sendos ATGM 9M113 Konkurs, en su flanco derecho. A pesar de que uno recibió el impacto totalmente angulado respecto a la trayectoria del misil y que este hizo blanco en la zona de la barcaza o de la torre, en ningún caso provocó el estallido de la munición.
Así, aún a pesar de los daños, el carro resistió relativamente bien, hasta el punto de que tras el impacto la torre estuvo operativa el tiempo suficiente como para ser girada, tal y como se deduce del análisis del momento en que recibió el ATGM y de una imagen tomada posteriormente.
Menos suerte tuvo el otro carro de combate situado apenas unos metros más arriba y que sólo ofrecía como diana el blindaje lateral de su torre. Esto le expuso a un impacto cerca del compartimento de la munición lo que derivó en una explosión catastrófica que hizo volar por los aires el compartimento blindado con los 15 proyectiles, las escotillas y otros elementos.
Una de las razones que explican que todos los impactos fuesen laterales recar en la propia dirección de la ofensiva turco-rebelde, avanzando siempre en dirección oeste-este hacia Al-Bab. De esta forma, los carros de combate turcos se colocaban de cara a Al-Bab exponiendo sus flancos a los ATGM de Daesh situados al sur que podían abrir fuego a distancias de varios kilómetros desde su propio territorio sin que los Leopard 2A4 que no contaban con ninguna clase de sistema de protección activa, receptor láser o similares, pudiesen hacer nada para evitarlos.
Golpe de mano de Daesh
Los turcos habían apostado una pequeña fuerza en torno al hospital de Al-Bab, situado en una zona estratégica. Esta agrupación estaba compuesta por un par de carros de combate Leopard 2A4 inmovilizados, así como por un contingente de infantería mecanizada sobre ACV-15 encargado de proporcionar seguridad. A pesar de que hasta entonces los combates en la zona habían sido de escasa entidad, el EI -probablemente consciente del estado de los Leopard 2- dio un golpe de mano aprovechando las nubes bajas, la niebla y la tormenta de nieve. La climatología y su iniciativa permitieron a los yihadistas aproximarse sin ser detectados y tomar la posición intacta en poco tiempo, tras lo que saquearon todo lo que pudieron y destruyeron el resto, incluyendo los Leopard con los numerales 195532 y 195528.
Ante la amenaza que este movimiento supuso para otros dos Leopard 2A4 que habían quedado inmovilizados en una curva de una carretera unos centenares de metros más al norte, los turcos decidieron destruirlos antes de que cayeran en manos yihadistas, para lo que lanzaron sendos ataques aéreos.
Planificación errónea
Heinz Guderian, en su mítico Achtung Panzer, decía que:
«Esta fuerza [en referencia a las fuerzas acorazadas] que a día de hoy tiene el mayor poder ofensivo tiene también el derecho a emplear dicho poder bajo sus propias reglas y de esta forma cualquiera que sea el lugar en el que sea usada será la fuerza principal y el resto estarán supeditadas a ella. […]Los derechos reclamados por esta nueva arma resultan en las siguientes necesidades tácticas: 1) Sorpresa; 2)Empleo Masivo y; 3) Terreno adecuado.
[…]La alta velocidad del ataque acorazado es esencial para determinar los resultados del combate.»
Sin embargo en el caso de Siria la situación se había invertido totalmente, y eran los carros de combate y su infantería mecanizada los que estaban supeditados a las necesidades tácticas impuestas por la infantería ligera del ELS a la que tenían que apoyar, operando de esta forma en contra de su propia naturaleza y desaprovechando sus fortalezas -movilidad y protección-, maximizando así sus vulnerabilidades.
En el caso de los combates por Al-Bab de los tres principios fundamentales sólo se cumplía el del terreno adecuado, pero en ningún momento hubo ni elemento de sorpresa, ni empleo masivo de los medios.
Ahora bien, ¿porque no se siguieron los principios básicos de la guerra mecanizada de armas combinadas moderna? Pues porque ese tipo de guerra implica operaciones de alta intensidad, y los turcos consideraron que esta no era la opción adecuada, a pesar de que movilizaron la masa crítica necesaria para acometerla contra un enemigo tan relativamente débil como lo era el Califato.
Los motivos de esta decisión sin duda son políticos, ya que una operación de alta intensidad habría supuesto cargar con la imagen de fuerza ocupadora y asumir los inevitables roces con la población local. Por el contrario, al colocar al ELS en primera línea y apoyarlo con sus FAS se lograba un perfil bajo mucho más deseable de cara a la prensa internacional, algo en la línea con los verdaderos intereses de una Turquía que perseguía evitar que los cantones kurdos se unificaran, contar con cierta cantidad de territorio sirio a modo de colchón y con una carta que canjear en las futuras negociaciones con Assad y Rusia.
Si atendemos a operaciones similares en Siria, como el apoyo dado por Irán o Rusia a Assad, o el apoyo estadounidense a los kurdos, en ningún caso se ha optado por la guerra de alta intensidad. Ni siquiera los rusos han llegado a operar su material pesado junto a los sirios y cuando han desplegado vehículos como los BTR-82A o el BMPT-72 lo han hecho en unidades rusas y siempre en la retaguardia o los flancos. Nunca como fuerza de apoyo de los sirios, tarea reservada para las fuerzas especiales, la aviación y la artillería.
Se da así la circunstancias de que Turquía ha sido el primer estado en emplear pequeñas agrupaciones blindadas en operaciones de guerra híbrida en las que las unidades acorazadas son empleadas en apoyo de de la infantería ligera. El problema es que el carro de combate fue diseñado para otro tipo de escenarios y que en este caso se desperdician aspectos clave como la agilidad o el factor sorpresa. De hecho, lo más normal es que los carros queden aislados de una infantería incapaz de seguir su avance y no, como en este caso, que se vean obligados a seguir el ritmo de unidades como las del ELS. Es así como se les ha hecho vulnerables al a armamento contracarro, infinitamente más barato, a cambio de ganancias mínimas.
Si bien los carros de combate están diseñados para sobrevivir en escenarios de alta intensidad, incluyendo obstáculos artificiales, minas, ataques aéreos, misiles, CSR, RPG, explosivos, ataques químicos y demás, el teatro de operaciones sirio es muy diferente.
Las fuerzas irregulares como Daesh cuentan con numerosos combatientes veteranos, curtidos en el manejo de material avanzado como los ATGM y acostumbrados a atacar blancos de oportunidad en poco tiempo bajo la amenaza de los bombardeos aéreos y de los fuegos de apoyo. Además, pese a estar en pleno repliegue estratégico, acosados en todos los frentes, han sabido mantener la iniciativa estratégica, con constantes golpes de mano, retiradas y contraofensivas.
Este escenario obligaba a las tropas turcas a mantener la vigilancia en 360º las 24 horas, pues en cualquier momento podían sucederse los ataques, máxime cuando el enemigo operaba cientos de ATGM, fáciles de adquirir para un actor como ISIS, y que pueden tener un alcance de hasta 3.000 metros.
Se puede concluir que quizá emplear carros de combate no era la mejor opción, teniendo en cuenta tanto las experiencias pasadas en la propia Guerra de Siria, sobre las que hay varios artículos en nuestra web y que sus lecciones no habían sido aprehendidas instalando blindaje adicional o equipo de alerta frente a unos ATGM que Daesh ya había demostrado ser capaz de usar con gran efectividad. Además, Turquía contaba con artillería T-155 y M-110A2, así como con gran número de morteros que, en combinación con las fuerzas especiales y quizás algunos vehículos de apoyo con cañones de tiro rápido, deberían haber podido proveer al ELS del apoyo necesario para acometer su misión sin necesidad de exponer a los carros de combate a un tipo de guerra en la que tienen mucho que perder y muy poco que ganar.
Por último, resulta obligado hacer una pequeña referencia a la propia situación turca, pues sus Fuerzas Armadas no eran ajenas a los efectos de las purgas realizadas tras el supuesto intento de golpe de estado de julio de 2016. Es posible que tras padecer la expulsión de miles de sus miembros aun no se hubiesen recuperado en términos de eficacia, cohesión y capacidad del mando para dirigir la misión.
Fallos graves que han afectado al desempeño de los carros de combate turcos en Siria
El desprecio por el enemigo pudo llevar a excesos de confianza que facilitaron el golpe de mano de Dash. Este no solo se pagó durante el golpe de mano, sino también cuando numerosos tanques recibieron impactos de misil en sus flancos, al subestimarse la capacidad de Daesh para establecer una defensa contracarro. Esta sobreexposición de los flancos de los Leopard 2 y las consiguientes consecuencias no deben achacarse a un mal diseño del carro, porque un misil en dicha zona convierte la supervivencia de cualquier carro y su tripulación en algo que en gran medida pende de factores azarosos.
Si que puede culparse, sin embargo, a la mala coordinación con la infantería del ELS que debería haber asegurado las posiciones avanzadas que protegerían los flancos de los carros, algo que no se produjo. La infantería mecanizada turca, por su parte, tampoco pareció aportar mucho en la lucha contra los ATGM, quizás porque simplemente se dedicaban a proporcionar la seguridad a muy corta distancia, precisamente para evitar golpes de mano e infiltraciones.
El hecho de que los carros fueran impactados a pesar de estar aparentemente protegidos por barreras de tierra habla en favor de la precisión de los modernos ATGM y obligan a los ejércitos modernos a extremar la diligencia a la hora de construir posiciones de tiro. Ahora, incluso aunque los pozos estén perfectamente construídos y apenas asome la torre de los carros, continúan estando en peligro frente a estos ingenios.
Por otra parte, ese mismo exceso de confianza -y la aplicación poco esmerada de los manuales- también hicieron que los carros turcos pasaran mucho más tiempo del debido en la misma posición, permitiendo a los yihadistas posicionar sus reservas contracarro y planear con calma cada ataque. De hecho, tras la “semana negra» de diciembre de 2016 los carristas turcos se volvieron más cautos y cuando debían abrir fuego lo hacían rápidamente para a continuación cambiar de posición.
Reconocimiento
Las labores de reconocimiento no fueron bien ejecutada. O bien no se reconoció el terreno con la debida diligencia o bien la información recavada por las unidades de exploración no llegó a quien debía en la cadena de mando, pues muchas de las posiciones escogidas para los Leopard turcos resultaron estar demasiado expuestas.
El empleo de medios móviles como vehículos blindados o los carros de combate para la exploración es más eficaz frente a un enemigo convencional que contraponga medios pesados, relativamente sencillos de detectar. En el escenario sirio, al enfrentarse a las escurridizas unidades de Daesh se hace necesaria una observación más minuciosa y persistente del campo de batalla, una labor para la que las fuerzas especiales turcas con sus equipos de tiradores de precisión habrían estado especialmente cualificadas y que sin embargo se confió a otras unidades.
Recuperación y minas
Uno de los Leopard 2 sufrió averías mecánicas y otros dos quedaron inmovilizados durante días a raíz de la acción de las minas anticarro. Varios de esos vehículos permanecieron a la intemperie a la espera de ser recuperados, hasta que finalmente tuvieron que ser destruidos o abandonados en las manos de Daesh. No parece de recibo que un sistema del valor de un carro de combate pueda pasar días a la espera de su recuperación, por más que se encuentre en plena línea de frente.
Es posible que este retraso, que supuso la pérdida de varios carros se debiese a la falta de un mando adecuado, ya que OEE ha estado dirigida por oficiales de las fuerzas especiales, o si se debió a la escasez de vehículos de recuperación como el M88A1 o a la falta de reservas que permitiesen montar una operación de rescate adecuada. En cualquier caso, la actuación realizada pone de relieve la necesidad de incluir, siempre que se despliegan vehículos pesados, un contingente adecuado de ingenieros de combate.
Como hemos dicho, al menos dos de los diez carros de combate Leopard 2A4 dañados quedaron inmovilizados debido a las minas. Por lo que se reflejó en la prensa turca en los días siguientes, las tropas turcas eran plenamente conscientes de la existencia de campos de minas en las vías de accesos al hospital de Al-Bab, así como de trampas explosivas. No hay constancia del empleo de medios específicos y sin embargo, sí que sabemos que al menos uno de los carros se internó en un campo de minas del que tenían noticia. ¿no supieron evaluar el poder de aquellas minas?, ¿infravaloraron al Daesh y se arriesgaron? Resulta extraño que un ejército moderno omo el turco, perteneciente a la OTAN y que debería haber tenido capacidades sobradas para detectar y limpiar los pequeños y rudimentarios campos de minas plantados por Estado Islámico cayese en estos errores.
Medios tecnológicos insuficientes
Aunque la doctrina, el entrenamiento, la adecuada cooperación interarmas y el reconocimiento diligente deberían haber podido evitar el desastre de la “semana negra” de los Leopard 2A4 turcos, lo cierto es que continúa siendo muy complicado enfrentar los ATGM. Máxime si no se equipa a los carros de combate con las tecnologías necesarias. Estas van desde simples receptores láser, complejos Sistemas de Protección Activa (APS) encargados de emplear contramedidas electrónicas o físicas contra los misiles.
El principal problema reside en que la gama de amenazas contracarro es cada vez más amplia y requiere, por tanto, de sistemas cada vez más complejos y caros. En el caso sirio nos encontramos desde misiles guiados por láser como el moderno 9M133 Kornet hasta los filoguiados 9M113 Konkurs o TOW 2. Estos últimos, a pesar de emplear cables también dependen de los infrarrojos (IR) del SACLOS para poder ser guiados hasta el objetivo. En cualquier caso, Turquía no desplegó en Siria ningún medio adecuado para combatir estas amenazas, salvo por un M-60T Sabra experimental que se envió posteriormente.
Además, a pesar de sus bondades innegables, la realidad es que el Leopard 2A4 es un carro ya maduro incapaz de ofrecer protección plena contra los misiles modernos ni siquiera en su arco frontal. Es cierto que bien utilizados aún ofrecen un nivel de protección suficiente frente a todo lo que no sean ATGM de última generación o IED sumamente potentes y, no obstante, el mando turco sabía de sobra cuál era la amenaza a la que se enfrentaban, máxime cuando las redes sociales estaban llenas de carros rusos como los T-90 alcanzados por estas armas.
Los carros de combate turcos frente a los T-72 y T-90
Precisamente, al llegar a este punto resulta muy interesante comparar el desempeño de los carros de combate de diseño ruso como los T-72 o T-90 utilizados por el ejército sirio frente a los Leopard 2A4 turcos. Tras analizar decenas de vídeos escogidos aleatoriamente, en los que se producen impactos contra carros de combate de origen ruso, hemos elaborado la Tabla 2.
Carro de combate (x15) |
Arma empleada |
Zona de impacto |
Penetración |
Daños |
T-90 o T-72B obr. 1989G |
TOW 2A o 2B |
Frontal barcaza |
No | – |
T-72 versión desconocida |
9M113 |
Frontal barcaza |
No | – |
T-72 versión desconocida |
9M113 |
Frontal torre |
No | – |
T-72 versión desconocida |
ATGM desconocido |
Centro del blindaje lateral de la barcaza |
No | – |
T-72AV Safrah |
9M115 o Milan F1 o F2 |
Zona delantera blindaje lateral de la barcaza |
Sí |
Alto |
T-90A | TOW 2A o 2B |
Zona lateral de la barcaza o de la torre |
Sí |
Medio-Alto |
T-72M1 | ATGM desconocido |
Zona frontal alta de la barcaza, cerca del anillo de la torre |
Sí |
Destrucción |
T-72 Ural |
9M113 o TOW 2A o 2B |
Zona lateral de atrás |
Sí |
Destrucción |
T-72 versión desconocida |
9M113 o TOW 2A o 2B |
Zona lateral de atrás |
Sí |
Alto-Destrucción |
T-72M1 |
9M115 Metis o Milan F1 o F2 |
Frontal torre | Desconocido |
Desconocido-Leve |
T-72 Ural kurdo con blindaje espaciado casero |
9M113 o TOW 2A o 2B |
Zona lateral delantera |
Sí |
Destrucción |
T-72 Ural |
ATGM desconocido |
Centro del blindaje lateral de la barcaza y de la torre (dos penetraciones) |
Sí |
Destrucción |
T-90 o T-90A |
TOW 2A o 2B |
Zona lateral de la barcaza |
Sí |
Medio-Alto |
T-72AV |
RPG M79 OSA |
Centro del blindaje lateral de la barcaza |
Sí | Medio |
T-72M1 |
RPG-29 |
Zona lateral trasera de la barcaza |
Sí | Destrucción |
En dicha tabla hemos ordenado lo carros en función de su nivel de protección, de mayor a menor, esto es, tomando en cuenta tanto el propio blindaje como la inclusión de sistemas de protección adicionales y la capacidad y modernidad de los mismos. Así, tenemos los siguientes casos:
- T-90A, T-90 y T-72B obr. 1989G Los tres con blindaje reactivo Kontakt-5 en la zona frontal y en parte de los flancos.
- T-72AV: Blindaje reactivo Kontakt-1 de primera generación en la zona frontal y en los flancos.
- T-72AV Safrah: Carro de combate experimental sirio con blindaje espaciado de teja (con la misma configuración que las tejas de un tejado) que no se ha mostrado demasiado efectivo.
- T-72M1: Versión de exportación ligeramente inferior al T-72A.
- T-72 Ural: Primera versión del T-72 desplegada en masa por la URSS.
- T-72 Ural kurdo: Contaba con un blindaje de rejilla adicional en los flancos y entorno a la torre.
En el caso de los Leopard 2A4 turcos, basándonos en los datos que hemos podido recoger, hemos realizado la Tabla 3.
Carro de combate (x10) |
Arma empleada |
Zona de impacto |
Penetración |
Daños |
Leopard 2A4TR |
9M113 |
Centro del lateral de la barcaza |
Sí |
Medio-Alto |
Leopard 2A4TR |
9M113 |
Centro del lateral de la torre |
Sí |
Alto |
Leopard 2A4TR |
9M115-2 |
Centro del lateral de la torre |
Sí |
Alto |
Leopard 2A4TR |
ATGM desconocido |
Desconocido, probablemente en el flanco |
Sí |
Alto |
Leopard 2A4TR |
ATGM desconocido |
Desconocido, probablemente en el flanco |
Sí |
Alto |
Leopard 2A4TR |
Mina/IED |
Zona baja, oruga derecha |
No |
Leve-Medio |
Leopard 2A4TR |
Mina/IED |
Desconocido |
Desconocido |
Medio |
Leopard 2A4TR |
RPG/Mortero |
Desconocido |
Desconocido |
Leve-Medio |
Leopard 2A4TR |
Desconocido |
Desconocido |
Desconocido |
Desconocido |
Leopard 2A4TR | – | – | – |
Dificultades mecánicas propias |
Dificultades mecánicas propias
Hay que aclarar, no obstante, que en el caso de los Leopard sólo tenemos el cuadro completo de cuatro de ellos, puesto que son muchos los detalles que se desconocen del resto de ataques. De estos, tres fueron impactados por ATGM y uno lo fue por una mina/IED. Además, hay dos casos de Leopard 2A4 alcanzados que debemos descartar por no tener información acerca de los mismos.
Con los datos recogidos, hemos tratado de elavorar una puntuación lo más objetiva posible sobre la resistencia de los carros analizados ante diversos impactos. Los daños se valorarán de la siguiente forma:
Nivel de daño |
Puntos |
Leve: reparable por la tripulación |
1 Punto |
Medio: reparable a nivel batallón en unos días |
2 Puntos |
Alto: reparable en semanas en instalaciones especiales de retaguardia | 3 Puntos |
Destrucción: irrecuperable | 4 Puntos |
La combinación de dos daños resultará en la cifra intermedia entre ambos. Ejemplo: Medio-Alto = 2,5 Puntos o Leve-Medio = 1,5 Puntos
Para ver la tasa de supervivencia cotejaremos las estadísticas desde distintas combinaciones, así mostraremos entre paréntesis el número de carros que figuran en las tablas y que han sido escogidos como muestra para la elaboración del dato, por ejemplo: (x6).
Estadística 1: Teniendo en cuenta solo los impactos de ATGM en el lateral de los carros Leopard 2 cuyo cuadro está completo.
Leopard 2A4 (x3) |
T-72/T-90 (x11) |
2,83 |
2,68 |
Estadística 2: Teniendo en cuenta sólo los impactos en el lateral de los carros T-72/90 y asumiendo que los Leopard 2 impactados por un ATGM lo fueron en la zona lateral.
Leopard 2A4 (x8) | T-72/T-90 (x11) |
2,43 | 3,13 |
Estadística 3: Teniendo en cuenta sólo los carros Leopard 2 cuyo cuadro conocemos completamente y sólo los impactos laterales en el caso de los T-72/90.
Leopard 2A4 (x4) | T-72/T-90 (x11) |
2,5 | 3,13 |
Estadística 4: Supervivencia en caso de penetración o daños por tipo de carro.
Modelo | Daños Medios |
T-72 Ural (x2) | 4 |
T-72M1 (x3) | 3 |
T-72AV (x2) | 2,5 |
T-90, T-90A (x2) | 2,5 |
Leopard 2A4 (x8) |
Estadística 5: Contando únicamente las penetraciones de ATGM y asumiendo que todos los Leopard 2 impactados por un ATGM lo fueron en la parte lateral.
Modelo | Daños Medios | Nota |
T-72 (x6) |
0,833 |
La única penetración en la zona frontal se produjo en un T-72M1 que recibió el misil muy cerca del anillo de la torre. |
Estadística 6: Tasa de carros recuperables tras una penetración o una explosión de una mina/IED.
Leopard 2A4 (x8) |
T-72/T-90 (x11) |
100% Recuperables |
40-60% Recuperables |
Estadística 7: Resultados de ataques de ATGM sobre la zona frontal de los T-72/T-90.
Modelo | Daños Medios | Nota |
T-72 (x6) | 0,833 |
La única penetración en la zona frontal se produjo en un T-72M1 que recibió el misil muy cerca del anillo de la torre. |
Si tenemos en cuenta todas las estadísticas -y en particular la siete- vemos como en caso de impacto en la zona frontal, bien sea por un ATGM, por un CSR o por un RPG las probabilidades de daños altos -que requieran enviar al carro a Cuarto Escalón o a Mantenimiento de Base- son muy altas para todos los modelos. Esto confirma algo que ya sabíamos: que los carros son muy difíciles de proteger frente a los ATGM si lo fiamos todo al blindaje. Si un arma AT potente acierta en esta zona los daños a la tripulación se pueden limitar gracias al diseño interno, pero la inmovilización del carro será casi inevitable.
Otro de los datos a destacar en las estadísticas es el que hace referencia al número de carros recuperables tras el impacto de armas contracarro en sus flancos. Resulta especialmente interesante la enorme diferencia que hemos encontrado entre los diseños alemanes y los rusos, ya que los primeros han demostrado resistir en última instancia mucho mejor los daños. Veamos el porqué. En un carro de combate los siguientes elementos son especialmente peligrosos y en caso de ser alcanzados por el proyectil penetrador tienen una gran probabilidad de explotar y provocar la destrucción total del carro:
- Munición.
- Depósitos de combustible.
- Motor (por el combustible y los aceites)
- Armamento personal de la tripulación (granadas de mano y armas personales)
En el caso del Leopard 2A4, como ya sabemos, existen dos santabárbaras: Una en la zona trasera de la torre con 15 proyectiles listos para usar y otra con 27 más situada en la zona frontal de la barcaza. Además, los depósitos de combustible se encuentran en la zona frontal y lateral de la barcaza bien alejados del motor. En el caso de la santabárbara de 15 proyectiles, está diseñada para redirigir la explosión hacia arriba, tal y como se aprecia en la imagen de dos de los Leopard 2 impactados por ATGM. Todos estos elementos se encuentran aislados y en compartimentos diferentes dentro del carro. Así, si bien cualquiera de ellos podría provocar daños muy graves, salvo en el caso de la santabárbara que aloja 27 proyectiles, sería muy difícil que su sola explosión resultase en la destrucción completa de un Leopard 2.
Por el contrario si observamos el diseño del T-72/T-90 veremos que cuentan con un cargador automático colocado en el suelo, justo en la parte central de la barcaza. Entorno al mismo también están los proyectiles que no están listos para usar, es decir, que toda la munición de 125 mm se encuentra guardada en el mismo lugar. Además, el motor está prácticamente al lado del cargador automático, sólo separado del mismo por una delgada capa de blindaje.
Que toda la munición y el motor estén juntos es algo que maximiza las posibilidades de que en caso de penetración de uno de ellos el otro se vea afectado. Mientras que en el Leopard 2 un impacto en la zona del motor degeneraría en una pérdida de la movilidad, pero no en la destrucción del vehículo por una explosión de la munición, en el T-72 el resultado puede ser catastrófico.
También hay que tener en cuenta el tipo y la cantidad de proyectiles almacenados en ambos carros. Los T-72 almacenan 39 proyectiles de 125 mm -22 en el cargador automático y otros 17 junto a este-. Los Leopard 2 tienen capacidad para 42 proyectiles de 120 mm en las dos santabárbaras mencionadas. La diferencia en la cantidad no es muy grande, pero sí lo es el tipo y la construcción de los proyectiles.
En primer lugar los carros de combate Leopard 2 normalmente almacenan proyectiles penetradores cinéticos tipo APFSDS contra blancos altamente blindados y proyectiles tipo HEAT que reparten su potencial entre la capacidad penetradora y la capacidad de explotar y provocar daños. Los rusos -y de rebote los sirios- dotan a sus carros también de ambos tipos de municiones, a los que añaden proyectiles HE que concentran todo su potencial en explotar y no en penetrar. En caso de ser alcanzados los proyectiles HE y HEAT su detonación provoca ondas expansivas letales en el interior del carro. Que los T-72 lleven proyectiles HE y los Leopard 2 no podría marcar la diferencia en caso de penetración.
Por último, los proyectiles soviéticos son introducidos en la recámara del cañón en dos partes: Por un lado va el penetrador y por otra el propelente. En los Leopard 2 es el cargador humano quien introduce los proyectiles de 120 mm que están construidos en una sola vaina. Estos cuentan con una carcasa de un material que podría ser más resistentes ante las esquirlas y material incandescente que se propagan por el interior de los carros en caso de penetración. Por contra, en los T-72 ocurre que en muchos casos los propelentes de los proyectiles de 125 mm terminan incendiándose tras la penetración, con consecuencias devastadoras.

Carros de combate en la guerra de Siria: lecciones
Turquía, sin duda, ha tomado nota de lo visto en su despliegue sirio. De hecho, ha corregido muchos de los errores iniciales. Sin embargo, las lecciones del empleo de Leopard 2 por parte de Turquía no son importantes únicamente para los paises involucrados en ese conflicto.
Resulta curioso que un escenario a priori tan lejano y diferente como el sirio pueda aportar lecciones valiosas también España. No obstante, teniendo en cuenta que disponemos del mismo modelo de carro que Turquía -y por supuesto de los mejorados Leopard 2E-, que nuestro vecino del sur podría llegar a utilizar, en el caso de un muy improbable conflicto, ATGMs de forma masiva y que nuestros carros están desplegados en las Repúblicas Bálticas, en donde Rusia enfrentaría, además de carros, un buen número de ATGM de última generación, la comparación no es ociosa. De hecho, podemos extraer lecciones, al menos, en lo ámbitos que explicamos a continuación.
Protección
Está claro que el entorno propio de la guerra híbrida es sumamente exigente en lo que a protección se refiere, ya que exige maximizar la protección del carro en todas partes, y frente a múltiples amenazas. Cualquier nación que quiera enfrentarse a las amenazas híbridas podrá acudir al mercado en busca de diferentes paquetes de actualización que como todo ofrecen diferentes sistemas con distintos niveles de relación coste/utilidad.
Frente a los proyectiles como las granadas-cohete de los RPG, los proyectiles de los CSR o los ATGM que son todos ellos sistemas que no superan los 300 m/s existen APS que cuentan con sistemas «hard-kill» que consisten en artificios explosivos que se lanzan para interceptarlos. Este tipo de sistemas son la joya de la corona. Son muy caros, obligan a reentrenar a la tropa para sacarles el máximo partido y además no protegen contra los rápidos proyectiles disparados desde otros tanques o cañones contracarro que alcanzan velocidades superiores a los 1.000 metros por segundo. Los rusos cuentan con el Afghanit instalado en los T-14 Armata, y ellos afirman que su APS también puede destruir ese tipo de proyectiles de alta velocidad, aunque nosotros lo ponemos en duda.
Un APS con un sistema hard-kill como el Trophy israelí debería poder proteger de CSR, ATGM y RPG, eso sí, a menudo presentan un problema de ángulos, ya que las cargas explosivas empleadas están orientadas en determinada dirección y la proyección de su explosión sólo alcanza un ángulo determinado, por lo que un proyectil que viaje a ras de suelo o casi a la altura máxima del tanque podría no ser interferido por la explosión del artificio.
De otro lado tenemos las que podemos considerar contramedidas electrónicas, IR y al ojo humano conocidas como sistemas “soft-kill”, estos al igual que un hard-kill necesitan de una serie de sensores que detecten la amenaza y a partir de ahí emplean una combinación de medidas, como por ejemplo emplear focos infrarrojos para confundir a los ATGM con un SACLOS IR como el TOW o el Konkurs. Los APS a menudo se combinan también con los lanzafumígenos (humo) para crear una cortina que impida el guiado manual o el guiado láser hasta el objetivo, y finalmente los fumígenos de alta temperatura se pueden usar para desviar misiles de tipo dispara-y-olvida con una cabeza de guiado IR.
Los APS suelen permitir girar automáticamente la torre en dirección a la amenaza para que en caso de impacto este se produzca contra el grueso blindaje de la misma. En esencia los soft-kill se diferencias de los “hard-kill” en que no destruyen a la amenaza, si no que la desvían y aunque son más baratos que los hard-kill tienen la desventaja de que necesitan una inversión constante para que sean eficaces frente a nuevas amenazas y además son inútiles frente a municiones no guiadas como las de los RPG o los CSR.
Lo más barato que se puede hacer es simplemente instalar una serie de sensores como receptores láser que en combinación con una serie de maniobras permitan a los carristas escabullirse y reaccionar a tiempo cuando se enteren de que un misil se acerca, no obstante los misiles son muy rápidos en comparación con sus presas, por lo que la eficacia de este tipo de medidas es limitada.
Aunque se implementaran todas las medidas anteriores cada vez existen más sistemas de ATGM que atacan desde arriba a los tanques, sistemas como el FGM-148, el HJ-12, el Spike o el TOW 2B Aero, y lo cierto es que los APS actuales son poco efectivos contra este tipo de amenazas. Por suerte estas armas aún no son populares entre actores no estatales, en particular porque son más complejas de operar, pero su proliferación en el futuro es probable.
Sistemas hard-kill en servicio y probados sólo existe el Trophy israelí, aunque otros muchos países los han diseñado sin haberlos desplegado aún en cantidades significativas. En cuanto a los soft-kill el más popular a día de hoy es el Shtora-1 que emplean los carros de combate T-90 rusos desde hace casi 25 años y cuya eficacia real en combate aún no ha sido demostrada.
En cuanto a los distintos medios de protección física directa, esto es los blindajes, existen diversas posibilidades todas ellas compuestas por módulos fácilmente instalables. En especial los Leopard 2A4 son adecuados para ser actualizados a algunas de las versiones ofertadas por varias compañías de defensa. Todos los packs ofrecidos hasta el momento incluyen la adición de múltiple blindaje modular en la zona frontal y en las zonas avanzadas de los flancos del carro. La parte trasera de los flancos en algunas versiones se deja tal y como está, como en el Leopard 2 PSO, mientras que en otras se añade un blindaje de rejilla, como en el Leopard 2A4SG Mark I adquirido por Singapur.
Si observamos los carros de combate rusos, como el T-90AM o el T-90MS veremos que más que en blindajes modulares confían en blindajes reactivos que pesan menos y que a nuestro modo de ver son más prácticos que los blindajes modulares. La instalación de blindajes de rejilla en las partes menos protegidas del carro parece ser una tónica general en diseños rusos y occidentales, y es algo que también nos parece eficaz.
Creemos que se debería mejorar sobre todo la protección frontal de los Leopard 2A4 para que al igual que los M-60T Sabra puedan resistir los misiles rusos más potentes, los flancos son harina de otro costal, ahí lo más eficaz sería emplear blindajes ligeros a base de rejilla o de blindaje reactivo unido a faldones que hagan las veces de blindaje espaciado. La instalación de este mismo tipo de blindajes en la parte baja del glacis también podría ser una opción interesante.
El problema de los blindajes es el de siempre, y es que su peso puede limitar en exceso la movilidad del vehículo, lo que obliga o bien a limitar los nuevos blindajes introducidos o bien a cambiar la planta motriz por una más capaz.
Frente a minas e IED parece claro que la adición de protección en los bajos es importante, e igualmente el empleo de inhibidores de frecuencia contra ciertos tipos de IED o de minas dirigidas podría ser interesante no sólo para el tanque en si, si no para apoyar a la infantería en sus operaciones.
La opción de actualización más interesante para los escenarios de guerra híbrida sería una combinación de un APS soft-kill con la adición de blindaje modular en la zona frontal del Leopard 2A4 en conjunción con blindaje reactivo o blindaje de rejilla en los flancos del carro. Ello en combinación con algún sistema inhibidor de frecuencia tendría un precio razonable. La protección contra minas puede ahorrarse, ya que a nuestro modo de ver una buena labor de los ingenieros de combate en el campo de batalla podría diluir esta amenaza lo suficiente como para que los riesgos sean asumibles, y en el peor de los casos siempre se puede añadir una pala de ingenieros al carro.

Potencia de fuego
Añadir una ametralladora por control remoto en la zona superior de los carros de combate, y que esta sea una ametralladora pesada del calibre 50 sería una mejora que permitiría a un tercer miembro de la tripulación no sólo observar y buscar objetivos, si no hacerlo a cubierto, sin necesidad de exponer la torre y permitiendo además aumentar notablemente la potencia de fuego del carro de combate con una inversión relativamente baja.
Para maximizar las capacidades de apoyo que los blindados pueden proveer sería una buena opción concebir una configuración de la Santa Bárbara del carro que incluya muchos más proyectiles de tipo altamente explosivo fragmentación (HE o HE-F) como el modernísimo DM-11, de metralla (como el M1028) y unos pocos HEAT multipropósito. Es sangrante ver que al contrario que los soviéticos/rusos en occidente existen pocos países que hayan optado por alguno de los escasos proyectiles tipo HE disponibles en el mercado, cuando a la hora de la verdad serían los más útiles para los actuales escenarios de guerra híbrida.
Movilidad, ingenieros y recuperación
La mejora de la planta motriz de los Leopard 2 sería un paso interesante para permitir incorporar mayor cantidad de blindaje y para diseñar maniobras efectivas contra los misiles, especialmente si dichas maniobras se combinan con el lanzamiento de humo.
La necesidad de una cantidad suficiente de vehículos de recuperación ha quedado de sobra demostrada durante las acciones turcas en Siria, y es que en la planificación de las operaciones a menudo existe carencia de determinados medios como vehículos lanzapuentes, de ingenieros, de construcción de posiciones fortificadas, etcétera.
Además el uso de instrumentos como los rodillos barreminas instalados en carros de combate o en vehículos de ingenieros es una opción rápida y barata que no hemos visto usar en Siria a pesar de la utilidad que podría haber tenido para limpiar los campos de artefactos explosivos plantados por los yihadistas.
Observación y reconocimiento
Entendemos que a la hora de la observación del área de operaciones los carros de combate asomaban toda su torre y empleaban de un lado el visor del artillero y de otro el periscopio del comandante. Por desgracia, como hemos explicado anteriormente, esta forma de actuar exponía a la torre, un blanco lo suficientemente grande como para ser acertado por los precisos ATGM.
Este déficit de los carros de combate pone de relieve la necesidad de desplegar junto a ellos plataformas independientes especialmente dotadas de sistemas de vigilancia que puedan usarse sin exponerse demasiado -como los VERT del Ejército de Tierra de España- y que puedan llevar a cabo una observación efectiva de objetivos del tamaño de un ser humano a distancias de hasta 3 Km con la misión expresa de detectar equipos contracarro.
Resulta curioso, además, el escaso énfasis puesto hasta entonces por el Ejército Turco en la adquisición y utilización de drones, cuya capacidad de persistencia y diferente ángulo de visión complementan la red de observación permitiendo localizar los equipos de ATGM antes de que se acerquen a distancias críticas. Hay que decir en favor de los turcos que, desde entonces, han redoblado la adquisición de estos ingenios que ya habían utilizado contra el PKK desde 2015, lo que hace aun más sorprendente su ausencia en el escenario sirio, al menos en un primer momento.
En cualquier caso, dadas las particularidades de los conflictos asimétricos, se hace necesaria la creación redes de seguridad que incluyan avanzadas cámaras y sensores basados en plataformas terrestres y aéreas, ametralladoras pesadas o cañones de tiro rápido y/o tiradores de precisión de las fuerzas especiales para otorgar una seguridad de 360º a las posiciones propias. En particular sería interesante para poder detectar y suprimir los equipos de ATGM o de CSR a larga distancia.

Doctrina de empleo
El carro de combate fue concebido por los ingleses en la Primera Guerra Mundial como el medio terrestre ideal para penetrar las líneas enemigas y romper así el con el estancamiento al que se había llegado en el frente occidental. Desde Cambrai en 1917 hasta la ofensiva por el centro de Siria de Assad en 2017 y pasando por la Segunda Guerra Mundial, las guerras Arabe-israelíes, la guerra Irán-Iraq o la Operación Tormenta del Desierto. los principios básicos de utilización del carro de combate se han mantenido.
Los carros de combate son medios diseñados para ser usados en masa, concentrados en un punto de la línea enemiga en combinación con otros medios del campo de batalla y con el apoyo de otras armas a fin de penetrar la línea enemiga y maniobrar tras ella para alcanzar la victoria a un nivel táctico u operacional. La política, sin embargo, puede obligar a los planificadores a usar con cuentagotas los carros de combate, con lo que todas las ventajas que proporciona poseer una doctrina de guerra acorazada y un entrenamiento para operar como parte de una unidad mucho mayor como un batallón o una brigada se pierden, y se pasa a depender sólo las habilidades técnicas de las propias tripulaciones.
Pensemos ahora en la actuación de los carristas turcos, a los que se presupone un entrenamiento mucho mayor que el de cualquiera de los rivales a los que se enfrentaban en torno a Al-Bab. ¿Hay algo que ellos hayan hecho en Siria que no pudiera haber hecho una tripulación de carristas novatos con un T-55 del EI? No hace falta un gran entrenamiento para dedicarse únicamente a actuar en unidades de tamaño pelotón en las que cada carro mantiene una posición estática para disparar sobre unos objetivos o para proporcionar fuego de supresión durante un asalto. Para eso sólo hace falta una comunicación mínima y saber disparar y mover el vehículo a un nivel básico, nada más. Realmente podrían haber conseguido lo mismo con un sistema de artillería móvil y con mucho menor riesgo para los militares turcos al operar desde mayor distancia.
Es cierto que, sobre todo en el combate urbano o en escenarios asimétricos, se hace necesario enviar carros de combate con el único propósito de proporcionar fuego de apoyo, pues son los únicos medios susceptibles de adentrarse entre los escombros, las barricadas y demás y de realizar tiro tenso. Ante esta tesitura lo que se ha de hacer es buscar posiciones lo más seguras posible para no exponer los carros, maniobrar constantemente para evitar que el enemigo pueda fijar una posición con sus ATGMs y, sobre todo, aprovechar al máximo la protección que ofrece la infantería que debe acompañar a los carros.
Además, sabiendo sin duda sabían que el EI utilizaba de forma intensiva tanto ATGM como IED o vehículos bomba, no se explica la ausencia de sistemas de protección activa o de blindaje adicional en los Leopard 2A4 turcos. De hecho, ni siquiera hubiese sido una gran inversión, toda vez que únicamente habría hecho falta actualizar las unidades desplegadas en Siria.
A largo de la Operación Escudo del Éufrates hemos podido observar en numerosas ocasiones como los carros de combate turcos eran usados durante largos periodos de tiempo como sistemas de artillería: ¿Para qué exponer un valioso Leopard 2A4 realizando disparos directos cuando puedes simplemente colocar una serie de unidades de reconocimiento con enlace directo a la artillería o a la aviación? No parece que emplear los Leopard 2A4 de aquella forma tenga mucho sentido ni presente ventajas significativas, siendo más adecuado recurrir a los morteros, a la artillería o a la aviación para eliminar blancos de oportunidad, mientras que los Leopard 2A4 y los VCI se utilizan en labores de apoyo directo únicamente durante los asaltos.
Ingenieros y posiciones
Erwin Rommel decía en La Infantería Ataca que el sudor ahorraba sangre. Expuso con acierto a través de muchas de sus experiencias en la Primera Guerra Mundial como haber construido fosos de tirador de más de un metro de profundidad -a pesar de estar muy cansados tras los combates- había salvado a sus hombres más de una vez de haber muerto por la acción de la artillería enemiga. Salvando las distancias entendemos que la filosofía que debe reinar en el arma blindada es la misma: El sudor ahorra sangre, y con unos medios no muy costosos se podrían haber construido más a menudo posiciones alternativas de tiro muchísimo menos expuestas que habrían salvado vidas y material. Cierto que Turquía no ha reconocido más que 71 bajas en toda la operación -cifra harto dudosa-, pero incluso así, podrían haber sido menos.
Los ingenieros también podrían haber aportado su experiencia en la construcción de más y de mejores posiciones de tiro, puestos de observación, trincheras, etcétera. Construir barreras a costa de acumular montañas de tierra no es una mala opción cuando no se tiene mucho tiempo, pero si se espera tener que abrir fuego desde una posición a lo largo de varios días se podrían haber excavado posiciones de tiro más complejas que permitieran a los carros de combate adoptar las dos posturas: Una con sólo el periscopio del comandante asomándose para observar y otra en la que sólo una pequeña parte de la torre se asoma sobre el nivel del suelo para hacer fuego.
El problema de la construcción de posiciones no ha afectado solo a los Leopard 2A4: hay fotogramas que demuestran como un BMP-1 bomba de EI fue capaz de adentrarse en una pequeña posición del ejército turco y de los rebeldes en la que había entorno a una decena de vehículos blindados en hilera. Este tipo de errores se deben evitar mediante la construcción de posiciones que minimicen los daños producidos por la explosión de un VBIED y que faciliten neutralizarlo a tiempo.
Construcciones de este tipo podrían haber evitado muchos de los impactos que se produjeron sobre los Leopard 2A4 en Siria y, aunque se han podido ver algunas posiciones del tipo descrito, en general fueron la excepción y no la regla.
Por otra parte, en la OEE se habían desplegado carros de recuperación M88A1 y Bergepanzer Leopard,. El hecho de que se dejaran abandonados hasta diez carros de combate Leopard 2A4 durante varios días es una calamidad que probablemente pudo haberse evitado si se hubiera contado con una cantidad necesaria de ingenieros de combate capaces de sacar partido a los vehículos de recuperación de que disponían. Estos no sólo podrían haber rescatado los carros dañados, si no que, además, habrían mejorado la operatividad de toda la fuerza limpiando de artefactos explosivos y minas el campo de batalla antes, durante y después de las operaciones.
En conjunto las operaciones en torno a Al-Bab demuestran la necesidad de asignar a las fuerzas; por mucho que sean pequeñas GdT, un contingente de ingenieros de combate que faciliten la movilidad y las operaciones de recuperación.

Los aliados de Turquía en la guerra de Siria
Coordinar fuerzas regulares e irregulares es siempre complicado. El caso de Turquía y el ELS no ha sido una excepción y los errores en la coordinación están detrás de la destrucción, captura o inutilización de varios Leopard 2A4 turcos.
En primer lugar, han de tenerse en cuenta las diferencias idomáticas y culturales. Pueden ser subsanadas mediante traductores, buena voluntad y sentido común, pero son un importante factor a la hora de generar eso que Clausewitz denominaba “fricción”. En segundo lugar, aliados como el ELS son fuerzas irregulares mal dotadas que dependen de terceros para conseguir suministros y entrenamiento y que muy a menudo carecen de equipo pesado, por lo que han de delegar en otros el fuego de apoyo durante los ataques. Esto se debe en parte a su incapacidad para manejar equipamiento militar complejo, en parte por el temor de sus propios patrocinadores a que ganen demasiado poder. Esta deficiencia es en ocasiones crítica, en especial cuando han de llevar el peso de los combates, por más que cuenten con el apoyo de un ejército regular como el turco, cuando la lógica indica siempre lo contrario. En tercer lugar, la voluntad de lucha, la tenacidad y la preparación de las tropas irregulares a menudo es muy baja, lo que obliga a las fuerzas propias a implicarse más allá de lo originalmente previsto, generando situaciones de riesgo.
Recordemos que durante la batalla por Mosul en 2016 el EI fue capaz de mantener unidadesdotadas con ATGMs escondidas en túneles mientras las tropas del Ejército Iraquí apoyadas por Al-Hashd Al Sha’abi y Kataeb Hezbolá avanzaban hacia el centro de la ciudad. Posteriormente fueron capaces de salir de sus refugios sin apenas oposición y acertar a varios carros de combate M1A1 Abrams en plena salida de gases del motor, en la parte trasera, una zona en la que un misil las tiene todas consigo para producir un impacto catastrófico que aniquile al blindado. Se dirá que es inevitable sufrir bajas, especialmente en combate urbano, pero también se ha de ser consciente de que, con un reconocimiento adecuado, estás se reducen de forma notable.
En el caso de los Leopard turcos, se haberse realizado un reconocimiento adecuado, se habría evitado la pérdida de varios carros. Por desgracia, al confiarse estas tareas a los aliados, sin apenas material ni unidades de exploración que merezcan tal nombre, se puso en peligro toda la operación.
Así, aunque es lógico desplegar pequeños GdT en misiones de apoyo a fuerzas irregulares, el tamaño y composición de estos despliegues debe ser siempre suficiente para actuar como unidades autónomas capaces de protegerse a si mismas en el caso de que las fuerzas irregulares aliadas huyan o dejen brechas en sus líneas, algo nada raro.
La otra posibilidad pasa por reforzar a los aliados con material blindado capaz de proporcionar fuego de apoyo durante las operaciones de asalto como forma de evitar el uso de los carros de combate propios, aunque ni la capacidad logística, ni humana de estos grupos hace augurar un gran resultado, salvo después de invertir un tiempo y dinero preciosos en formación.
Carros de combate en la guerra de Siria: conclusiones
Conflictos como el Sirio son, en comparación con los conflictos convencionales, impredecible desde el punto de vista táctico. Esto obliga a tomar precauciones adicionales en lo que a reconocimiento y construcción de posiciones se refiere y como hemos visto, también pone a prueba la capacidad de coordinación entre distintos tipos de fuerzas. Además, para los ejércitos regulares implicados, los impedimentos políticos suponen una traba difícil de salvar, toda vez que obligan a emplear medios como los acorazados en pequeñas unidades y tareas contra natura, lo que elimina la mayor parte de las ventajas intrínsecas de los propios vehículos y de sus preparadas tripulaciones.
En el caso que nos ocupa, a pesar de que los Leopard 2A4 no son en absoluto malos carros, ni el escenario, ni las tácticas empleadas ni los apoyos eran los más adecuados. Es posible que una inversión adecuada en sistemas de protección activa o blindaje adicional -incluso artesanal, como hizo en España la BRIAC Guadarrama XII a modo de prueba con un Leopardo 2E- el resultado hubiese sido otro. Sin embargo, nadie debe engañarse. La técnica puede paliar algunos efectos, pero jamás compensar los errores en cuanto a doctrina y empleo de los medios.
La principal amenaza para los blindados en los conflictos más recientes -y previsiblemente en los futuros- proviene, en este orden, de ATGMs, minas/IED y RPG. La mayor parte de las bajas se pueden evitar si se extrema la diligencia, se usan posiciones alternativas de tiro y los carros no permanecen demasiado tiempo exponiendo su torre mientras apuntan o vigilan, misión para la que existen medios más adecuados. En este sentido, la construcción de posiciones de tiro hull down enterradas y la capacidad de recuperar los carros en el campo de batalla es vital -como ha sido siempre desde que hay carros- y ha de ser la misión de unos ingenieros que deben formar parte integral de los GdT.
Por otra parte, estos GdT pueden reducirse al mínimo si se confía en las fuerzas aliadas, pero siempre han de ser capaces de garantizar una vigilancia en 360º capaz de detectar amenazas antitanque situadas a centenares o millares de metros de distancia. Esto, además, es independiente de la utilización de carros de combate, pues si bien enemigos como el EI suelen carecer de artillería, utilizan los ATGM no solo contra carros sino también contra casi cualquier tipo de objetivo, como blindados ligeros, puestos de mando, etc.
Los carros de combate poseen un efecto psicológico innegable tanto en el enemigo como en los aliados. Con todo, emplear estos sistemas para hacer fuego de apoyo -y más desde posiciones estáticas-, no tiene demasiado sentido. Máxime cuando se dispone de aviación y artillería.
No cabe duda que el Ejército Turco ha tomado nota de las lecciones de Al-Bab, pues muchos de los errores no se volvieron a repetir en el tiempo en que la Operación Escudo del Éufrates siguió en marcha. Estas lecciones, no obstante, no afectan solo a Turquía. No hay más que ver lo ocurrido en otras partes de Siria, en Irak o los problemas de los saudíes en Yemen. Todo indica que en los próximos años, el empleo de los ATGM -como viene siendo la tónica habitual desde la Guerra del Líbano de 2006- seguirá en aumento. Protegerse contra esta amenaza solo es posible si se adoptan los medios técnicos adecuados (blindajes adicionales, reactivos y sistemas de protección activa) y si la doctrina se actualiza en consecuencia. Todo lo contrario, como sucedió en Al-Bab, conduce al desastre.
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