La batalla por la CIMIC House II

Operación Pimplico

El Sgt. Dan Mills y miembros del pelotón de francotiradores en el tejado de la CIMIC House
El Sgt. Dan Mills y miembros del pelotón de francotiradores en el tejado de la CIMIC House

Tras dos semanas de despliegue en la ciudad de al Amarah prácticamente todos los miembros del grupo de batalla en la ciudad habían entrado en combate. La refriega que tuvo lugar en torno a la Oficina de los Mártires de Sadr (OMS) demostró que los vehículos ligeros de ruedas eran demasiado vulnerables para las luchas que tendrían que afrontar. A partir de entonces las patrullas se realizarían únicamente a pie, empleando a los Warrior para entrar en la ciudad y sacar de apuros a los soldados cuando algún contacto con el enemigo evolucionase negativamente. Como desde Camp Abu Naji tardaban más de media hora en llegar, dos de los Warrior fueron destacados permanentemente en la CIMIC House, quedando en posición defensiva vigilando los dos portones de la base.

Para retomar el control de la situación y evitar que miembros del Ejército de al-Mahdi campasen a sus anchas por las calles e impusieran su voluntad, la inteligencia británica fue recopilando información de los cabecillas de la revuelta. La mayoría de ellos vivía en la barriada de Kadeem al Muallimin, situada en la zona Oeste de la ciudad y justamente al Norte de Camp Abu Naji, base principal británica en la provincia de Maysan. El acceso directo al lugar, sin tener que internarse en plena ciudad ni tener que cruzar algún puente sobre el Tigris, facilitó que se pudiese planificar una operación de detención de los dirigentes del OMS en al Amarah.

El plan era que la A Company de los Royal Welch Fusiliers entrase en el distrito para realizar la identificación y traslado de los detenidos a Camp Abu Naji, desde donde serían enviados a la base de Shaiba para ser interrogados. El trabajo encomendado al 8 Platoon C Company del 1st Battalion Princess of Wales Royal Regiment (1st PWRR) fue hacer un reconocimiento de la ruta, realizando un barrido por delante de los Saxon de los Royal Welch Fusiliers.

En la madrugada del 1 de mayo los 4 Warrior salieron de Camp Abu Naji, entraron en la Route 6 (denominada en la cercanía de la ciudad como Red Route) y tomaron formación de caja. A la velocidad de una persona andado se dirigieron hacia el Norte, parando cada 50 metros para usar los sensores de los blindados y poder inspeccionar los objetos sospechosos situados en los márgenes de la carretera. Al llegar al Sur de la barriada quedaron como fuerza de reacción rápida en caso de que se complicase la operación.

A continuación los equipos preparados se desplegaron en torno a los edificios donde se buscaban a los sospechosos, entraron en las viviendas y, tras realizar las identificaciones, procedieron a introducirlos en los vehículos junto con todas las armas que fueron halladas y requisadas en las redadas.

La sorpresa fue completa, marchando todo según lo previsto hasta que aproximadamente a las 05:30 empezaron a escucharse disparos esporádicos y en las radios se sucedieron los informes de contacto con elementos hostiles. Cada minuto que pasaba se incrementaban los incidentes, por lo que los Warrior se pusieron en marcha y ayudaron a la extracción de los últimos soldados y vehículos.

La Operación Pimplico se dio por finalizada, siendo un éxito rotundo. Nadie resulto herido y los cabecillas de la revuelta comenzaron a ser procesados antes de ser enviados a la base de Shaiba para ser interrogados.
Al amanecer, tras desayunar, las tropas empezaron a preparar la siguiente misión prevista para la tarde de ese mismo día: el reabastecimiento de la CIMIC House con munición, suministros y personal. Para ello se emplearían el 7 y 9 Platoon C Company del 1st PWRR, quedando el 8 Platoon como fuerza de reacción rápida.

Los Warrior se convirtieron en un objetivo prioritario para los insurgentes
Los Warrior se convirtieron en un objetivo prioritario para los insurgentes durante la batalla por la CIMIC House.

Buscando otra vez el factor sorpresa, en vez de entrar por el camino usual en la ciudad, los blindados darían un rodeo entrando en la ciudad por el Noreste. Para realizar el último tramo del trayecto tendrían que atravesar el puente de Majidayya, cerca de la conflictiva barriada de Aj Dayya, donde el OMS tenía gran apoyo. Al ser vital el cruce del rio, se planificó que dos multiples (pelotones reforzados) salieran a pie de la CIMIC House y asegurasen su control para cuando llegasen los Warrior.

Conforme se preparaban, desde al Amarah llegaron noticias inquietantes. Una vez recuperados de la sorpresa y viendo el ridículo en que les habían dejado los ingleses a los ojos de la población, todos los resortes del OMS se activaron. Desde el tejado de la CIMIC House pudieron visualizar la frenética actividad, con vehículos dotados de altavoces llamando a la población a coger las armas y asaltarles. Desde los minaretes de las mezquitas se realizaban llamadas a la jihad contra los infieles invasores. Tal y como aparece en la película Black Hawk Down, grupos de milicianos armados empezaron a establecer controles en los cruces principales, colocando barricadas a las que prendían fuego. Como medida adicional, secuestraron a varios oficiales de policía y autoridades en la ciudad, amenazando con ejecutarles si no volvían a su casa los detenidos.

A las 13:00 horas dos patrullas a pie de los pelotones de morteros y antitanques de la Y Company 1st PWRR, liderados por el Captain Hooker, salieron de la CIMIC House y se dirigieron hacia el Este por las calles que conducen al puente. Con la agitación que había en la ciudad era inevitable que entrasen en contacto con los milicianos del OMS. Al llegar al puente los dos multiples intentaron hacerse con los dos extremos – denominados en código como Blue 11 y Green 9 – pero desde muchas ventanas, portales y azoteas tuvieron que afrontar un violento tiroteo. Al cabo de unos minutos en unas posiciones tan expuestas los británicos tuvieron un primer herido. El Lance Corporal Barry Bliss recibió un disparo en un costado. Como se comprobó más tarde, le habían acertado con una bala procedente de un fusil de francotirador Dragunov.

Desde la azotea de la CIMIC House podían ver como se desarrollaban los acontecimientos, contemplando como más milicianos del OMS se dirigían a la zona del puente atraídos por el tiroteo, así como también empezaban a atacar a la propia CIMIC House desde las calles colindantes con fusiles de asalto, ametralladoras y RPG. Como nota de alivio, también pudieron ver como el convoy de reabastecimiento seguía adelante y se acercaba a la zona del puente, aunque en el camino recibían disparos desde muchas localizaciones a lo largo de su ruta.

Para ayudar a los soldados en el puente, en la CIMIC House el Major Featherstone envió a 30 soldados más pertenecientes al Territorial Army (civiles reservistas) que tuvieron que abrirse paso a través de las calles, saltando tapias, atravesando patios o tejados. Así mismo, desde Camp Abu Naji se activó la fuerza de reacción rápida (QRF) compuesta por el 8 Platoon C Company, que desde el Sur se adentró en la ciudad siguiendo la denominada Blue Route.

Mapa de la ciudad de Al Amarah, con la CIMIC House y el Pink Palace
Mapa de la ciudad de Al Amarah, con la CIMIC House y el Pink Palace

Dicha QRF estaba comandada por el 2Lt Deane, cuyo Warrior era conducido por el Private Johnson Beharry. En esta ocasión al 8 Platoon se le añadió un quinto Warrior perteneciente al Colour Sergeant Major Falconer. Conforme en la ciudad se iniciaba el tiroteo en torno al puente, la QRF fue acercándose hacia la ciudad siguiendo la Blue Route para estar lo más próximos a la acción cuando fuesen activados. Al llegar la orden entraron por Blue 7 – el Sur de la ciudad – intentando llegar al puente por la ruta más directa. En su camino se encontraron con multitud de grupos de milicianos armados que se dirigían como ellos al lugar del tiroteo, además de barricadas constituidas por obstáculos como pilas de neumáticos ardiendo, escombros o vehículos, lo que les obligaba a girar en algunos cruces.

Las calles por las que circulaban tienen las típicas casas de un nivel, pero también hay muchas otras de varios pisos con terrazas. La ruta más directa era a través de un boulevard de cuatro carriles – dos en cada sentido – pero al llegar a su entrada se encontraron una barricada, y lo más sospechoso, absolutamente ningún civil por las calles ni coches circulando. Estos síntomas son el claro indicio de que estaban a punto de entrar en una emboscada.

En ese momento el tirador del Warrior del 2Lt Deane les indicó que veía a un adolescente con un RPG al hombro. Un instante después el Warrior se vio sacudido por una explosión. El conductor, Private Beharry, al intentar comunicarse con el 2Lt Deane no consiguió recibir por los intercomunicadores ninguna instrucción, por lo que dedujo que las comunicaciones estaban cortadas. Al ir saliendo del aturdimiento de la explosión pudo escuchar lamentos, oler a quemado y detectar humo que proviene del interior del blindado. Al parecer el impacto había dañado el motor, ocasionando una pérdida de potencia y originando un incendio.

Una segunda explosión alcanzó al Warrior, por lo que por propia iniciativa Beharry tomó la decisión de salir de allí atravesando la barricada. Justo antes de chocar, otro RPG les acertó de pleno, pero consiguieron atravesar el obstáculo.

El Warrior en el que Johnson Beharry fue alcanzado muestra los boquetes provocados por los impactos
El Warrior en el que Johnson Beharry fue alcanzado muestra los boquetes provocados por los impactos

Conforme los otros 4 Warrior atravesaron los escombros, la única posibilidad que le quedaba a Beharry era seguir adelante, ya que el tirador del Warrior le avisó a gritos que había más milicianos con RPG para dispararles, la torre se encontraba atascada y en lo que es el suelo de la cesta de la torre yacía el 2Lt Deane herido o muerto. Desde ventanas, terrazas, balcones o a nivel de la calle aparecían más individuos para dispararles, por lo que la situación se volvería crítica si conseguían detener a uno de los blindados.

Debido al humo interior, Beharry tuvo que abrir ligeramente la escotilla para divisar lo que tenía por delante. Al avanzar pudo ver a un insurgente que asomó por una calle lateral que llegaba al boulevard y que les apuntó directamente con un RPG. Con el tiempo justo para bajar la escotilla y encogerse instintivamente, el cohete explotó justo en el exterior de su posición destruyendo el visor diurno del conductor e hiriendo al tirador.

Sin otra alternativa que no fuese avanzar, Beharry encabezó la columna de blindados con su Warrior renqueante, sabiendo que aunque nunca había estado en esta parte de la ciudad, dirigiéndose al Norte el final boulevard les acercaba al puente y a la columna de reabastecimiento que ya había llegado allí. En cierto punto decidió girar a la izquierda y entrar en una calle lateral, lo que hizo que amainara la lluvia de disparos. Con otro giro, esta vez a la derecha, entró en otra vía, al final de la cual pudo divisar un Warrior parado. Todavía no se habían salvado, pero el alivio fue enorme. Se abrió la escotilla y asomó el Major Coote, oficial al mando de la C Company. Por gestos, Beharry le indicó que no tenían comunicación radio y que el 2Lt Deane posiblemente estaba muerto o herido. Tocándose el casco el Major Coote le ordeno que se uniesen a la columna y que les siguieran.

Como no cabían dentro de los Warrior todos los soldados que salieron a pie de la CIMIC House, varios de ellos tuvieron que avanzar bajo fuego protegiéndose con los blindados. Al llegar a la base tuvieron que afrontar los disparos de los insurgentes que intentaban asaltar el lugar. Los Warrior no entraron en el recinto, sino que al llegar al muro perimetral frontal giraron y abrieron las portezuelas traseras para que la tropa desmontase y pudieran descargar los vehículos. Desde las posiciones defensivas de la CIMIC House y las torres de los Warrior se hizo fuego de cobertura para proteger a los soldados.

Uno de los últimos blindados en llegar al muro fue el conducido por el Private Beharry, lentamente, visiblemente averiado y saliendo humo del interior, por lo que tenía que dirigir el vehículo con una mano en los mandos y la otra manteniendo la escotilla abierta. Al detenerse en el exterior del recinto, Beharry salió de la posición del conductor, y subido al chasis, desde el exterior y exponiéndose completamente al fuego enemigo, sacó al 2Lt Deane, que afortunadamente estaba solo herido. Lo mismo hizo con el tirador y ayudo a evacuar al resto de tripulantes heridos.

Por último, activó los extintores del Warrior, retiró las armas de sus compañeros heridos y entró totalmente exhausto en la parte trasera de otro de los blindados, donde se desplomo víctima de un golpe de calor. Despertó en el pequeño hospital de Camp Abu Naji, donde no quiso permanecer, incorporándose inmediatamente a su unidad. Como recuerdo de su acción le dieron su casco, donde se veía el impacto de un disparo de AK que había atravesado la protección, pero que al incidir con un ángulo extremo reboto y no alcanzó el cráneo.

Tirador y observador británicos desde la azotea de la CIMIC house
Tirador y observador británicos desde la azotea de la CIMIC house

Con la labor de reabastecimiento cumplida y una vez reorganizados, la C Company, esta vez al completo, realizó el viaje de vuelta a Camp Abu Naji, siendo otra vez tiroteados por el camino aunque sin mayor novedad pudieron llegar a su destino y atender a los heridos. El que no fue a ningún lado fue el Warrior de Beharry, que quedo averiado junto a la puerta frontal de la CIMIC House. En la ciudad fue bajando el nivel de intensidad de los tiroteos conforme la columna de blindados se alejó.

Continuaron recibiendo disparos de manera esporádica, junto con los continuos e insidiosos ataques con morteros. Al anochecer, con las cosas más calmadas, en la CIMIC House se comentaban los agitados hechos de los que habían sido participes. El Sniper Platoon mantenía desde el tejado la vigilancia rutinaria empleando los visores nocturnos. De repente, por la zona de la Route 6 comenzaron a escucharse disparos. Según los informes de la sala de mando no había ninguna tropa británica circulando por esa carretera, por lo que nadie sabía el motivo del tiroteo. Lejos de calmarse, en las proximidades de Red 11 el tiroteo aumento de intensidad, con múltiples explosiones y grandes llamaradas.

Lo que había ocurrido es que un convoy estadounidense – del 84th Engineer Battalion de la 25th Infantry Division, que se diría a Kuwait para embarcar y volver a Hawái después su periodo de estancia en Irak – totalmente ignorantes de todo lo acontecido en la ciudad, fue emboscado por la multitud de insurgentes que seguían manteniéndose activos. Los vehículos fueron atacados desde ambos lados de la autopista, teniendo que defenderse los conductores y acompañantes disparando desde las ventanillas. Pisando el acelerador, los camiones, cisternas, Humvee y demás vehículos de ruedas, atravesaron la zona de fuego mientras eran acribillados. Cada vez que uno era dañado gravemente y no podía continuar la marcha, era incendiado y abandonado, pasando los tripulantes a otro vehículo del convoy. De los 35 que entraron en la ciudad fueron destruidos 12, falleciendo dos soldados americanos.

Al salir de la ciudad, lo que quedaba de la columna llegó a Camp Abu Naji, donde pudieron parar para analizar lo que había acontecido. Al hacer un recuento del personal se dieron cuenta que faltaban dos miembros de la unidad. El oficial al mando no tenía la mínima intención de volver atrás a buscarlos, por lo que los británicos iniciaron una misión de rescate.

Los dos desaparecidos habían tenido que dejar su vehículo después de que fuese inmovilizado. Los insurgentes les habían disparado, por lo que habían tenido que buscar cobertura y no pudieron incorporarse a la columna. Lo que padecieron después fue una pesadilla. Quedaron absolutamente solos en una ciudad desconocida, rodeados por una multitud armada y deseosa de matar a soldados de la coalición, sin importar que fuesen americanos o británicos.
La única referencia para buscar su seguridad era seguir hacia el Sur, por donde habían visto marcharse a sus compañeros. Se tuvieron que introducir en un edificio, devolviendo el fuego a los milicianos que les disparaban.

Luego, aprovechando que no estaban completamente rodeados, saltaron por una ventana trasera y se alejaron de la zona corriendo por callejones oscuros y escondiéndose en cualquier rincón que encontraron. En cualquier momento podían ser descubiertos por la multitud y ser asesinados. Continuando con su huida tuvieron la suerte de encontrar una comisaría de policía donde, medio a regañadientes, les pusieron en contacto con los británicos. El comisario se arriesgó y montó a los dos estadounidenses en un coche patrulla, llevándoles a continuación a Camp Abu Naji.

Dos Snatch Land Rover junto a un IFV Warrior
Dos Snatch Land Rover junto a un IFV Warrior

La operación Waterloo

Aunque Pimplico había sido un éxito rotundo, al atreverse los británicos a contestar el control del OMS de la ciudad de al Amarah delante de la población, la situación en las calles se volvió extrema. Las milicias armadas campaban a sus anchas y aunque no parecían capaces de tomar la CIMIC House, pasaron a incrementar los ataques con cohetes y morteros.

Desde el 1 al 10 de mayo unos 525 disparos alcanzaron las instalaciones. Normalmente eran salvas de media docena de proyectiles, realizadas bajo el amparo de la oscuridad. La única posibilidad de escapar de esa constante amenaza fue minimizar la estancia en el exterior y pasar a hacer vida bajo el techo de ladrillos de los edificios. Al comienzo del asedio los morteros con los que les disparaban eran de 60 mm, por lo que el daño que provocaban no era tan grande, pero ya en mayo aparecieron algunos de calibre 82 mm, con sirvientes perfectamente entrenados que se sospechaba que procedían de Irán. Los morteros no solo provocaban daños materiales, sino que también conseguían un desgaste psicológico en los británicos al mantenerlos aún más confinados e inseguros. Muchas de las granadas de mortero no llegaban a explotar y quedaban como peligro latente. Hasta que se dispuso de personal y medios para retirarlas, al principio simplemente las cogían y las lanzaban al rio Tigris.

Desde el punto de vista de la coalición no se podía dejar que el OMS controlase la ciudad. El mando británico no quería limitarse a quedar encerrado y prisionero en sus instalaciones porque eso a la larga empeoraría la situación. Su voluntad era luchar y desafiar al OMS, que en el fondo eran minoría en la ciudad, ya que si se les vencía la mayoría de la población dejaría de apoyar a los insurgentes y perderían su poder.

En este marco se planifico la Operación Waterloo, colocando bajo el mando del grupo de batalla todos los medios de combate de los que pudieron echar mano. La A Company del 1st PWRR, que había quedado en Basora como fuerza británica de reserva, fue llamada a Camp Abu Naji junto con varios carros de combate Challenger II de los Queen´s Royal Lancers. Incluso se pidió ayuda a los aliados estadounidenses que pusieron a su disposición dos aviones cañoneros AC 130 Spectre.

En las primeras horas del 8 de mayo se lanzó la Operación Waterloo, que de manera simplificada se puede describir como una trampa para el OMS. Un convoy saldría de Camp Abu Naji por la Red Route hacia la ciudad como si se tratase de otro intento de reabastecer la CIMIC House, pero cuando los insurgentes les atacasen, en vez de continuar su avance, pararían y entablarían combate para destruirlos. Al ser Red 11 su sitio favorito para tender emboscadas, ya que estaba cercano a la sede del OMS, allí se detendrían para provocar que el mayor número de milicianos acudiesen.

Las tropas de la CIMIC House también tendrían su parte en el plan. Al llegar la noche saldría de la base una patrulla hacia el Este, infiltrándose aprovechando la oscuridad, atravesando calles, saltando a través de patios de casas para finalmente tomar posiciones de bloqueo en Blue 11, el extremo Oeste del puente que da a la barriada de Aj Dayya, para impedir la llegada de refuerzos del OMS.

La columna blindada se puso en movimiento con los Challenger II abriendo la marcha. Entraron en la ciudad a las 02:00 AM siguiendo la Purple Route, que circula en sentido Este-Oeste hasta llegar a la intersección con la Red Route en Red 11. En esta ocasión no contarían con el factor sorpresa ya que el OMS había aprendido la lección y conforme se aproximaban a la ciudad las luces de las farolas se encendían y apagaban para alertar a sus milicianos de por donde se movían los británicos.

Entrada principal a la CIMIC House por el lado sur
Entrada principal a la CIMIC House por el lado sur

Empezaron a establecer contacto con los insurgentes, por lo que siguiendo las directrices para el combate con blindados en núcleos urbanos cada vez que llegaban a una intersección los Challenger II abrían fuego (principalmente con sus ametralladoras). Luego los Warrior se aproximaban, abrían las rampas traseras, desmontaban los soldados y acababan de una manera rápida y demoledora con la más mínima resistencia. A continuación volvían a montar los soldados en los Warrior, la columna reanudaba su avance y si al llegar al siguiente cruce les disparaban, volvían a repetir todo el proceso.

Al llegar a Red 11, la fuerza británica se desplegó en círculo, con los 4 Challenger II y 24 Warrior vigilando cada ruta de aproximación. Por encima de ellos, con su rugido característico, dos AC130 Spectre vigilaban la escena con sus sensores de visión nocturna. Si en la aproximación a los británicos cualquier miliciano tenía la ocurrencia de disparar desde una posición que no fuese una casa, eran arrasados por los aviones cañoneros.

Desde los distintos barrios de la ciudad los miembros del OMS acudían al lugar de la lucha. Los procedentes de las barriadas más al Este de la ciudad se toparon con que la patrulla de la CIMIC House infiltrada en Blue 11 no les dejaba cruzar el puente, por lo que tuvieron que dar un gran rodeo antes de poder acercarse a la columna de blindados. Desde esa misma localización pudieron descubrir a una línea de morteros que los insurgentes estaban usando para disparar a hacia Red 11. Una vez que pasaron a la sala de control las coordenadas donde se encontraban los morteros, uno de los aviones cañoneros se dirigió a la zona, empleando el cañón de 105 mm para acabar de manera expedita con dicha amenaza.

Después de tres horas empezó a remitir el violento combate. Ya no había tanto mártir de al Sadr dispuesto a estrellarse contra semejante muro de blindaje y fuego que les esperaba en Red 11. Conforme amanecía, la Operación Waterloo empezó su segunda fase. El Colonel Maer dio la orden para proceder al asalto de la sede del OMS en al Amarah.

La columna blindada se puso en marcha hacia el Este con los Challenger II otra vez en cabeza, atravesó el rio Tigris y enfilo hacia Yellow Three hasta llegar a las inmediaciones del edificio desde donde los hombres de Sadr intentaban controlar la ciudad. Fueron recibidos por una barrera de disparos desde las ventanas y muros de la construcción, así como desde un parque cercano, pero entre las ametralladoras y cañones de los vehículos y aviones. fueron respondidos de una manera aplastante. En breve acabaron con dicha resistencia y el edificio fue rodeado por los blindados. Después de conminar con un altavoz a la rendición de cualquiera que se hallase en su interior, las tropas británicas asaltaron el lugar.

Lo que encontraron dentro fue impresionante. Además de todo tipo de documento que la inteligencia aliada analizaría después, un inmenso arsenal de armas fue descubierto. Centenares de AK47, ametralladoras, lanza granadas, cohetes, tubos de mortero con su munición, minas y artefactos explosivos improvisados (IED)…. Hicieron falta tres camiones de 8 toneladas para llevarse todo el material incautado. Como premio final, en un registro encontraron el cuerpo y el arma del francotirador que había herido a un soldado una semana antes en Blue11. Actuaba desde una ventana superior de una escuela pensando que los británicos nunca se atreverían a disparar allí, pero al ser detectado el fogonazo de su arma un Challenger II realizó un disparo con su cañón.

A las 10:00 AM se dio por acabada esa segunda fase, pero eso no era todo lo que lo ingleses habían previsto. Como continuación de la operación por la tarde las dos compañías de Warrior y la A Company Royal Welch Fusiliers se desplegaron por la ciudad y realizaron patrullas para restablecer la ley y el orden. Visitaron las comisarías de policías y pusieron a trabajar a los agentes que habían permanecido todos esos días plácidamente sentados sin hacer nada para lo que fueron entrenados y recibían un sueldo. La reacción del OMS fue mínima y rápidamente eliminada. Simplemente tuvieron enfrentamientos aislados que hirieron a varios militares.

Para no dar al OMS ni un momento de respiro se decidió mantener la presión. Cada día se realizaban múltiples patrullas, incautándose alijo tras alijo de armas. También se pudo descubrir el lado oscuro del dominio por OMS de las calles los días anteriores. Una especie de sharia había sido establecida, con grupos defensores de la pureza islámica que se dedicaban a golpear a las mujeres, niños u hombres a voluntad. Bastaba que te tomases una bebida con algo de alcohol para recibieses un balazo en la cabeza. Al retomar la coalición el control de la situación la gente normal les mostró su agradecimiento por su presencia.

Quizás esa misma victoria relativa fue lo que hizo que en cierto momento los mandos comenzasen a frenar la acción de las tropas. Cuando alguna patrulla era emboscada, aunque tuviesen la oportunidad de acabar con los insurgentes, desde la sala de control de la CIMIC House no les daban la autorización para aprovechar la ocasión. En este contexto tuvo lugar uno de las más fuertes enfrentamientos de la operación TELIC IV.

La CIMIC house vista desde el aire

La batalla de Danny Boy

Danny Boy era un puesto de control de vehículos semipermanente situada en la Route 6. Estaba localizado al sur de al Amarah y de Camp Abu Naji, no muy lejos de Majar al Kabir, lugar conocido por tener una de las poblaciones más delincuencial y radical del sur de Irak. En aquella localidad fue donde una multitud linchó en 2003 a seis miembros de la Royal Military Police.

El día 14 de mayo la situación en la provincia era lo suficientemente favorable para organizar una reunión de mandos en Camp Abu Naji. A las 16:15 el Major Griffiths, de los Argyll and Sutherland Highlanders, viajaba con dos Land Rover en sentido Norte por la Route 6 para asistir a dicho encuentro cuando pudo ver a un grupo de insurgentes que estaban comenzando a colocarse en una serie de zanjas que había cerca de la carretera para realizar una emboscada al primer convoy de la coalición internacional que circulase por esa ruta. Como no estaban todavía en posición, los Land Rover pudieron acelerar y escapar de la zona.

Los hombres del Major Griffiths escucharon por la radio el contacto inicial, por lo que desde su base en Camp Condor – en la misma Route 6 y a unos 20 kilometros al sur de Majar al Kabir – mandaron una patrulla. Por una serie de deficiencias en la radio no sabían que su jefe había escapado por poco de la emboscada, así que continuaron por la carretera hasta que se dieron de bruces con el grueso de la emboscada.

Dos Warrior, del 8 Platoon C Company 1st PWRR, estaban en las inmediaciones de Red 1 intentando acabar con un mortero que desde la zona disparaba cada cierto tiempo hacia Camp Abu Naji. Las órdenes que recibieron fueron que desde su posición se dirigiesen al puesto de control de Danny Boy para establecer contacto con los enemigos y dar fuego de cobertura a la patrulla emboscada hasta que llegasen otros dos Warrior desde Camp Abu Naji. Juntos los cuatro Warrior podrían extraer a los soldados emboscados.

Conforme se aproximaban a la localización escucharon por la radio que los emboscados ya tenían heridos. Parte del grupo de insurgentes estaban preparados para cuando llegasen los refuerzos ingleses y desde sus posiciones abrieron fuego contra la primera pareja de Warrior que llegó. Los dos Warrior se enfrentaron a la emboscada pero era muy difícil neutralizar a los insurgentes, ya que aprovechaban las ondulaciones del terreno y una sucesión de zanjas de regadío y solo se les veía las cabezas un instante cuando disparaban sus AK, ametralladoras y RPG. La segunda pareja de Warrior no se detuvo al llegar sino que siguieron a toda marcha con la intención de enlazar con la patrulla emboscada.

La situación no era favorable para la primera pareja de Warrior, así que tomaron una decisión que en un primer momento podría parecer insensata. Los soldados en la parte trasera de los Warrior desembarcaron y a campo abierto procedieron a realizar la primera carga con bayoneta del ejército ingles en 25 años. Apoyados por los blindados llegaron a las proximidades de primeras zanjas y comenzaron a limpiarlas de enemigos con sus fusiles de asalto, bayonetas y granadas, como si fuesen trincheras de la Primera Guerra Mundial.

IFV Warrior británico en los alrededores de Al Amarah
IFV Warrior británico en los alrededores de Al Amarah

Otros grupos de soldados se unieron a la carga a pie o con los Warrior y juntos consiguieron acabar con las primeras posiciones enemigas que no esperaban la reacción británica. Conforme se ponía en claro las dimensiones del combate eran enviados más blindados a la zona y la batalla aumento en tamaño.

Contemplando como habían pasado de una emboscada fácil a verse arrollados por los británicos, los más inteligentes de los milicianos abandonaron sus armas y se fueron corriendo para esconderse en Majar al Kabir. Detrás, tras cuatro horas de batalla empezaba a acercarse el anochecer y los ingleses dieron por acabada la lucha. En el campo quedaban muertos por doquier y un completo arsenal de armas abandonadas. Cargaron los Warrior con todo lo capturado y montaron a los prisioneros que se habían rendido.

Teniendo en mente que nunca se había identificado a los que habían matado a los seis miembros de los Royal Military Police el año anterior y que entre los fallecidos en la batalla podrían encontrarse los partícipes de los asesinatos, a los mandos se les ocurrió que podría ser buena idea llevarse los cuerpos para realizar un análisis forense. En vez de enviar un camión para cargarlos los montaron apilados en la parte trasera de uno de los blindados. Cuerpos despedazados por las explosiones, con impactos de bala en la cabeza, brazos o piernas separados…, todo ello tras varias horas expuestos al sol iraquí y montados en un habitáculo que perfectamente podría estar a más de 70 grados centígrados.

Al llegar el Warrior con los cadáveres a la base quisieron bajar la rampa trasera pero estaba atascada, así que con gran horror el conductor tuvo que entrar en el vehículo por su escotilla y reptar por encima de la pila de cadáveres para abrir la escotilla desde el interior. Su expresión al salir fue tremenda. Estos hechos fueron aprovechados por una serie de abogados sin escrúpulos para presentar una denuncia por excesiva violencia y maltrato a los prisioneros. Afortunadamente para ese gran país, tras una gran y cara investigación la justicia británica no vio ninguna acción incorrecta por parte de la tropa y el abogado Phil Shiner está a punto de perder su capacitación como abogado y sus bienes.

Entrada principal a la base Camp Abu Naji
Entrada principal a la base Camp Abu Naji

Irán y la Route 6: Primera alto el fuego

Mientras tanto, en varias ciudades seguía el pulso entre Moqtada al Sadr y los estadounidenses. Las elecciones en Irak se acercaban y existía una cierta urgencia en acabar con esa situación. Más de dos mil soldados estadounidenses rodeaban la ciudad de Nayaf y habían comenzado a realizar varias operaciones de tanteo por las afueras. Al acabar mayo, los carros entraron en Kerbala, destruyendo la sede del OMS en esa ciudad y tomando posiciones a 500 metros de la mezquita dorada del Iman Husein. Por todo el país se extendió una revuelta generalizada.

Dentro de ese marco general la situación en al Amarah empeoró otra vez. En vez de una confrontación abierta como hicieron en mayo, en esta ocasión lo hicieron mediante acciones guerrilleras de alta intensidad, mediante coches bomba y emboscadas bien coordenadas. En las calles evitaban a las patrullas británicas, pero conforme acababan su recorrido, ellos iniciaban las suyas propias y volvian a extender su terror.

Una de las claves de la importancia de la ciudad de al Amarah es su situación geográfica estratégica. La autopista Route 6 une Bagdad y Basora – las dos ciudades mayores de Irak – y al Amarah se encuentra a mitad de camino, pasando la autopista por la parte Oeste de la ciudad. Además, está próxima a la frontera con Irán y desde el principio el país vecino comprendió la oportunidad de actuación que conseguiría si tomasen su control. En el Oeste de Irak la ciudad de Faluya se había convertido en un santuario terrorista, siendo el principal foco de la actividad insurgente. A través de la frontera con Siria o Jordania, terroristas procedentes de múltiples países entraban en el país y usaban Faluya como base para reagruparse, organizarse, armarse e intentar entrar en Bagdad para atentar. Pero esa ruta era empleada por jihadistas sunníes y era arriesgado para un chiita entrar por allí. Amarah era perfecta para convertirla en la Faluya del Este, por donde pudiesen entrar los chiitas a luchar o actuar en la lucha de poder dentro de Irak.

Para ello Irán puso todo el empeño posible en expulsar a los británicos de la ciudad. Si conseguían adueñarse de la ciudad cortarían el enlace entre la capital de Irak y Basora, del Sur del país y de los únicos puertos disponibles por donde entraba gran parte de la logística de las fuerzas aliadas en Irak. Uno de los mejores métodos seria la colocación de artefactos explosivos a lo largo de toda la autopista. Los ingleses tuvieron que usar personal especializado en desactivar artefactos que se desplazaban al lugar escoltados por los Warrior de la C Company. La mayoría de la inteligencia que se obtuvo apuntaba a Irán como lugar donde se adiestraba y equipaba a sus creadores.

Al aproximarse los meses de Verano las temperaturas diarias se elevaban hasta cerca de 50 grados a medio día, por lo que apenas tácitamente eran al amanecer o al anochecer cuando más patrullas y emboscadas se realizaban. En una de esas acciones el Private Johnson Beharry fue herido al recibir el impacto de un RPG a poca distancia de su posición de conductor. Las heridas fueron muy graves, llegando a tener fracturado el cráneo. De manera increíble, fue capaz de mantener la consciencia y alejar el Warrior de la zona de la emboscada. Fue trasladado al Reino Unido donde se recuperó de las heridas.

Con las elecciones de enero tan próximas, de manera imprevista empezó a extenderse un rumor por la zona. Por raro que parezca, ni Irán ni personalmente el propio Sadr podían dejar pasar la oportunidad de participar en los comicios como modo de obtener poder en el parlamento. Si el que tuviesen lugar las votaciones implicaba que los aliados comenzasen a marcharse, desde su punto de vista era mejor no oponerse ya que la mayoría de la población era chiita y eso les permitiría tomar los mandos del país. Al interesarle a todas las partes se llegó a decretar un alto el fuego en la zona. Las condiciones de Sadr fueron que se le quitasen los cargos de asesinato y poder participar como partido político.

En al Amarah tuvo lugar una reunión entre el Colonel Maer y miembros del OMS. También había urgencia entre los políticos británicos para sacar a las tropas de Irak, así que no hubo mayor problema en firmar un acuerdo. Justo cuando más arrinconado se encontraba el OMS en la ciudad, ganaban el aire que necesitaban para recuperarse del daño que le habían causado los británicos. A los ojos de la población fue una victoria del OMS ya que salían de sus escondites y con su simple presencia podían volver a ejercer su coacción a los ciudadanos. El OMS volvió a ser el caballo ganador por el que era mejor apostar ya que estaba claro que si se marchaban los ingleses no quedaría nadie oponérseles.

De ahora en adelante se prohibieron los blindados en la ciudad y únicamente se permitían patrullas a pie si eran realizadas por la ineficaz policía iraquí acompañada por algún asesor británico.

Dentro de Camp Abu Naji y de la CIMIC House el día a día cambio drásticamente. De estar sitiados en una situación de continuo peligro pasaron a estar por un lado aliviados pero también intranquilos. Para gente que ha vivido a diario bajo los disparos de los insurgentes y conocían a la gente del OMS, estaba claro que tarde o temprano aquella tregua saltaría por los aires. Mientras, la rutina cuartelaría y el aburrimiento se adueñó del personal de la base. A finales de junio se despertaron con la sorpresa de que todos los miembros de la Autoridad Provisional de la Coalición – el motivo por el que los británicos habían defendido la CIMIC House – habían abandonado la base, ya que se habían disuelto para pasar a los iraquíes su autogobierno. Con ellos se marchaban los treinta miembros de la compañía Triple Canopy, de los que se habían llegado a hacer amigos, así como personal de guardia. El pequeño enclave se descongestiono de personal pero de ahora en adelante los soldados británicos quedaban en solitario.

La ciudad de Al Amarah y sus alrededores

El segundo alzamiento: la operación Hammersmith

A primeros de agosto las negociaciones para establecer las condiciones de las futuras elecciones del mes de enero se estancaron porque Moqtada al Sadr exigía un mayor número de delegados. Usando a sus milicias como herramienta política, amenazó con lanzarlas de nuevo a la calle. Para evitar que se volviera a encerrar en las mezquitas y bloquease la situación, el 3 de agosto una compañía de Marines y policía Iraquí se dirigieron a su casa en Nayaf para detenerlo, pero ese era un movimiento que el clérigo había previsto y centenares de sus fieles armados estaban esperándoles.

A continuación se encerraron en los lugares sagrados para los chiitas y desde allí el clérigo lanzo proclamas diciendo que las fuerzas estadounidenses tenían la intención de destruir la Mezquita del Imán Ali, donde está enterrado el yerno de Mahoma. Aquello hizo que se produjese un alzamiento generalizado en las localidades con población chiita. Ya no se trataba únicamente de los intereses del OMS, ahora luchaban OMS, tribus y ciudadanos en general con fanatismo radical suicida.

En al Amarah las mezquitas comenzaron a reproducir las proclamas. Miles de personas se echaron a las calles y los miembros del OMS los incitaban a atacar a los británicos. Un par de Land Rover ingleses fueron sorprendidos fuera y regresaron a toda velocidad a la base, con la mala fortuna que engancharon una cadena ligada a la barrera de entrada, lo que provocó que la barra se precipitase y golpease en la cabeza a un soldado. Lamentablemente el golpe fue mortal y el Private Chris Rayment falleció. Después de todo lo que habían pasado sin tener ningún fallecido, el hecho de que fuese debido a un incidente tan ridículo fue desmoralizador.

Al ser generalizada la revuelta no era tan fácil organizar otra Operación Waterloo y por el momento tuvieron que limitarse a permanecer en la CIMIC House a la defensiva, repeliendo los múltiples ataques que les realizaban en grupos más o menos números que con total desprecio de su vida intentaban acercarse para vaciar sus cargadores y disparar los RPG a bulto. Por supuesto los morteros o cohetes volvieron a lo grande, con salvas lanzadas durante todo el día.

Al cuarto día de asedio, desde Camp Abu Naji se organizó otra misión de reabastecimiento empleando los Warrior. Se les cargo completamente con munición y raciones para no tener que repetir la acción en el mayor tiempo posible. Dando el máximo rodeo a la ciudad pudieron llegar a la CIMIC House y dejarles con todo lo necesario para resistir el asedio. Aprovechando el convoy se le dio un descanso al oficial al mando de la base – el Major Featherstone – que fue sustituido por el Captain Charles Curry.

Después de sufrir los ingleses varias bajas en la región bajo su control, desde la cadena de mando se dio vía libre para que tomasen las medidas que considerasen necesarias. Por ejemplo, la Royal Air Force realizaba pasadas amenazantes a baja cota que detuvo los asaltos en varias ocasiones, hasta que comprobaron que eran un farol y que no se atrevían a arrojar bombas dentro de la ciudad. En al Amarah, con gran valentía, decidieron no se quedarían pasivamente dentro de la base y cuando caía la oscuridad salían a realizar patrullas aprovechando la ventaja que les daba el contar con equipos de visión nocturna.

Equipo de francotiradores de los Royal Marines formado por Buzz, a la izquierda y John, a la derecha
Equipo de francotiradores de los Royal Marines formado por Buzz, a la izquierda y John, a la derecha

Por parte de los insurgentes, en vez de pequeños grupos aislados que se acercaban de manera suicida a las instalaciones británicas, cada vez se imponía mayor organización, siendo más numerosos y más disciplinados. Mientras disparaban desde ciertos lugares y se cubrían, aprovechaban la distracción para acercarse desde otras direcciones.

Para acabar con la situación el 10 de agosto se puso en marcha la Operación Hammersmith. En esta ocasión se haría un ataque a gran escala en el distrito de Aj Dayya – al Noreste de la ciudad y prácticamente aislado del resto salvo por varios puentes sobre el rio Tigris – con cuatro Challengers II de los Queen´s Royal Lancers y los catorce Warrior de la C Company 1st PWRR. Una vez aislada la barriada, la A Company Royal Welch Fusilers llevarían a cabo una serie de detenciones, arrestos e incautaciones de depósitos de armas. Para la ocasión contarían durante varias horas con el apoyo aéreo de los AC130 Spectre de la USAF.

Dando un amplio rodeo a la ciudad, al entrar la columna de blindados en el núcleo urbano estallo la lucha. En las radios de la sala de operaciones de la CIMIC House podían escuchar la sucesión de hechos con ansiedad. El Challenger II que encabezaba la marcha recibió doce impactos de RPG y quedo inmovilizado. Desde las azoteas, terrazas y patios de las casas se disparaba casi a quemarropa contra los vehículos, llegando a estar tan rodeados que el Spectre tuvo que realizar fuego casi directamente sobre los Warrior para sacudirse la presión de encima.
Al final la operación duro veintitrés horas, casi el doble de lo planeado. Un total de cinco Warrior habían sido duramente castigados y los ingleses tuvieron seis heridos graves. Las tripulaciones de los blindados, que habían pasado casi un día del mes de agosto iraquí encerradas en un habitáculo metálico al sol, acabaron exhaustas y sufrieron varios casos de golpes de calor. Por el lado de los insurgentes docenas de sus milicianos habían muerto y algunos de sus mandos habían sido arrestados. La mala noticia es que los ingleses se percataron de que entrar en la ciudad no era ya tan factible como lo había sido en los meses anteriores.

Lejos de calmarse la situación en Nayaf, los Marines habían rodeado el barrio antiguo de la ciudad, cercando a Moqtada al Sadr en la mezquita del Iman Ali y dañado dos de los minaretes. Mediante Al Jazeera el líder rebelde chiita hablaba diciendo que “la batalla final de la humanidad había llegado”. Además, los dirigentes del OMS por todo el país recibieron órdenes de coger todo el dinero en efectivo que pudiesen y que reclutasen al máximo de combatientes. Por si quedaba alguna duda, a la mañana siguiente en la CIMIC House los trabajadores iraquíes que aun trabajaban en la base cogieron todo lo que pudieron en sus manos y abandonaron las instalaciones.

La violencia de los ataques fue máxima y desde entonces lo único que podían hacer los defensores es repeler oleada tras oleada de fanáticos mientras eran bombardeados. Más de cuatrocientos disparos de mortero se realizaron entre el 11 y el 13 de agosto. Casi todo dentro de las instalaciones había sido dañado (vehículos aparcados, generadores, ventanas, aparatos de aire acondicionado, cocinas… ) provocando cortes de agua y de electricidad. La única nota positiva es que, aprovechando el rio, desde Bagdad se les envió un par de francotiradores para ayudar al Sniper Platoon. La gran aportación es que llevaban consigo fusiles de precisión de 12,7 mm. Su objetivo era acabar con jefes del OMS que permanecían al descubierto, pero a distancia segura, dirigiendo los ataques de los milicianos. Además, con los rifles podían intentar acabar con los morteros que pudiesen localizar y estaban cualificados para dirigir ataques aéreos. Pronto se pusieron a la tarea. Establecieron contacto radio con un Nimrod MR2 que volaba por encima de la ciudad a 25.000 pies de altura, y cuando empezaron a disparar con un mortero desde el parque situado enfrente de la sede del OMS – conocido como Yellow 3 – las firmas caloríficas les delataron y se pudo enviar a un F16 a bombardearles. Desde entonces ya no sería tan fácil atacar con morteros.

Si parecía que nada podía ir a peor, desde la célula de inteligencia de Camp Abu Naji llegaron noticias alarmantes. Abu Hatim, el líder tribal local, que había sido perseguido por Saddam Husein y que ayudo a liberar la provincia en 2003, llego a un acuerdo con Sadr para aglutinar a toda la insurgencia de la provincia contra los británicos. Un ataque coordinado se lanzaría al día siguiente. Al amanecer todo el personal estaba en las posiciones defensivas pero conforme pasaban las horas el ataque no se producía y pudieron bajar el nivel de alerta. Cuando pasaron las horas de mayor calor, una gran multitud se empezó a congregar delante del Pink Palace en apoyo de Sadr. Aprovechando que la vigilancia estaba concentrada en esa protesta, pequeños grupos empezaron a acercarse a la CIMIC House desde todas las direcciones. En un momento determinado, una salva de RPG señalo el inicio del tiroteo generalizado. En vez de insurgentes que se asomaban y vaciaban el cargador sin apuntar, en esta ocasión, como muestra de que había cierta inteligencia en la planificación, mantuvieron una distancia mayor de 500 metros y asomaban lo justo para disparar. El tiroteo duro cerca de una hora y a continuación los asaltantes se replegaron de manera ordenada. Se trataba simplemente de un tanteo.

En Basora los ingleses tuvieron el cuarto fallecido del mes en su área de responsabilidad, y con lo difícil que era el mantenimiento del enclave dentro de al Amarah, desde el mando de las fuerzas británicas en Irak se pensó seriamente en cerrar la base y realizar una retirada. Se tomaron las primeras medidas, empezando a quemar documentación y destruir el material que no se pudiese transportar. Nada se dejaría en manos del enemigo. Conforme empezaron los preparativos en la mente de los miembros de la Y Company se dieron cuenta de que no estaban conforme con la orden. Tras varias consultas a varios niveles estuvieron de acuerdo en pedir a los mandos el aplazamiento de la retirada mientras pudiesen mantener la defensa de la base. No es que fuese una posición estratégica o vital, es más, con los bombardeos continuos estaba prácticamente destrozada, pero era el símbolo de la autoridad en la provincia. Si se dejaba caer en manos del OMS sería otorgarles la victoria y reconocer su poder. Para eso no había muerto el Private Chris Rayment ni el resto había arriesgado su vida a diario. Aunque lo fácil sería tirar la toalla, lo que vendría a continuación sería mucho peor y tarde o temprano tendrían que volver a entrar – como ocurriría en Faluya – a un coste mucho mayor. Por una vez el mando les dio la razón y les autorizo a que continuasen con la defensa.

A la mañana siguiente a ese primer tanteo empezó el bombardeo de la base a un nivel sin precedentes. Durante todo el día estuvieron bajo fuego y al llegar la noche continuó sin descanso. Con las primeras luces del día por fin finalizo el castigo. Al asomarse desde las azoteas de la CIMIC House se vio muy poco tráfico en las calles. A las 08:00 no se divisaba ni un alma por las calles, siendo el silencio total. Algo estaba en marcha. Tal y como habían previsto los insurgentes, cuando el sol estaba en lo más alto y por tanto no se esperaba ninguna actividad seria, se bajó el nivel de alerta. Justo en ese instante empezó el ataque. Primero fueron disparos desde el Este, usando los tejados del casco antiguo de la ciudad. Por el Sur, se veían llegar autobuses y camionetas repletos de personas armadas a la sede del OMS en Yellow 3. Una vez allí, se dividían en varios grupos y comenzaban a ascender por las calles que convergen en la base. Por el Norte, cruzando el rio, numerosas partidas de milicianos tomaban posiciones para disparar sobre los británicos. Lo mismo sucedía por el Oeste, donde aprovechando matorrales, ruinas y zanjas, multitud de enemigos reptaban tratando de aproximarse para hacer fuego. Era un asalto total en 360 grados.

Equipo de francotiradores británico desde el tejado de la CIMIC house
Equipo de francotiradores británico desde el tejado de la CIMIC house

En los primeros instantes centenares de individuos disparaban sin cesar contra los edificios. Escuchando la lluvia de impactos alrededor era muy arriesgado asomarse a responder. Los muros del tejado y las garitas de vigilancia eran blanco de múltiples proyectiles y las paredes del perímetro recibían impacto tras impacto de RPG.
Poco a poco los soldados británicos comenzaron a responder, conocedores de que tenían que frenar el avance de sus enemigos y evitar que se acercasen. Los únicos lados por los que podían asaltar la base eran el Sur y el Este, y allí concentraron su defensa.

A los veinte minutos de combate la batalla comenzó a tener un ritmo propio. Las ametralladoras GPMG y las Minimi se concentraban en los individuos que se acercaban más y cuando alguno se parapetaba detrás de un obstáculo, se empleaban contra ellos lanzagranadas. Tras meses de combate, los defensores sabían perfectamente mantener una disciplina correcta de fuego y las armas automáticas eran continuamente alimentadas con munición y consumibles.

Por el lado Oeste docenas de enemigos se habían conseguido acercar hasta una pequeña esclusa cercana a la CIMIC House y que permitía el paso a pie a través del rio. Desde esa posición podían hacer fuego certero sobre las instalaciones. Con los lanzagranadas de los fusiles de asalto no se conseguía hacerles mella, así que emplearon el mortero de 51 mm que tenían para lanzar bengalas luminosas. Usando munición de alto explosivo fueron corrigiendo su tiro hasta comenzar a castigar duramente a los que se congregado en ese pequeño espacio.
Sin importarles sus propios hombres, el bombardeo con morteros se reanudo con máxima violencia. Muchos de los disparos quedaban cortos o largos y acababan con lo vida de los asaltantes.

Por radio se recibió la alerta de que un grupo se había acercado por el Este, siguiendo la rivera del rio, para situarse a 50 metros de la entrada trasera de la base. Allí habían colocado un cohete de 107 mm de origen chino, con un temporizador y apuntando directamente a la garita cercana a la puerta. Rápidamente varios soldados corrieron para abrir la puerta y permitir a un Warrior permanentemente destacados en la base, salir y demoler con fuego de cañón el amenazador artefacto.

Aprovechando la distracción varios milicianos se acercaron hasta la pared del muro de la cara Este. Cuando el primero empezó a trepar la pared fue abatido con una ráfaga de Minimi desde el tejado. Varios soldados se asomaron a la pared y acribillaron a los que habían llegado tan cerca. Sin un segundo de pausa, mientras seguían los ataques por el Este y Sur, los insurgentes volvieron a acercarse por los lados Norte y Oeste para disparar contra los defensores, pero en cuanto se agrupaban en determinadas pilas de escombros, el mortero se encargaba de neutralizarlos.

En cierto momento los soldados notaron que el número de disparos que recibían empezaba a menguar. El asalto ceso y las siguientes salvas de mortero lanzaron humo para ocultar el repliegue de sus milicianos. En el campo y las calles quedaron docenas de ellos muertos o heridos. Tras esperar un buen rato por si se trataba de un truco, a las 16:00 horas se dio por acabado el ataque. Los soldados habían quedado totalmente exhaustos tras cuatro horas de duro combate. Por los suelos quedaban miles de casquillos, multitud de cajas de munición y botellas de agua. Las instalaciones eran una ruina con cascotes y escombros por todas partes. Paredes y muros mostraban la huella de la batalla mostrando impactos por doquier. Parecía una escena del Beirut de los años ochenta.

Con el mínimo tiempo para relajarse se hizo un recuento de las existencias y las noticias fueron alarmantes. Apenas quedaban alimentos que no fuesen raciones secas. Muchas botellas de agua habían sido acribilladas y quedaba muy poca agua. En cuanto a munición, el gasto había sido altísimo, y si se repetían estos asaltos podían llegar a agotar la restante.

En el lado humano, después de tantos meses de asedio y combate, los hombres parecían proceder de las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Todos habían perdido muchos kilogramos, y tanto stress, ansiedad y horas sin dormir había dejado una huella física que se podía notar en cada uno de los soldados. Tras meditarlo, decidieron llamar a Camp Abu Naji para informar de la situación.

Un convoy de socorro sería organizado para sacar a los hombres de allí. Pero no sería una humillante retirada. Para gran alegría y alivio de los soldados, simplemente serían reemplazados por la A Company Royal Welch Fusiliers. La CIMIC House no se rendía.

Tras una noche de continuos bombardeos se esperaba otro asalto al amanecer, pero nunca se materializo. De nuevo fueron bombardeados al llegar la oscuridad, pero se pudo soportar conociendo que sería la última ocasión en que sufrirían ese castigo.

El día siguiente, a las 21:45 se puso en marcha la operación de rescate. En esta ocasión el despliegue no tenía precedentes y la fuerza formada era del tamaño de un batallón. El A Squadron de los Queen Royal Lancers con doce Challenger II, tres compañías mecanizadas – A y C del 1st PWRR y otra de los Black Watch – la A Company Royal Welch Fusiliers, vehículos de ingenieros, desactivación de explosivos, ambulancias,…

Los blindados salieron de Camp Abu Naji y formaron una columna de dos kilómetros de longitud. En esta ocasión no habría rodeos ni medias tintas. Directamente enfilaron por la Red Route arrasando con todo lo que trataba de oponerse.

Al llegar a Red 13, en vez de cruzar el puente sobre el rio Tigris, tras llegar a la altura de la CIMIC House giraron a la derecha y despejaron la franja de terreno que queda al Oeste de la CIMIC House hasta llegar a la rivera del rio, formando una pantalla protectora. Los soldados de la A Company Royal Welch Fusiliers desmontaron de los vehículos y cruzaron el rio cargando los suministros a través del pequeño puente-esclusa que intentaron usar dos días antes los insurgentes en el asalto a la base británica.

Los hombres que durante meses habían dirigido la defensa de la base permanecieron en la sus puestos por si el OMS atacaba. Únicamente cuando los enviados a sustituirles llegaban a su puesto, cargaban el petate con sus pertenencias y hacía el peligroso camino hasta la seguridad de los blindados que les esperaban al otro lado del rio. Con gran alivio apenas intentaron hostigarles, ni siquiera con los siempre presentes morteros. Un Lynx de reconocimiento que volaba por encima de la ciudad pudo comprobar como los insurgentes les estaban esperando en el barrio de Aj Dayya, por donde habían intentado en las últimas ocasiones entrar los británicos. Con todo el personal montado, los Warrior subieron las rampas y los blindados volvieron a Camp Abu Naji por el mismo camino de ida.

PTE Johnson Beharry posando con arma unos días antes de ser herido críticamente
PTE Johnson Beharry posando con arma unos días antes de ser herido críticamente

Al llegar a la base, por fin la cansada guarnición pudo descansar. Pudieron tomar lo que durante semanas era considerado un lujo, una ducha y una cama limpia con un sueño reparador. Ya desde la distancia asistieron a lo que acontecía alrededor de la posición que durante meses habían defendido tan bravamente.

EL OMS y Abu Hatim sabiendo que la base volvía a estar al 100% de suministros y con personal fresco, apenas intento otra cosa que hostigar con francotiradores y morteros. Como siempre había pasada, los verdaderos catalizadores de la situación estaban en Nayaf. Durante semanas el anciano Gran Ayatola Sistani había estado en Londres donde había sido operado del corazón. Moqtada al Sdar había aprovechado su ausencia para realizar el alzamiento de agosto, pero ya se había recuperado de la intervención y el día 25 había tomado un avión de vuelta a su país.

Entró en Nayaf en un convoy de paz, y aprovechando su autoridad sobre Moqtada impuso un alto el fuego, que el clérigo rebelde no pudo rechazar, en parte porque sabía que con ayuda de unidades de elite del gobierno iraquí los estadounidenses estaban a punto de capturarle, vivo o muerto.

En al Amarah se proclamó un alto el fuego el día 28 de agosto y el 4 de septiembre, como parte de ese acuerdo, lo que quedaba de la CIMIC House pasó de manos británicas a las de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Durante el mes siguiente el personal del Grupo de Batalla del 1st PWRR empezó a ser relevado. El 22 de octubre fue transferido el mando al 1st Welsh Guard.

Conforme pasaban los días, se empezó a tener real conciencia de lo que había ocurrido en la provincia de Maysan durante el Verano de 2004. La defensa de la CIMIC House había sido el mayor contacto continuo del British Army desde la época de la Guerra de Corea. Se habían contabilizado 963 contactos con un enemigo que les superaba varias veces en número. Apenas sin apoyo artillero o aéreo se habían impuesto a miles de enemigo, sufriendo muy pocas bajas, siendo la única baja fatal producida por un desafortunado accidente.

En los meses siguientes fueron otorgados gran número de medallas y condecoraciones, destacando la recibida por el Private Beharry, que fue merecedor de la primera Victory Cross recibida por un militar vivo en 36 años. También recibieron su reconocimiento el Colonel Matt Maer por el mando del 1st PWRR, así como el Major Featherstone, el Captain Curry, el Major Coote que tan acertadamente dirigió la C Company, el Sgt Daniel Mills a cargo del Sniper Platoon, etc. El 1st Princess of Wales Royal Regiment ha sido la unidad más condecorada desde hace décadas y con su labor en el Verano de 2004 en la provincia iraquí de Maysan se ganó su puesto en la Historia del British Army.

Los Royal Marines supieron batirse el cobre durante los combates
Los Royal Marines supieron batirse el cobre durante los combates

La presencia británica en Amarah tras la batalla por la CIMIC House

En junio de 2006 la situación en Amarah se había deteriorado enormemente. Sin una voluntad real por parte del gobierno del Reino Unido de luchar estratégicamente con Irán, la provincia de Maysan se había convertido lenta e inexorablemente en territorio peligroso. Las patrullas en vehículos ligeros se habían abandonado, quedando limitadas a las realizadas en Warrior o Challenger, y la vigilancia de las fronteras se realizaba transportando a los soldados en helicóptero para que no se expusiesen a los ataques en ruta.

En el proceso iniciado de una retirada de gradual de las tropas en el país, con la excusa de una relativa mejora temporal de la situación en la zona, los británicos abandonaron Camp Abu Naji en agosto de 2006.

Lo que vino después es algo desmoralizante que ya se había visto antes en otras bases. Se suponía que las tres compañías de tropas iraquíes estacionadas en la base eran suficientes para mantener su control, pero nada más dejar los británicos la base, se congrego en las puertas una multitud de personas para saquearla. Mediante tiros al aire se consiguió evitarlo, aunque a la mañana siguiente miles de individuos volvió, gran parte de ellos armados. Ocurrió lo obvio. Las tropas iraquíes se quedaron en un rincón y no intervino mientras toda la base fue literalmente saqueada y arrasada.

Luego la multitud se dirigió a la sede del OMS, para celebrar y aclamar la victoria frente a los británicos. Todo lo que habían sufrido y padecido las tropas británicas fue traicionado por sus políticos, rápidos y audaces en todo lo que sean retiradas de tropas.

Mucho terror y horrores sufrirían en la región. Las tropas estadounidenses se tendrían que ir haciendo cargo de la situación mientras los británicos les cedían el control. En los años venideros las milicias de Sadr, y su líder, intentarían mantener su poder y su hegemonía, pero con la victoria de los chiitas en las elecciones, ya no eran tan necesarios para conseguir dominar el país por parte de Irán. Como paradoja final, las tropas del ejército iraquí, junto con los militares norteamericanos, se encargaron de hacer desaparecer de la escena al Ejército de al-Mahdi. Desde entonces Muqtada se dedica a la política iraquí, siempre con amenazas y actos de fuerza, como medio de control de Irak por parte de su vecino Iraní.

Autor

  • Rafael López Mercado

    Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Córdoba. Realizo como Trabajo Profesional de Fin de Carrera un trabajo de investigación y desarrollo de 600 páginas dedicado a la implantación del mantenimiento predictivo en las flotas de vehículos militares del Ejército Español. Piloto homologado de drones. Ha trabajado en empresas de mantenimiento industrial y agrícolas.

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